Martes 19 de marzo 2024

Una niña con sus dos padres

Redaccion 24/02/2020 - 11.31.hs

«Es un modelo de familia no tradicional pero válido», señaló la jueza que emitió el fallo, especialista en derecho de familia. Hizo una sentencia aparte para que la niña entienda el lenguaje. 

 

Un fallo inédito en el país se dictó días atrás en la provincia de Tucumán porque allí la Justicia dictaminó que una niña de 9 años tiene dos padres, uno biológico y otro de crianza. El juicio se dirimió entre el padre biológico y el legal y a partir del pedido de la nena, quien quería mantener relación con cada uno de los hombres y con su madre.

 

El fallo se conoció el martes y fue dictado por la jueza Mariana Rey Galindo, quien dictó una sentencia con lenguaje claro y con un apartado en un texto para que pudiera entender la niña de 9 años.

 

El caso comenzó cuando el padre biológico presentó una demanda contra el padre legal, es decir, aquel a quien el Estado reconocía hasta ahora en los documentos como progenitor. El padre biológico reclamaba ser reconocido en los documentos de la nena.
«La niña se nombra, se constituye e identifica, como hija de ambos», escribió la jueza en la sentencia. El Registro Civil de las Personas deberá emitir nuevamente su partida de nacimiento, así como su documento, que conservará el mismo número, nombre y apellido.

 

«Juli» (un nombre de fantasía para preservar su identidad) tiene nueve años y vive en Amaicha del Valle, Tucumán. «Tiene dos papás: Jorge y Roberto. Durante la semana vive con su papá Jorge y los fines de semana con su papá Roberto», escribió la jueza en el fallo. Su madre también está presente. En sus nueve años, Juli convivió con los tres adultos, que viven en casas separadas, y en cada hogar tiene una familia distinta, compuesta de adultos y otros niños que ella reconoce como hermanos y hermanas, según describió el diario Página 12.

 

En 2017, el padre biológico presentó una solicitud a la Justicia para figurar como padre legal de Juli y la impugnación de ese lugar del nombre de Jorge, quien figuraba como su padre tanto en su documento como en la partida de nacimiento. A esta demanda, Jorge respondió con el argumento de que los plazos habían finalizado.

 

«Hay un plazo legal de un año para que quien sepa que tiene un hijo, reclame aparecer en el acta de nacimiento», explicó Rey Galindo, «en cambio para los hijos, la posibilidad de reclamar no tiene plazo, es para toda la vida».

 

Modelo no tradicional

 

Al recibir el caso, la jueza viajó a la ciudad de Amaicha del Valle para conversar con Juli. «Con lo que ella siente, cualquier plazo se desdibuja y cualquier ADN deja de tener importancia», afirmó Galindo. Cuando escuchó a la niña, entendió su demanda: «Tiene razón en negarse a optar por ellos», escribió en el fallo, que a su vez indica que «el hecho no está controvertido», ya que ninguna de las partes lo cuestiona: Jorge sabe sobre el papel biológico de Roberto, y éste a su vez sobre el rol de padre que cumple el primero con su hija.

 

La madre de Juli fue citada por la jueza a participar del proceso, pero no concurrió. «Es un modelo de familia no tradicional pero válido», señaló la jueza, especialista en derecho de familia, que impulsó a través de este fallo la formación de una familia ensamblada a partir de lazos afectivos, y agregó que «el Estado no puede obligarla a tomar una decisión contraria a su deseo».

 

Lenguaje coloquial

 

Para que Juli pudiera comprenderla, la jueza escribió una sentencia particular con apartados explicativos en lenguaje coloquial. El texto comienza con una cita del libro El Principito que señala que «solo se ve bien con el corazón» y que «lo esencial es invisible a los ojos». Las partes dedicadas a la nena están configuradas en una tipografía distinta al resto del fallo.

 

«Es mi obligación que los destinatarios entiendan mis decisiones», explicó la magistrada y afirmó que «hay que reconocer a los niños como sujetos de derechos». Además, invitó a Juli a llamarla o citarla para volver a conversar, en caso de que le quedaran dudas sobre la situación. «Las veces que chicos o chicas me preguntaron ‘qué quiere decir eso’ me di cuenta de que estábamos hablando mal, es decir, que no nos estábamos ajustando a su lenguaje», señaló.

 

Cuando Rey Galindo se encontró con Juli, lo primero que la nena le dijo fue: «si vos me hacés elegir, yo me voy». Se quedó, y le explicó a la jueza cómo era su vida, la convivencia con sus hermanas de parte de uno y otro padre, y con sus dos hermanos por parte de la madre.

 

Debate

 

Si bien existen otros casos de pluriparentalidad, este es el primero que se da “en el marco de la filiación biológica, cuando en general se tratan de reproducciones asistidas o casos relacionados con la voluntad procreacional”, según comentó Rey Galindo. Para la jueza tucumana, el caso de Juli “es un precedente que invita al debate, al menos en la comunidad jurídica pero también en otros ámbitos, sobre identidad, parentalidad y familia”.

 

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