Miércoles 24 de abril 2024

«Caminos», una vinoteca con una propuesta diferente

Redaccion 04/06/2021 - 21.34.hs

«Beto» Cuello se vinculó desde adolescente a la actividad comercial y hoy lleva adelante «Caminos», una vinoteca que acaba de abrir una nueva sucursal en Santa Rosa y que se caracteriza por ofrecer algunos de los mejores secretos de la industria vitivinícola del país y la provincia.

 

A los 15 años ya se paraba detrás de una barra y agitaba una coctelera con su mejor sonrisa, como en esas películas donde la preparación de un trago se transmite como un arte que solo saben hacer los expertos, con los movimientos justos en el tiempo exacto. A esa edad ya conocía algunas de las recetas de ser un bartender y fue ahí donde «Beto» encontró un camino que luego lo llevó a lo que es hoy, un emprendedor dentro de un universo tan amplio como atractivo. El del vino.

 

Alberto Cuello tiene 41 años, nació y creció en Santa Rosa y la distribución de bebidas que llevaba adelante su padre junto a su hermano delinearon su perfil comercial, una elección que no tardó mucho tiempo en adoptar y que transformó en su propio sendero.

 

«Vengo de familia de emprendedores, mi viejo, el ‘Negro’ Cuello, me fue marcando esto desde chiquito porque hacíamos distribución. Yo arranqué como bartender a los 15 años, con la distribuidora llevábamos la mercadería a los boliches así que casi sin darme cuenta me fui metiendo en ese mundo. Eso se mantuvo hasta marzo del año pasado, cuando el virus puso todo patas para arriba», cuenta ‘Beto’ sobre un trabajo que tuvo un corte tan abrupto como inesperado y que más de un año después sigue sin recuperarse.

 

La distribución se frenó pero Cuello nunca estuvo quieto. Con el paso de los años se afianzó en su trabajo en el rubro y la idea de abrir su propia vinoteca fue emergiendo como una semilla, con firmeza y determinación. Maduró como un buen viñedo.

 

«Te diría que la vinoteca nació casi como un capricho, más que nada porque uno de mis jefes me inculcó mucho conocimiento sobre el vino y en ese momento no encontraba vinos distintos en la ciudad, siempre había más o menos las mismas etiquetas y cuando empecé a viajar un poco descubrí un mundo nuevo y fascinante. Eso es lo que tiene el vino, que cuanto más conocés más te gusta y más te enamora, así que después de intentar durante un tiempo finalmente pudimos abrir en la avenida Ameghino 782, en agosto de 2013».

 

El local original comenzó a hacer su propio camino y el crecimiento abrió nuevas oportunidades, nuevos desafíos. «La idea siempre fue tener un lugar adonde me gustaría a mí ir a comprar vinos, por eso de manera permanente buscamos hacer cosas nuevas: estamos capacitándonos, aprendiendo, investigando todo el tiempo. Hoy la demanda es muy exigente, con los viajes, con internet, con toda la información que está disponible con un solo clic el consumidor sabe mucho y pide. Y hay que estar preparado para eso, además de ofrecer cosas distintas».

 

Expansión.
Esa búsqueda y ese día a día intenso llevó a «Caminos» a tener tres negocios en la ciudad: el de Ameghino, luego en la avenida San Martín y finalmente se sumó uno en la Argentino Valle, con bar incluido.

 

«Llegamos a tener tres sucursales. Cuando abrimos en la avenida Argentino Valle incluimos el bar y eso fue parte de una búsqueda, de algo que queríamos hacer, porque además era un lugar alejado del centro, con espacio para estacionar. La pandemia impuso otras condiciones y por eso no se pudo mantener», lamenta ‘Beto’ que, aunque tuvo que pasar el mal trago de quedarse solo con el local original, no se resignó.

 

«Cuando decidí abrir en esta esquina me decían: ‘vos estás loco’. En plena pandemia parece, como mínimo, muy arriesgado, pero cuando ví el lugar me propuse hacerlo y acá estamos», dice ‘Beto’ sentado en el flamante y coqueto local de una de las esquinas más transitadas de Santa Rosa, en la avenida Luro e Hipólito Yrigoyen, frente a la Terminal.

 

«Abrimos y arrancamos bien, con buen movimiento, pero a los dos días se decretó esta última fase uno del confinamiento y, sinceramente, faltaba que pasen los cardos rusos rodando por la puerta, era un desierto, no andaba un alma; pero aprendí que es así, en el país nunca es buen momento para abrir o apostar por algo nuevo, pero si te quedás esperando el buen momento económico nunca lo vas a encontrar. Tengo la enorme fortuna de contar con un gran grupo de trabajo, gente que me acompaña con todas las ganas, la predisposición, y eso es fundamental para meterle para adelante», describe Cuello.

 

Y una parte clave de ese equipo es Víctor Beascochea, que es «el embajador de marcas» según ‘Beto’ y que no duda en describirlo «como un apasionado total, un ‘loco’ que está las 24 horas pendiente y que es quien nos capacita, nos enseña, está a la búsqueda permanente de nuevas bodegas, nuevos productos, de hacia dónde está yendo la cosa y creo que eso nos identifica y diferencia».

 

Justamente un resultado de esa intensidad y de esas ganas luce hoy en el local recién inaugurado: un dispenser de vino, una moderna máquina que a través de distintas bocas permite elegir un varietal o una marca y servirse una copa.

 

«Es algo que había visto en un aeropuerto y me quedó, con el tiempo fui a un bar hermoso en Buenos Aires que tenía esos dispenser y el dueño era el único que los vendía en el país, tenía el monopolio. Después, por suerte, se comenzó a fabricar uno nacional y está buenísimo, la idea es que el cliente pueda venir y tomar una copa y picar algo, por ejemplo. Incluso está calculada la medida para que no supere lo permitido en un test de alcoholemia y así se pueda manejar el auto», detalló Cuello, que hoy distribuye su tiempo en el cuidado de Ema y Catalina, las hijas que tiene con Karin.

 

Pampeanos.
Uno de los estantes con los diferentes sabores y bodegas está destinado a lo autóctono, a esos vinos de una industria vitivínicola pampeana que está en pleno crecimiento.
«Le damos muchísima relevancia a los vinos pampeanos, tenemos todas las marcas y la verdad que es hermoso lo que está pasando hoy porque la gente confía en los productos regionales, los pide, los busca. Está creciendo muchísimo esa tendencia y no solo los vinos, hoy estamos buscando conservas, dulces, la provincia tiene una calidad altísima en muchos productos y no tengo dudas de que esto recién está surgiendo, está todo dado para crecer».

 

Después del boom del fernet con cola y de la explosión de las cervezas artesanales, el vino pudo restablecerse y expandirse. Hoy es una alternativa muy presente en una reunión de amigos, de amigas, en encuentros sociales o en la intimidad. «Un rico vino siempre es una compañía ideal para cualquier ocasión», afirma ‘Beto’, alguien que supo encontrar en ese espíritu de Baco su camino emprendedor.

 

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