Martes 02 de abril 2024

Un refugio entre el caldén

Redacción 09/07/2017 - 19.29.hs

El "Hostal de Naicó" es una apuesta turística que atrae a cazadores y que busca en las familias una opción para comer un asado, disfrutar el paisaje y vivir la experiencia de tener un día de campo.
Nicolás trae un chorizo seco y pan casero. Al lado de la mesa, la leña ya encendida junta brasa a la espera de la carne. El sonido ambiente está a cargo de los pájaros y de las ovejas y el verde y el sol pintan los colores de una mañana de un aire puro que se mete a empujones por la nariz y la mente. No hace falta un spa, ni un gimnasio ni una sala de juegos. El relajo es la naturaleza. Sin autos ni bocinas ni gritos.
Ahí, a menos de 40 kilómetros de Santa Rosa y al lado de un pueblo que ya no es, NicolásPeroni (39) encontró el lugar para poner sobre el mantel lo que en algún momento aprendió: hotelería en una Universidad y cocina internacional junto al Gato Dumas.
"Mi mamá es de Santa Rosa, yo nací en Buenos Aires pero desde siempre vine y estuve vinculado a La Pampa. Conocía Naicó de toda la vida porque tengo el campo acá. Hace tres años salió a remate el Hostal así que no lo dudé. Me presenté y lo pude comprar", recuerda Nicolás sobre la historia reciente del "Hostal de Naicó".
La historia más antigua de la edificación que hoy dispone de cuatro habitaciones (12 camas) y una vista infinita cuenta sobre un lugar que se edificó recién empezados los '90 pero que nunca recibió la atención que se merecía. Estuvo 10 años cerrado y abandonado. Lo azotó un tornado y el fuego de un incendio, y así lo encontró Nicolás.
"Fue empezar peor que de cero, estaba todo abandonado y destruido. De a poco lo fui restaurando, se laburó mucho y en marzo de 2016 empecé con la temporada de caza. Y gustó, salí en varias revistas especializadas de caza y turismo así que eso me dio ánimo para seguir. Mi objetivo es cambiar la idea de que La Pampa es un lugar de paso, hay que apuntar a que sea un lugar donde el turista se quede, y en ese sentido el turismo rural es una veta muy interesante", resume el papá de Pedro y Benjamín, los gemelos que acaban de cumplir 7 años.
La apuesta de Nicolás es lograr una oferta integral para pasar un fin de semana de campo. Que aquellos que no saben adónde ir o están cansados de dar "la vuelta del perrro" en el centro, o por la laguna o que ya conocen de memoria el Parque Luro tengan la alternativa de desconectarse de la rutina de la semana.
Propuestas.
"La verdad es que en Santa Rosa no hay muchas posibilidades ¿qué se puede hacer el fin de semana? Estoy preparando cosas para la primavera, con distintas propuestas: cabalgatas, avistajes, paisajes para sacar fotos. Tengo ciervos en el campo que los voy a traer más cerca. También quiero armar un circuito para el que quiera usar el cuatriciclo, porque en la ciudad no se los puede utilizar", enumera Nicolás junto a la otra pata clave del Hostal: la gastronomía.
"Preparo una buena picada de campo, tengo empanadas y milanesas de ciervo, escabeche de jabalí, de vizcacha. Y por supuesto, un buen asado, también podemos hacer un cordero a la sombra de un árbol. La idea se puede pactar con el turista, es una propuesta global de un día en el campo".
Pese a la cercanía con la capital provincial y con otras localidades, muchos no saben dónde está o qué es Naicó, el denominado "pueblo fantasma". Allí, en un puñado de cuadras los ladrillos derrumbados y el vacío en el yuyal resumen una porción de la historia de la provincia, un sitio que según lo presentan las enciclopedias es un caso típico de los pueblos que nacieron al paso del tren, supieron del progreso y que, cuando se descerrajó aquello de "ramal que para, ramal que cierra", no pudieron evitar el triste abandono hasta consumirse en el vacío.
"Además del tren la gente vivía de los aserraderos, había muchos hacheros que sacaban la leña y se vendía mucho. Naicó llegó a tener más de 600 habitantes, pero cuando se construyeron los gasoductos y el gas reemplazó a la leña la merma se empezó a sentir. Y el golpe de nocaut llegó con el tren", explicó Nicolás sobre esa estación que aún hoy sobrevive orgullosa al paso del tiempo y el olvido, retratada por decenas de cámaras que llegan para buscar esa foto que se convierta en postal.
Apoyo.
"Somos 4 o 5 vecinos y tenemos buena onda entre todos. Está el policía, algunos que viven de manera permanente acá y los militares del regimiento de Toay que ayudan a limpiar el camino y otras cosas. Comemos asados y nos juntamos. Acá lo que se necesita es un poco de apoyo, que pongan señalización, que acomoden los caminos y generar un circuito turístico. Los fines de semana la gente viene y hace asados, pero un día se van a caer las paredes o van a incendiar todo, hay que cuidar esas cosas porque la gente quiere salir, busca lugares, pero para eso hay que fomentarlos y darle las herramientas básicas para que pueda disfrutar", propone el responsable del Hostal que, además de las habitaciones, tiene el servicio de las cuatro comidas diarias y proyecta techar un quincho para tener otro lugar destinado a eventos.
"Lo ideal sería que me traigan trabajo. Tengo vajilla hasta para casi 100 personas, por ahí en lugar de concentrar todo en Santa Rosa estaría bueno salir, que se organicen eventos o presentaciones en un lugar distinto", dice Nicolás mientras observa con ojo clínico cómo la carne se va dorando en su punto justo, a la espera de unos comensales que además de la premisa "panza llena corazón contento", se llevarán el aire de Naicó. El aire de campo.

 

Cómo llegar al "fantasma"
Existen tres alternativas para llegar al Hostal de Naicó. Una es por la ruta provincial 9 que sale al Autódromo de Toay, a unos 35 kilómetros de Santa Rosa. Luego de pasar por Cachirulo el camino de tierra está en buen estado. Otra vía terrestre es tomar la ruta nacional 35 y al llegar al cruce con la ruta 14, que hacia la izquierda va a Miguel Riglos, doblar hacia la derecha, también por camino de tierra. La tercera posibilidad es también por la 35 hasta la entrada al Parque Luro y allí doblar a la izquierda, hacia el acceso a Naicó, que son 14 kilómetros.
Viajar hacia el pueblo fantasma significa ir bordeando la vía del tren. Nicolás impulsa la idea de poner un funcionamiento una 'zorrita' ferroviaria para ofrecer la posibilidad turística de un paseo. "Son distintas ideas, hay lugares muy buenos, los que salen en cabalgata van hasta el cerro La Virgen, que está muy bueno para sacar fotos", propone sobre una actividad que en Naicó suele tener a recién casados o quinceañeras posando en un paisaje natural e histórico.

 

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