Domingo 28 de abril 2024

Siembra directa llegó a 850.000 has.

Redacción 13/04/2024 - 08.13.hs

La Pampa cuenta con una superficie agrícola en siembra directa (SD) que trepa al 40% del total de la zona cultivable, es decir 850.023 ha. sobre un terreno apto de 2.121.000 hectáreas, según la Bolsa de Cereales.

 

JUAN JOSÉ REYES

 

La Bolsa de Cereales refleja que nuestra provincia es el quinto distrito del país con mayor área con ese destino por fuera de la siembra convencional. Este sistema sustentable de producción causó un cambio estructural en todo el territorio cultivable de la provincia desde hace dos décadas. Se observa además una tendencia de adopción creciente año tras año, solo frenada en la sequía 2021/22, asegurando un impacto económico superlativo y potencialidad para seguir creciendo tanto en maíz con 272.150 hectáreas; soja en 172.420, 95 mil de girasol y 83.000 en trigo.

 

La agriculturización y la aplicación de labranzas agresivas impactaron negativamente sobre el ambiente y el suelo provocando una pérdida de su calidad en años pasados. Para mitigar tales procesos surgieron las prácticas de la agricultura de conservación.

 

En ese contexto, la SD se expandió desde la zona norte hacia la región de la estepa pampeana reemplazando a otros sistemas de labranza, tanto convencionales como conservacionistas. Los sistemas de no remoción del suelo con acumulación de residuos de cosecha en superficie como la siembra directa, permiten disminuir la magnitud de los procesos erosivos.

 

Una adecuada cobertura de rastrojos en superficie (superior al 60-70%) proporciona protección frente al impacto de sequías e inundaciones. La Pampa tuvo a sus pioneros, que con aciertos y errores nos inculcaron la idea de que sembrar sin arar, como forma de innovación, hoy es parte de la explicación de la mayor productividad y menor pérdida por erosión.

 

Salud de suelos.

 

El hecho de llevar a cabo esta técnica de siembra para mantener la salud de nuestros suelos y aumentar la fertilidad del mismo, ha generado enormes beneficios para la agricultura. La gran ventaja es que se logra ahorrar el uso de fertilizantes en grandes cantidades debido a que no se tiene que recurrir a un riego típico, sino que es puntual sobre la semilla.

 

Ello determina el ahorro de grandes cantidades de mano de obra, ya que el uso de las nuevas tecnologías le permitirán realizar una siembra perfecta y de manera eficiente con un solo operario además de reducir la erosión del suelo un 65%. Además mejora la retención de agua en el suelo, clave en nuestros suelos, por lo que la evo transpiración es mucho más lenta.

 

Un suelo que retiene durante más tiempo el agua, es un suelo mucho más eficiente a futuro y el uso y consumo de combustibles se reduce de manera drástica, por lo que se produce un impacto positivo en el medio ambiente y en el bolsillo del productor.

 

Sin embargo no todo es ganancia pues con el pasar del tiempo el uso de fertilizantes se debe de incrementar, ya que los nutrientes naturales requieren de una inversión alta en máquinas, que le permite al agricultor realizar la siembra directa de manera correcta, pero ello dependerá de la espalda financiera de un productor como el pampeano que en más de un 70% son chacareros medios.

 

Hoy el 40% de las hectáreas de la superficie agropecuaria provincial (2.121.000 sembradas y 1.906.635 cosechadas) se realiza en SD en los departamentos Chapaleufu, Maracó, Quemu Quemu, Realicó, Conhelo, Rancul, Loventuel y Guatrache. Lo concreto es que el área con baja labranza trepa a las 730 mil hectáreas la cual representa algo más de un 35% del área agrícola cultivable de la provincia. En la campaña 22/23 hubo en SD, 290.325 hectáreas de maíz, 188.653 de soja, 42.700 de trigo y 44.800 de girasol.

 

Conservación.

 

Para conseguir buenos rindes en los cultivos es importante contar con suelos de calidad que incluyan las dosis justa de nutrientes. El cuidado de la tierra redunda en la rentabilidad de los productores a largo plazo. La siembra directa, junto a los hábitos que trajo, ayudó a devolver materia orgánica. Además, la falta de labrado ha contribuido a controlar las erosiones que pueden generarse en cualquier superficie que contenga cultivos.

 

Después de décadas en las que predominó el mecanismo de labranza en la producción lo que traía como consecuencia era la contaminación del agua y la degradación de la conformación biológica de nuestro suelo, entre otros perjuicios. Pero en nuestra región ese mecanismo a gran escala representó un gran cambio en los modos de producción en buena parte de los lotes del cuadrángulo noreste provincial.

 

Según los entendidos en la materia la siembra directa tiene una incidencia positiva de un 80% sobre la conservación del suelo reduciendo la erosión, ya que el rastrojo en superficie impide el golpe directo de la lluvia, disminuye el escurrimiento y favorece la infiltración y conservación de la humedad. Afirman que la no remoción del suelo facilita la recuperación física y biológica del mismo con beneficios importantes para el medio ambiente.

 

A esto debe agregarse la reducción de los efectos negativos del sedimento depositado en las vías de agua navegables, como así también en el arrastre de biocida que perjudica la potabilidad del agua. Además la SD incrementa los rendimientos (de 10% a 20%), por mejor oportunidad de siembra, mejor uso del agua y control de malezas, mayor materia orgánica, etc. Con este sistema no sólo no se pierde rendimiento por erosión, sino que también permite la incorporación de tierras marginales del caldenal que han sido erosionadas o susceptibles de serlo, y aquellas con restricciones climáticas, a una producción sostenible y sustentable, con beneficios económicos y sociales directos. El uso de insumos y fertilizantes son más eficientes también ya que los retornos para esa inversión son más seguros y rentables.

 

Consecuencias de la sequía.

 

La sequía hizo que en la pasada campaña la adopción de la Siembra Directa en la zona núcleo baje al 70% del área sembrada. El porcentaje de productores que realizó cultivos de cobertura trepó al 20%. A su vez, la rotación de cultivos mantiene un alto porcentaje de gramíneas que ocuparon casi la mitad del área sembrada, de acuerdo con el Informe mensual de Prácticas Ambientales en la Producción Agrícola de la Bolsa de Cereales.

 

Por otro lado, si bien la reposición de nutrientes adquirió valores elevados, el balance fue negativo. Una práctica relacionada al conocimiento de los nutrientes en el perfil, es el suelo, el mismo alcanzó apenas el 22% de los productores.

 

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