Viernes 26 de abril 2024

Un pampeano por Málaga

Redacción 02/01/2024 - 08.50.hs

En estos días festivos es habitual caminar por la ciudad y encontrarse con rostros que hace tiempo no veíamos. Es gente que viene a visitar familiares y amigos, y que –a su vez y por su parte- van como buscando antiguas caras conocidas.

 

Es el caso de Jorge Horacio Benavídez (61), conocido por aquí porque era futbolista, trabajador de Catastro, y también hacía radio en “La ‘96”, y que un día decidió partir e instalarse en España con toda su familia. Aunque hoy algunos integrantes del grupo están haciendo su vida en Inglaterra.

 

Jorge es hijo de Rubén Carlos (que era Policía retirado), y de Mary Bartel. “Sí, de los Bartel de la Villa”, acota mientras quienes lo reconocen y lo siguen saludando. Pero hay un detalle más para los que saben la historia de esta ciudad. Es nieto de Demetrio, el histórico canchero de Atlético Santa Rosa, que por muchos años vivió en una humilde casita ubicada dentro mismo del predio del Mateo Calderón.

 

Su familia está conformada por su esposa María de las Mercedes (Marimé), con quien tiene a sus hijos: Natalia, la mayor, empleada administrativa en Málaga, y es la mamá de la nieta Ainhoa (18); Juan Pablo que trabaja en el Aeropuerto de la misma ciudad; y Santiago que está en Bolton (Inglaterra), casado con Holly Camac (inglesa) que el 8 de enero le dará su segunda nieta que se llamará Sofía.

 

Jorge y el fútbol.

 

Jugaba al fútbol, primero en las inferiores de General San Martín, hasta que pasó a Atlético Santa Rosa donde estuvo en primera división, en un equipo que fue campeón y en el que estaban Dany Pérez, Chiquito Rodríguez, Ricardo Pisacco, Beto Calvo, Rubén Alzamendi, Omar Castillo, Alberto Munguía y el Panza Susvielles, entre otros. Luego estuvo en el plantel que jugó el Torneo Regional y clasificó para el Nacional.

 

Alguna vez tuvo oportunidad de probarse en el fútbol profesional. “Fui a Platense y había quedado, y luego a Independiente y también. Me probó Nito Veiga y anduve bien, pero tenía siempre lesiones musculares y eso me relegó, así que decidí volverme”, cuenta Jorge.

 

Cuando dejó de jugar se sumó “a la escuelita de fútbol que tenía Miguel Díaz, y estuve bastante tiempo con él”, completa.

 

Más tarde pudo ingresar a trabajar en Catastro de la provincia. “Mi suegro era Aldo Porcel de Peralta, muy amigo de Rubén Marín porque también era de Trenel, y allí estuve 20 años”.

 

Estaba en la Administración Pública y también hacía radio. “Era en ‘La ‘96’ cuando la manejaba Pely Malgá, y ahí tuve un programa por casi 10 años que se llamaba ‘Apenas el sol’. Era una suerte de magazzine, y hacía un poco de todo… incluso imitaciones de Nito Artaza, El Topo Gigio, Nelly Sullüs…”.

 

A dos mundiales.

 

Precisamente por la radio, y por su afición por el fútbol viajó al Mundial de Estados Unidos, ese en el que la enfermera sacó a Diego de la cancha. “Fui con una acreditación de La Arena que me consiguió Pely Malgá”.

 

Y también en el siguiente, en Francia, dijo presente. “En el ‘98 había alquilado un motor—home con otra gente y andábamos por las calles de París cuando de pronto vimos a alguien caminando con una valija, medio como perdido… ¡Era el Panza Susvielles!”, se ríe Jorge.

 

En 2003 se decidió. “Voy a probar suerte en España dije; y entonces pedí un año sin goce de haberes. Allá recalé en Torre del Mar, a 30 de Málaga, sobre el Mediterráneo. Un pueblo de 20 mil habitantes donde todavía estoy, y un lugar que siempre les ofrezco a los que viajan para allá: que vengan, hagan base en mi casa el tiempo que precisen y salgan a recorrer lo que quieran conocer”. Al principio empezó a trabajar “de camarero… pero después pude montar una empresa de comisionista y me fue bien. Pero no obstante siempre estoy ligado al fútbol, ahora trabajando en la cantera de Unión Deportiva Torre del Mar”, precisa.

 

A Manchester.

 

En 2008 hubo una crisis en España, y le llegó la posibilidad de trasladarse a Manchester donde dirigió una escuelita de fútbol. “Mi yerno estaba sin trabajo y le ofrecí un dinero que tenía ahorrado… Vayan, prueben y si todo va bien vamos nosotros, le dije. Ellos a los 15 días estaban trabajando, limpiando mesas primero, como ayudante del barman. Y nos instalamos todos… querés creer que allá me hice muy amigo de Martín Demichelis (jugaba en el Manchester City y es el actual entrenador de Ríver) que estaba jugando allá”, se ufana.

 

Con el tiempo su hijo Santiago resolvió quedarse en Bolton, trabajando en un super mientras ellos se volvieron a España. “Había fallecido mi papá y llevé a mi mamá pero estuvo cinco años y se quiso volver. Aquí también tengo a mi hermana Graciela, y bueno, ahora ando visitando gente amiga…. Tenía que venir porque mamá va a cumplir los 90”, se emociona.

 

Se va a quedar hasta el 9 de enero, y hasta entonces seguirá recorriendo las calles de Santa Rosa. “Sí, a veces tira la nostalgia… y la verdad es que si me tuviera que volver no tendría problemas, pero mis hijos no porque tienen su vida armada allá. Pero de vez en cuando se extraña la querencia… Y además siempre me siento muy bien al regresar, porque tengo pilas de amigos, del fútbol, de la radio, de Casa de Gobierno… Y seguro no los voy a poder saludar a todos”, se lamenta.

 

Hoy es allá, en Málaga, “El Pampa” Benavídez. “Me gustan que amigos de Santa Rosa puedan ir, porque ese lugar es con el turismo uno de los motores de la economía de España… Son 300 días de sol… y la playa ahí”, dice como imaginándola. De todos modos, y como le pasa a muchos, la tierra tira… “Y claro, si todos los días estando allá me entero por LA ARENA de lo que está pasando aquí”, cierra.

 

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