Viernes 26 de abril 2024

“El ajuste no pasa sin represión”

Redacción 19/03/2024 - 00.13.hs

La fiscal Iara Silvestre mandó a un grupo de agentes de la Policía Federal a controlar el encuentro piquetero desarrollado ayer sobre la ruta nacional 35, como parte de una gran jornada nacional de lucha programada por las organizaciones sociales en todo el país.

 

La actividad comenzó a las 10, cuando los manifestantes congregados frente al ingreso al Barrio Escondido cortaron simbólicamente la ruta por unos breves minutos, cuidando de que no se formaran colas extensas de vehículos. Al son de bombos y redoblantes y entonando cánticos contra el ajuste libertario, repitieron un par de veces el corte intermitente hasta que una delegación de la Policía federal llamó a los principales referentes para pedirles que no interrumpieran la circulación de vehículos.

 

Los efectivos, que también tomaron fotografías de los manifestantes ubicados sobre la ruta, le explicaron a los dirigentes sociales que “nos mandó la fiscal federal Iara Silvestre con la misión de cumplir las disposiciones vigentes relacionadas con movilizaciones populares”. Si bien eso significaba que tenían como objetivo implementar el protocolo antipiquete, al sitio acudieron solo cuatro efectivos en un patrullero.

 

“Una gran unidad”.

 

Las consignas centrales de la jornada fueron el rechazo al DNU de Milei y el repudio al “modelo de ajuste y entrega de nuestra soberanía”. Entre las organizaciones convocantes figuraban la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Movimiento Evita, MP La Dignidad, MTE, UTEP La Pampa y FTV Miles. A ellos se sumaron la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores, la Mesa Intersindical, ATE, APEL, el Movimiento de Pueblos y Naciones Originarias en lucha, Movimiento Ni un pibe ni piba menos x la droga.y las agrupaciones políticas PCR, PTP y JCR.

 

“Era lógico que vinieran la policía a amedrentarnos, porque el gobierno nacional manifiesta una clara intención de reprimir, como ya hemos visto en distintas movilizaciones. Van a seguir atacando a dirigentes y comunicadores para impedir que la comunidad se informe y por eso resulta indispensable que el pueblo esté atento y despierto para evitar que entreguen el país”, advirtieron Walter Brandimarte y Maga Romero, referentes de la CCC y Miles, respectivamente.

 

“Decimos que el hambre es el límite porque este gobierno fascista y su club de entregadores y cipayos están hundiendo al país en una pobreza extrema”, añadieron. En ese contexto, la movilización de ayer fue “un eslabón más en esta jornada de lucha con más de 500 cortes en todo el país, que muestra una gran unidad de la clase obrera ocupada, jubilada y desocupada que la está pasando muy mal”.

 

Además de rechazar el ajuste, la movilización estuvo destinada a “plantear que el pueblo argentino debe oponerse a este DNU de superpoderes que viene a imponer una monarquía y echa tierra sobre la Constitución Nacional”.

 

“No tenemos miedo”.

 

Las organizaciones también reclaman que el gobierno nacional “ponga plata en los bolsillos de los trabajadores y las trabajadoras, y descongele los programas sociales que pretende licuar hasta hacerlos desaparecer, como quiere el FMI que pide la baja de 700 mil planes”. Y también “peleamos por las empresas públicas y que los trabajadores puedan mantener sus espacios de debate y trabajo”, aclararon.

 

Si bien las clases populares “históricamente se opusieron a las entregas del país y los intentos de sometimiento, hoy necesitamos ganar nuevamente las calles porque pronto no quedará nadie sin sentir el ajuste”, dijeron. Y advirtieron que “estos cipayos como Kroneberger y Huala, que deben tener patrones distintos a los pampeanos, deberían saber que les será muy difícil convivir en La Pampa si entregan al país”.

 

Finalmente, reiteraron que “el ajuste no pasa sin represión” y consideraron que la presencia policial “solo busca amedrentar y meternos miedo. Pero acá el único miedo es que nuestros hijos no coman, no puedan asistir a una escuela o que los trabajadores se queden sin trabajo”. Y lamentaron que la paralización de programas, los tarifazos y la eliminación de ayudas alimentarias “provocan que la gente no pueda pagar los alquileres, ni el gas, ni la luz, ni pueda cumplir con una alimentación básica, mientras los comedores y merenderos apenas pueden sostenerse, gracias a la fuerza de mucha gente que sigue poniendo el cuerpo”.

 

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