El hostigamiento: crónica de un ejemplo

Señor Director:

En el mes de marzo de 2018 comenzó a deteriorarse la calidad de vida de mi familia: un grupo de personas liderado por Rubén Arce subió sin permiso al techo de mi casa particular ubicada en Melvin Jones 3155. El supuesto motivo era cortar ramas de árboles ubicados en un terreno lindante. Como señalé, no se nos pidió permiso y la agresividad fue constante.

En ese entonces cayeron troncos y gruesas ramas sobre nuestra casa y debió intervenir policía y defensa civil. Desde ese entonces nos vimos obligados a realizar varias exposiciones policiales motivadas por ruidos molestos (causados por motosierras, rotomartillos, amoladoras, hormigoneras, motores de motos y otros vehículos, así como golpes de palos o hierros, gritos, corridas y música fuerte) a toda hora y a escasos centímetros de las habitaciones donde se descansa. A todo esto, que causó un malestar creciente, debemos sumarle perros sueltos en veredas y calles, palos, objetos y escaleras -semejantes a las utilizadas para subir sin permiso en 2018- apoyados sobre paredes y muros de nuestra casa (sobresaliendo, claro está, sobre nuestra propiedad).

Los integrantes de mi familia nos dedicamos al trabajo y al estudio, creemos en el respeto a los demás, así como en la convivencia y el espíritu democrático. Nuestra casa está en regla: los planos fueron aprobados por la municipalidad y somos los propietarios. Nos cuesta entender tanta invasión domiciliaria. Es por eso que solicitamos al Estado que tome cartas en el asunto.

POR MIGUEL RODRÍGUEZ