El vínculo y la amistad con Néstor Kirchner

"Muchas gracias por haberme invitado a compartir estos 100 años con La Pampa; también al querido ex colega con quien luchamos tantas horas juntos por la Argentina federal, el hoy senador nacional mi amigo y compañero Rubén Marín". Esas fueron las palabras que en octubre de 2006 dijo el por entonces presidente Néstor Kirchner en el marco del aniversario de Trenel.

Kirchner y Rubén Marín establecieron un fuerte vínculo de afecto desde la década de los 90', cuando gobernaban Santa Cruz y La Pampa, y se extendió por años hasta la muerte del ex Presidente. El mismo surgió a partir de las condiciones de ambas provincias, lo que los unió para ir a golpearle las puertas al Gobierno nacional, contexto que podría compararse con lo que ocurre actualmente y la conformación de un bloque regional por parte de los gobernadores patagónicos.

En aquel entonces, ambos integraban la Liga de Gobernadores y viajaban juntos en el avión de Santa Cruz para asistir a las reuniones en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), pero Marín siempre fue referenciado en el menemismo. "Empecé con Cafiero en la Renovación Peronista, estaba (José Manuel) De la Sota, (Carlos) Grosso, (Miguel Ángel) Toma, (José Octavio) Bordón, (Raúl) Carignano, fue una generación que el peronismo la perdió por miles de factores. Jugamos la interna con Cafiero y resulta que después me dijeron menemista. Simplemente por ser peronista, te puteaban todos los días. Yo lo quería mucho a Kirchner, pero le decía 'Néstor yo soy peronista, no me vas a empaquetar'. Aparte le decía, 'vos hasta fuiste menemista, no me olvido el discurso que diste'", dijo el pampeano años atrás en una entrevista con Letra P.

En esa misma entrevista, recordó que con Kirchner lo unía una amistad personal. "Yo no tenía muchas veces el avión y él me pasaba a buscar. Teníamos provincias similares en ese tiempo. No transferimos caja, pese a la presión de (Domingo) Cavallo, no teníamos deuda con la Nación, no veníamos todos los meses a pedir plata para pagar los sueldos y eso nos permitió hacer obras en la época de Menem".

En las reuniones en el CFI, todos se iban rápido porque sabían que Kirchner algo iba a decir, pero Marín debía esperarlo porque lo traía a La Pampa. Tras los encuentros, Carlos Corach lo llamaba al pampeano para pedirle que frente a Kirchner, y esto era parte de un acuerdo: el santacruceño le decía que le saque lo que pueda y que él, a cambio, se iba a quedar callado y sin hacer críticas durante un par de meses.

Fuerte amistad.

En relación a la figura del ex Presidente, destacó que tenía "un liderazgo fuerte", y aunque se enoja "sabía escuchar". Sin embargo, pese al respaldo a las gestiones de Néstor y Cristina, Marín fue uno de los legisladores que votó en contra de un proyecto clave del kirchnerismo: La 125. "Nosotros formábamos parte de la región patagónica y no podíamos pagar lo mismo por retenciones que la provincia de Buenos Aires. A los 20 días, me llamó y recompusimos. Tenía una capacidad de trabajo imposible, te llamaba a las tres de la mañana, a las cuatro. Era imposible seguirle el tren. Era una máquina, un animal de trabajo, la política era su motor permanente. Le dije 'yo voté en contra', él no me tocaba el tema. Le dije 'Nestor vos firmaste conmigo a La Pampa como parte de la región patagónica'. 'Olvidate', me dice, 'me equivoqué'. Era una amistad que permitía esa sinceridad. Los campos nuestros no son los de provincia. Había una relación respetuosa. Pícaro, rápido, estuvimos en la Constituyente juntos", explicó al medio sobre ese episodio.

Marín siempre defendió su gestión y en su momento, de cara a una posible reelección de Néstor, afirmó que "Creo que no hay duda que hoy es el candidato del peronismo. No creo que nadie esté en condiciones de competir con el presidente y ni siquiera hay liderazgo en la oposición que le pueda competir".

Para el ex gobernador pampeano, con Kirchner el Frente de Todos habría existido desde antes de 2019 y la experiencia macrista no hubiera llegado al poder. Por estos motivos, consideró que dejó una fuerte impronta en el escenario político nacional, con decisiones de impacto y particularmente en el peronismo, al que unió.

"Un laburador de 24 horas, que no paraba nunca", llegó a describirlo y lamentó muchísimo su muerte. "Es un impacto que uno no alcanza a asimilar", dijo y expresó un "dolor tremendo por quien tenía un aprecio muy especial".