Viernes 26 de abril 2024

Héctor Malán, un personaje de su pueblo

Redacción 24/12/2023 - 00.16.hs

En cada pueblo, en cada rincón, existen esas personas que por su desempeño en diversos ámbitos se destacan sobre otras. Es esa gente que siempre está produciendo hechos, aunque a veces se la cuestione.

 

MARIO VEGA

 

Nadie que hable alguna vez de Jacinto Aráuz dejará de recordar que es el lugar que eligió René Favaloro para instalarse como médico rural en La Pampa, y el único sitio del país que tiene un museo histórico en su memoria.. Ubicado a 200 kilómetros de Santa Rosa, a la vera de la Ruta Nacional nº 35, con unos 2.500 habitantes (7 cuadras de largo por 6 de ancho, más o menos), cuenta como principal actividad económica el molino harinero y la industria láctea.

 

En esa localidad, en todas las poblaciones hay grupos de familias, y personas, que se destacan de alguna manera. Los hay en distintos ámbitos, tanto en el plano social, como en el arte, el deporte, o la política.

 

Las marcas de Arauz.

 

En esos lugares también acontecen hechos de esos que dejan marcas para siempre en una sociedad. En Arauz cabe mencionar por lo menos dos sucesos trágicos que quedaron registrados en la historia. El desaparecido escritor Jorge Etchenique hizo un gran trabajo de investigación de la que se denominó La Masacre de Jacinto Aráuz, acaecida el 9 de diciembre de 1921; una brutal represión a los estibadores que entre otras cosas reclamaban poder caminar y no tener que correr con bolsas al hombre que pesaban 70 kilos (!!!). Varios terminaron muertos, y los demás presos.

 

Más acá en el tiempo, el 14 de julio de 1976, se produjo la represión que sufrieron docentes y alumnos del Instituto José Ingenieros, cuando fuerzas militares y policiales irrumpieron en el pueblo secuestrando y torturando a los detenidos.

 

Los personajes

 

Entre las personalidades del pueblo sin dudas la del médico René Favaloro es la que lo destaca y prestigia.

 

Aunque por supuesto hay otros actores –menores ante la figura enorme del médico rural-- que sin ser personalidades le van dando su impronta a una comunidad pequeña… gente común que hay en todos lados, y que va participando de la vida social y pasan a ser una suerte de personajes.

 

Uno es Tito Oveseika, el pintor sin manos reconocido a nivel nacional que dibuja y pinta con el pincel en su boca; otro tal vez Darío Hernández que ha sido intendente, diputado provincial y presidente de la Liga Cultural de Fútbol.

 

Una familia acomodada.

 

Y hay uno --de una reconocida familia del lugar--, Héctor Jorge Malán, que reúne características de personaje. Al Negro lo conozco –no demasiado-- por el fútbol, porque ha sido entrenador mucho tiempo del Club Independiente de Jacinto Arauz; donde además es un poco un hombre orquesta. Por estas horas, y desde no hace mucho tiempo, es presidente de la Liga Regional Sureña creada recientemente como una escisión de la Liga Cultural.

 

Pero el hombre no sólo es fútbol, sino que ha desarrollado una serie de actividades que lo convierten en un todo terreno. Es miembro de una familia “acomodada”, aunque él dice ser “el más pobre” de los Malán, aunque goza del privilegio de ser vicepresidente de Molisud; también posee algunas propiedades, y se las arregla bien.

 

El periodista.

 

Tuvo por años una radio en su pueblo, e hizo participaciones en medios escritos en Buenos Aires. Estuvo vinculado a la política; abrió una pizzería y después le agregó un bowling. Además administró el hotel que estaba emplazado frente a la plaza del pueblo.

 

Alguna vez “se las dio” de productor y con su amigo Daniel Guerra trajo al Club Belgrano en Santa Rosa a Fito Páez. “Antes trajimos a Copani a Bahía y Aráuz, y cuando nos ofrecieron a Fito que andaba de gira nacional nos dijeron 20.000 dólares… ¡Pero sí, vamos para adelante! Terminó saliendo 65 mil, y perdimos plata porque tuvimos montones de problemas y se nos frustró traer a Air Supply, que lo teníamos señado… Y bueno, igual nos dimos el gusto”, se ríe ahora.

 

En el centro de Aráuz.

 

“Todos saben que Aráuz es un pueblo chico, y yo con mi familia vivimos frente a la Terminal, en el centro; en lo que puede decirse es el ‘sector’ de los Malán’. ¿Qué piensan de mí? No sé... a lo mejor alguno tiene la imagen de un ‘loco’, porque no me callo y digo lo que pienso… pero salvo alguno de Villa (Mengelle) que no me quiere no tengo problemas con la gente. Sé que están los que dicen: ‘¿El Negro Malán, muy inteligente pero medio loco’. Pasa que si bien no tuve ambiciones políticas, como mi mujer es viceintendenta algunos creen que es un armado mío… Y la verdad, nada que ver”, asegura.

 

Ancestros y referencias.

 

Evocó cómo llegaron los Malán. “Mi abuelo Felipe se instaló en 1944. Sus hijos fueron mi padre Lido (ya fallecido del cual lleva su nombre el estadio de Independiente) y Jorge, mi tío, presidente del club durante 38 años hasta que este año decidió retirarse”.

 

Y sigue: “Llevo en la comisión y con él más de 18 años. Mi padre, peronista de toda la vida, fue comerciante y después presidente de Molisud (molino harinero), donde estuvo junto a mi tío. Mi mamá era Angélica Nesprias, familia de vascos; y mi madre fue maestra desde sus 17 años hasta jubilarse”.

 

Su recorrido.

 

Nació en 1962, y hasta los 18 vivió en Aráuz. “Hice primaria y secundaria; y después vino el Servicio Militar en Toay, donde fui soldado con el actual gobernador Sergio Zillioto. Ese año el regimiento fue trasladado a Campos de los Andes (Mendoza) donde recibí la baja el 8 de marzo de 1982… ¡Sí, 20 días antes de desembarcar en Malvinas…!. Un poco loco, ¿no?”, rememora.

 

Luego se fue a La Plata a estudiar Ingeniería, y “si bien aprobé el ingreso me di cuenta que eso de matemáticas y álgebra no era lo mío; y en 1983 empecé Abogacía, que dejé después de aprobar sólo 8 materias”.

 

Política estudiantil.

 

No obstante se involucró “mucho en la actividad política estudiantil… En 1989 me fui a Buenos Aires a estudiar periodismo en la ‘Escuela de los 2 Congresos’ de la periodista Alicia Barrios. Hice una pasantía en la revista La Semana (hoy Noticias) y el Informador Público, donde trabajaba ella”, recuerda.

 

Estaba a punto de cumplir los 30 cuando regresó. “Instalé en Aráuz una de las primeras FM de la región (había una en Guatrache y otra en Darregueira), FM La Via, que me abrió la puerta a dos grandes pasiones, el futbol y la política”.

 

La Radio, el futbol y la política.

 

Desde La Vía, “con un esfuerzo enorme en 1991 empezamos a transmitir y relatar en la voz de Ricardo Rodríguez, el fútbol de la zona Sur, con contacto al instante en todas las canchas. Tiempos sin internet ni celulares… Un trabajo maratónico de tirar cables, usando teléfonos inalámbricos y todas esas locuras… Eso me permitió entrar en contacto con dirigentes de los clubes del sur porque se podían saber los resultados al instante… Y tuvimos charlas y discusiones por tener una liga y un fútbol de esta zona mucho mejor”.

 

Por la mañana conducía un programa de actualidad y política local provincial y nacional, “coordinaba todo y los fines de semana a full con las transmisiones con una logística muy grande. La radio me llevo a vincularme con el fútbol y la política”.

 

La política.

 

La política, desde su época de estudiante, “era una pasión, y desde la radio en la década del ‘90 los entrevisté a todos. Conocí a Pablo Fernández y Jorge Navarro, un amigo, me convenció de sumarme al Fregen. Dejé mi tarea en la radio, y fui secretario de la diputada Stella Chambon. Luego estuve en el Programa Solidaridad del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, que finalizo meses antes de la renuncia de De La Rua. Ahí volví a la Cámara de Diputados como responsable político del interbloque hasta 2002”, resume.

 

Diez años después estuvo en la delegación del Afsca en Santa Rosa, hasta renunciar en 2017 para regresar a Jacinto Aráuz.

 

Experiencia laboral y accidente

 

Allí se sumó a Malán y Cia, donde era responsable del área artículos para el hogar… “A la mañana radio, a la tarde la empresa y de noche otra vez radio; y los fines de semana organizábamos fiestas. Una vida de locos, lo que me llevó en la madrugada del 27 de julio de 1992, viajando a Bahía Blanca, a tener un accidente con el auto: sufrí una fractura expuesta en doce partes de mi tibia y peroné y estuve dos años para recuperarme”, rememora.

 

Pizzería, bowling y hotel.

 

“En 2007 con un amigo se nos ocurrió poner una pizzeria, y como el lugar que conseguimos era muy grande decidimos agregar un bowling. Había uno en Huinca Renancó y lo compramos desarmado; y ya que estaba también un restaurante completo que había cerrado. Lo tuvimos cuatro años, después lo alquilamos y finalmente lo vendimos”, señala.

 

Pero había más. El Negro alquiló “el famoso hotel frente a la plaza de Aráuz que exploté tres años. Lo que se recuerda de esto fue el día de la nevada mas grande de la historia que hizo que Jacinto Arauz pareciera New York en Navidad… con el hotel rebalsando de gente porque la ruta estaba cortada”.

 

La familia.

 

Cuenta que nunca se casó, pero tuvo “dos relaciones importantes en mi vida. De la primera nacieron mis hijas más grandes, Julieta y María Paz, mellizas que hoy estudian en Bahía; y con mi actual pareja, Mariángeles Sequeira --es psicóloga y actualmente concejal del PJ por segundo mandato-- tenemos a Ernesto Benicio y a Sofía, “la chiquita de la casa que no me deja envejecer”, se ríe.

 

“¿El más pobre?”.

 

Suena a broma que diga que es “el más pobre de los Malán”, porque tiene un buen pasar. Vendió su parte en Malán y Cia. cuando falleció su papá –tenía acopio de cereal, ramos generales, electrodomésticos--; y lo mismo hizo con la empresa de camiones… “Eran cuatro o cinco y se los vendí a mi tío. Me quedé con la participación en Molisud y ahora soy vicepresidente del Molino. No tengo mucha actividad, porque compré varios departamentos, casas viejas que reformé y las tengo en alquiler, y cuento con algunas regalías que cobro de vez en cuando. Estoy bien pero tampoco tiro manteca al techo”, expresa.

 

“Como mi mujer labura en el hospital, y a su vez es concejal… no nos podemos quejar, salvo ahora con Milei. Pero nos da para vivir bien, en un pueblo como Jacinto Aráuz donde tampoco hay mucho para hacer”.

 

El club de sus amores.

 

Por eso tiene tiempo para dedicarle al club. “Con eso le sacás ventaja al resto porque te podés dedicar cuando otros no pueden… Muchos creen que yo soy presidente, pero lo que tenía era el aval de mi tío que me bancaba. Hicimos muchas cosas, y como entrenador llegué a dos finales del Provincial. Digamos que hice cosas no tanto por la plata, sino por el tiempo”, sonríe satisfecho.

 

Alguna vez jugó como arquero en el club de sus amores. Tuvo un breve paso por la primera división, pero luego la colimba, y el posterior traslado a La Plata, terminaron con sus sueños de jugador.

 

¿Director técnico o dirigente?

 

Es en Independiente de Arauz el hombre clave. “Una vez, con la subcomisión de fútbol contratamos un entrenador que duró cuatro partidos… Nos hicimos cargo con la subcomisión y con Abel Zubrick éramos los que entrábamos a la cancha… estuvimos 17 fechas invictos y ganamos el torneo por un gol a favor de diferencia. Ahí se me despertó el deseo de ser Técnico... sentí que era mi vocación, y que me gustaba mucho más que jugar”, admite.

 

Y tuvo logros, como cuando fueron a jugar un Norpatagonico de la divisional B en Plottier. “Había equipos de cuatro ligas patagónicas… ganamos ese titulo y así sentí como que ya tenia dos títulos como técnico”.

 

Algunos logros.

 

Cuando falleció el padre, en abril de 1996, se alejó, para volver dos años después. Y otra vez su equipo fue ganador de la Zona Sur y como la Liga Cultural ese año tuvo Apertura y Clausura, de visitante le ganaron a Cochicó de Victorica y consiguieron el campeonato. “Fue mi tercer título personal; luego en 2002 perdimos la final del provincial con Pico FBC, y también obtuvimos otros dos o tres torneos de la Zona Sur”, cuenta Héctor.

 

Desde 2003, ya miembro de la comisión directa, se abocó a las relaciones institucionales. Pero ha ido alternando: a veces técnico, a veces manager, y siempre dirigente.

 

La nueva Liga.

 

Siempre pensó que el sur debía tener su propia liga, y eso es ahora una realidad. “Es que fui entendiendo que como dice el dicho, ‘Dios está en todos lados pero atiende en Santa Rosa... y dos días en General Pico’. Y lo que se piensa es con una mirada centralista, pero no porque los de la Cultural sean malos o perversos. Pero es otra realidad, y quieren que el interior profundo se acomode al centralismo. Lo viven pampeanos, sanjuaninos, formoseños, y los clubes del interior todos los días… vemos a los canales del establishment (Espn, TyC TNT) repetir que hay que bajar los equipos de AFA a 20. Lo que quieren es sacar a los del interior porque los complica viajar, salvo que les paguen fortunas y entonces van a jugar a Santiago del Estero”, razona.

 

Empresario, periodista, hombre vinculado a la polìtica, dirigente y entrenador de fútbol, pizzero, gastronómico, y productor trayendo artistas como Fito…

 

“El Negro” Malán… sí, un personaje de Jacinto Aráuz.

 

Malán y la mirada de un periodista.

 

“Aventurero, observador, solidario, soñador y pícaro son palabras que lo definen”, dice el periodista Julio Santarelli que lo conoce desde hace mucho tiempo. Con él Héctor Malan viene prometiendo que van a escribir un libro de las jugosas anécdotas de una vida que no suele ser la habitual para el habitante medio de un pueblo.

 

Y dice Julio: “Sí, lo traté, me enojé, me peleé, todo... pero con el tiempo uno empieza a ver a las personas de otra manera. Héctor es un típico soñador, es rápido... pícaro creo que es la palabra que mejor lo define. Me parece que debe ser el que más sabe del reglamento del fútbol acá en La Pampa, y muchas veces lo hemos llamado para que nos esclarezca algunas cosas”.

 

El periodista afirma que Héctor Malán “es un buen tipo, pero no sé si como él dice es ‘el más pobre’ de la familia… Tal vez el que puede tener un poco menos, pero la palabra pobre…”, se ríe Julio.

 

Y continúa: “Es soñador y como todos los que lo son a veces se embarcan en algunas historias que hace que uno se pregunte ‘qué hace éste metido aquí’. Pero para él tiene un sentido y logra lo que persigue. ¡Y claro que es un personaje!”. Y completa: “Ha estado en todos lados, es inteligente y tiene sentido de la solidaridad, tiene conciencia social”.

 

El dirigente de Aráuz, a veces por su desempeño en reuniones liguistas, suele ser comparado con el inefable Ramón Turnes. “No, Ramón era otra cosa. Rapidísimo e inteligente… era otro nivel”, dice Malán no sin cierta admiración.

 

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