Sabado 18 de mayo 2024

La Pampa, quinta productora forrajera

Redacción 04/05/2024 - 11.36.hs

Gran parte de la ganadería bovina -de carne y leche-, la producción ovina, equina y caprina se realiza sobre pastizales y pasturas naturales. La Pampa detenta el 9% del total de esas pasturas en el país.

 

JUAN JOSE REYES

 

Datos oficiales de 2023 dan cuenta que La Pampa tiene el 9% del total de pasturas naturales del país, 24,57 mill/ton de un total de 273 millones de toneladas existentes. Por notables mejoras en la línea de lluvias (isohieta o isoyeta) después de la seca de la campaña anterior se creció un 18%.

 

De acuerdo mapa regional de la ahora llamada Secretaría de Bioeconomía de la Nación, parte del territorio aquí es cubierto con pastizales y pasturas para abastecer la actividad ganadera. Hay 3,2 mill/ha con aptitud productiva (1,8 alta y 1,4 millones media-baja), un puesto de privilegio en seguridad alimentaria según estudio sobre 16 forrajes (3 de vegetaciones espontáneas y 13 de las cultivadas).

 

La Pampa es quinta (era sexta en 2021/22 después de la sequía) en producción forrajera, cifra que subirá en la medida que se recupere el stock ganadero que ya superó las 3,6 millones de cabezas. Según el INTA-Anguil la Pampa sufre una continua degradación de sus recursos naturales por la intensa intervención del hombre, acelerada por el avance de la agricultura en tierras dedicadas a la ganadería.

 

Lo mismo ocurrió cuando el desmonte y la incorporación de tierras al cultivo de trigo y otros cereales se extendió. El resultado fue un acelerado proceso de erosión del suelo, pérdida de especies vegetales autóctonas y, finalmente, desertificación de áreas del territorio regional. Para la Estación Experimental Agropecuaria Anguil "Ing. Agr. Guillermo Covas" (recientemente festejó sus 70 años de vida en La Pampa) el forraje es un combustible que le permite a los animales suplir necesidades para desempeñar sus funciones vitales y productivas.

 

En los rumiantes, la energía tiene un rol central en procesos del sistema digestivo, muscular, respiratorio,

 

circulatorio, reproductivo y esquelético. Allí existen pérdidas de energía a través de las heces, orina y gases pues es energía pura asociada a la mayor digestibilidad. Por ejemplo: en una vaca que consume 10 kg. de materia seca y bostea cuatro, significa que ese alimento tiene una digestibilidad del 60%, que seis kg. fueron digeridos.

 

Mejora forrajera.

 

La ganadería local, de base pastoril, demanda optimizar la producción y mejorar la utilización de los recursos forrajeros. Las características heterogéneas de estos recursos y los objetivos del sistema de producción, requieren una planificación ajustada a cada departamento provincial, sea aquel de cría, recría invernada o engorde.

 

El accionar de los animales en pastoreo produce cambios estructurales en las comunidades vegetales que afectan diversos procesos ecológicos y son determinantes en la producción animal. Buen parte del aprendizaje para optimizar la producción y la utilización de forrajes se deben nuestra Facultad de Agronomía.

 

En el país hay 273 millones de toneladas de forrajes (casi dos veces y media la producción de granos que superará los 130 millones de toneladas) y en La Pampa por encima de los 5 millones de toneladas de granos gruesos y finos.

 

Lideran los bonaerenses y santafecinos con 69,7 y 39,2 mill/ton. Le siguen Córdoba con 33,8; Entre Ríos 26,5 y La Pampa con 24,57 millones de toneladas. En porcentaje La Pampa tiene en la actualidad el 9% del total de la producción forrajera nacional.

 

El forraje es clave pues brinda a los animales las proteínas que los proveen de aminoácidos para el mantenimiento de las funciones esenciales como el crecimiento, producción, reproducción y lactancia. La ganancia de peso en los animales jóvenes es en gran parte en forma de proteínas y agua conformando el tejido muscular.

 

Pasturas y ganado.

 

Según especialistas, la utilización sustentable de los pastizales en la producción ganadera locales es la mejor opción para producir bienes y servicios económicos ambientales, manteniendo los recursos naturales y en las zonas semiáridas y áridas pampeanas, única fuente genuina de ingresos productivos. La producción eficiente de pasturas y forrajes conservados mejoran la competitividad de los sistemas ganaderos, es un complemento de la agrícola y beneficia la conservación de los recursos naturales.

 

La superficie con suelos de aptitud agrícola, sobre los cuales se dejó la actividad ganadera, no volverán a pasturas bajo pastoreo directo y esto implica nuevos desafíos para la investigación, básicamente referidos a aumentar la producción de carne y leche en ambientes edafoclimáticos más desfavorables.

 

Si bien hace décadas, tanto en el INTA como en la UNLPam se cuantifica la productividad de los recursos forrajeros naturales e implantados, hasta ahora ningún estudio sintetiza tanto esa información a escala regional y nacional de forma integrada que permita considerar la heterogeneidad espacial de aquellos recursos para la producción cárnica.

 

De acuerdo con el mapa, Argentina posee una productividad anual de recursos naturales y cultivados de 273 millones de toneladas por año, una cifra que permite dibujar futuros escenarios de producción ganadera en sistemas pastoriles. Los datos antiguos han sido enriquecidos con la base de la productividad estimada mediante cortes secuenciales de la biomasa de estudios anteriores.

 

Los recursos forrajeros espontáneos y cultivados para 43 unidades de vegetación es única y, en algunos casos, para unidades edáficas dentro de las unidades de vegetación. La productividad anual a nivel país para 2024/25 está estimada en 335 millones de toneladas de materia seca por año, valor 30% mayor al de la estimación anterior.

 

Cultivos propios.

 

Los cereales de invierno, en particular los cultivos de avena, cebada, centeno y trigo, representan una de las alternativas más promisorias destinadas a conservar forrajes y granos de alto valor nutricional para los más exigentes planteos intensivos de producción de leche y carne en la provincia. Aquí los ensilajes clásicos provienen de cultivos de verano como maíces y sorgos.

 

No obstante, el abanico de opciones forrajeras para conservar nutrientes es más amplio aún. Según los agrónomos todos los forrajes son potencialmente "conservables" como fuentes de nutrientes, con más o menos proteínas; carbohidratos solubles o fibra digestible, de acuerdo a su tipo, es importante subrayar que las variables de mayor impacto, el rendimiento de materia seca y el valor nutricional del producto final ensilado son factores críticos para modelos de alta carga y alta producción individual.

 

Diferentes tipos.

 

El INTA considera los diferentes tipos fisonómicos de vegetación naturales presentes en la provincia. En función de diferencias particulares en la vegetación natural, se distinguen diferentes áreas con características propias. Además de los principales forrajes cultivables, los forrajes herbáceos nativos son la flechilla -fina y negra-, el unquillo (poa); pasto hilo; cebadilla pampeana; pasto fino; centenillo; trébol de carretilla; alfilerillo; cortadera; flechilla crespa; pasto crespo; pasto colorado; pasto plateado; plumerito; penacho blanco; sorgo de monte; cola de zorro; pasto salado; pelo de chancho y el tupe (ajo macho). en arbustos (ramoneo) tenemos el palo azul; el solupe; llaollín y zampa. Finalmente en árboles (chauchas) el caldén, algarrobo y alpataco. También la jarilla, piquillín y la chilladora.

 

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