Viernes 26 de abril 2024

“Ojalá esto sirva como un aprendizaje”

Redacción 08/01/2024 - 07.57.hs

“Espero que esta etapa política termine, después de cuatro años de sufrimiento, con un aprendizaje, que le sirva a la gente para pensar un como mejorar en la próxima elección. Entiendo los sentimientos de la gente, que venía de varios malos gobiernos y a veces no quiere perder tiempo escarbando en los antecedentes e intereses que hay detrás de cada candidato. Pero la mayoría votó esto y ahora tendrán que aguantarlo, a ver si tienen las pelotas para aguantar los resultados de lo que votaron en una elección sin alegría, cuando eligieron por bronca, pensando que era el mal menor o porque querían sacarse de encima el gobierno anterior”, advirtió Luis Alberto “Changui” Cáceres.

 

El histórico dirigente radical dialogó con Radio Noticias desde su Santa Fe natal y fue consultado por el peligro de contar con un presidente que pretende la suma del poder público. “Si estoy dispuesto a aguantarlo yo, que lo anticipé, con más razón tendrán que aguantar quienes lo votaron”, reiteró, y vaticinó que “si bien dentro de cuatro años estaremos en el subsuelo del subsuelo, es necesario garantizar las instituciones republicanas: creo en la Constitución y creo en la democracia, que podrá ser perfectible, pero es el mejor sistema de gobierno hasta ahora”.

 

Si bien está convencido de que “Javier Milei destruirá el país” aclaró que debemos “garantizar que cumpla su mandato, porque los argentinos no podemos volver a abrirle una puerta a gobiernos inconstitucionales, como en el ‘66 cuando derrocaron a Arturo Illia o en 1976 cuando se instaló la última dictadura”.

 

“Una aberración”.

 

Además, a sus “80 años cumplidos”, Changui tiene claro que “no llegamos a una situación como ésta por un error circunstancial, sino por un cúmulo de promesas incumplidas y gobiernos fallidos que dicen una cosa y terminan haciendo otra, con resultados desastrosos”. Según el mítico referente santafesino, “este DNU resulta una aberración porque sobrepasa todos los límites y liquida una división de poderes que, si bien tampoco venía respetándose mucho, es la única garantía republicana: si permitimos que Milei acumule todo el poder en el Ejecutivo eliminando los contralores y los límites, estaremos muy jodidos y muy complicados”.

 

De todas maneras, “también habrá que observar qué votarán los legisladores de mi propio partido, y del PJ y del PRO, porque estas medidas contradicen todos los principios fundacionales, al menos de la UCR”, alertó. Y consideró que “esta magnitud de autoritarismo no la vimos nunca, ni siquiera en épocas cuando no imperaba la democracia sino gobiernos de facto”, porque “quien aparece combatiendo a la casta en realidad representa lo más rancio de la casta y sus políticas nuevas e innovadoras son tan viejas que ya se aplicaron varias veces en Argentina, con Krieger Vassena, Martínez de Hoz, Alsogaray, Cavallo” enumeró.

 

“Al abismo”.

 

Consultado sobre el futuro que se avecina, Cáceres recordó que “resulta obvio y previsible, y además ya lo sabíamos, porque este modelo responde a intereses de grupos muy alejados del bienestar argentino, como el fondo Black Rock y las grandes corporaciones interesadas en el litio y Vaca Muerta”. Según Changui, “esto estaba cantado: antes de las elecciones uno planteaba ‘por ahí no porque vamos al abismo, por ahí no porque desbarrancamos’, y sin embargo alegremente marchamos directo al abismo y al desbarranque”.

 

Y lamentó que “con más de 60 años de militancia sobre el lomo, ya sé que a poco de andar y en pleno desastre nadie se hará cargo ni aceptará que votó al desastre, y entonces la culpa terminará siendo de aquellos que avisamos anticipadamente: ‘por ahí no, que desbarrancamos”.

 

“La deuda pendiente”.

 

Entre 1983 y 1989, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, Changui fue diputado nacional y candidato a gobernador de su provincia. En décadas anteriores fue miembro fundador del Movimiento Universitario Reformista Auténtico (MURA, predecesor de Franja Morada) de la Junta Coordinadora Nacional y del Movimiento de Renovación y Cambio de la UCR. “Mi generación llevó adelante una epopeya, destinada a recuperar el estado de derecho y su vigencia permanente en el país”, recordó.

 

Cuarenta años después la democracia “mantiene una deuda pendiente, con otro compromiso que debían asumir las generaciones posteriores. Pero menospreciaron el esfuerzo realizado para recuperar la democracia y olvidaron que el ‘se cura, se come y se educa’ de Alfonsín tenían que llevarlo ellos adelante”. Dice Cáceres que “Alfonsín señalaba esto con claridad y advertía que, sin unidad nacional estas cosas resultarían imposibles. Pero la unidad nacional es como el tango, se necesitan dos para bailar. Y si vos convocás a la unidad nacional y nadie te da pelota, es natural que al final, caigas al abismo”.

 

Los partidos políticos.

 

En cuanto a la UCR, Changui confiesa que su mayor preocupación “no es perder una elección, sino que el partido se aleje de aquellos principios básicos y fundacionales que le dan sentido a su existencia”. Y recordó que “la UCR no es antiperonista: es republicana, democrática y cree que debemos garantizar igualdad de oportunidades como único camino para que los argentinos tengan una vida mejor”.

 

No obstante, reconoce que “cierto sector antiperonista de la ciudadanía, en algún momento encontró en el radicalismo un espacio opositor y alternativo al PJ y se incorporó sin entender su historia, principios ni los objetivos que persigue la UCR”. Esas personas “solo buscaban un nicho para desarrollar su antiperonismo, pero la UCR nunca fue un partido antiperonista, ni mucho menos”. Del mismo modo, “si ponés la lupa sobre del peronismo, verás que están todas las expresiones posibles: la Triple A y Montoneros, la CNU y los sectores con sensibilidad social”, agregó.

 

En ese contexto, recordó que “los partidos políticos son las herramientas que tienen las sociedades para desarrollar sus sueños y aspiraciones. Y si los partidos están en crisis y no practican la democracia interna, la ciudadanía se queda sin espacios ni alternativa, y si finalmente nos quedamos sin la única herramienta para avanzar hacia un país mejor, estamos al horno”, concluyó.

 

Militando el “anti Chucky”.

 

“Yo milito el anti Chucky, que se presenta como nuevo, pero es más viejo que la escarapela, y propone políticas económicas que ya llevaron al desastre a países como el nuestro”, decía Changui Cáceres hace cuatros meses, antes de las elecciones generales. Todavía había cinco candidatos y se avizoraba un balotaje, pero el viejo dirigente ya alertaba sobre el peligro que corría la democracia y fustigaba a quienes aportaban oxígeno al actual presidente, entre ellos Mauricio Macri: “Chucky es anti política, anti república y antidemocrático. Un fascista totalitario que representa lo peor de la casta”, advertía sobre Milei.

 

“Que un fascista diga que el peor gobierno fue de un gran demócrata como Alfonsín, enaltece al gran demócrata y a quienes seguimos esa idea. Que salga planteando pelotudeces sobre quien encabezó aquel histórico proceso de retorno a la democracia, llevando adelante las aspiraciones que tenía todo un país de recuperarse, a mí me llena de tranquilidad”, agregaba.

 

El triunfo de Milei era incierto, pero Changui advertía “a las nuevas generaciones que la anti política ya la vivimos en dos etapas de nuestra historia, y son etapas que no quiero para mis hijos y y nietos, ni para las nuevas generaciones”. Pero, “si las nuevas generaciones no entienden y quieren vivir su propia experiencia de cómo tiran personas vivas de los aviones a los ríos, y al día siguiente encontrar a tus compañeros de estudio muertos o flotando ahogados en una laguna; si la quieren vivir sin escuchar a los veteranos que ya la sufrimos, bueno muchachos, hagan la experiencia, aguántense la picana, la cana, los garrotazos, aguántense los tiros, y váyanse a la puta madre que los parió”.

 

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