Otro femicidio: militar asesinó a pareja

En medio de escenas profundamente desgarradoras, efectivos policiales y funcionarios judiciales intervinieron ayer en un nuevo caso de femicidio seguido de suicidio, protagonizado por un militar y perpetrado con un arma de guerra. La tragedia ocurrió a las 6:05 de la mañana, en un complejo de alquiler ubicado en Dante Alighieri 1.355, frente a la vieja oficina postal de OCA, cuando Elías Horacio Funes (40) mató a Marianela Vega Merino (37) con dos disparos de un FAL (fusil automático liviano) y luego se disparó en la boca con la misma arma.

 

El viernes había sucedido un episodio similar en una vivienda de Villa Elisa, donde Antonio "Toni" Boland (44 años), oficial de la Policía Federal, asesinó a Elsa Susana Muñoz con una pistola reglamentaria y posteriormente se quitó la vida.

 

La sucesión de femicidios provocó que diversas organizaciones realizaran anoche (ver página 7) una marcha por el centro de la ciudad, destinada a reclamar que los efectivos de seguridad no puedan portar armas fuera del horario de servicio, y convocada tras conocerse el nuevo crimen cuando los cuerpos aún no habían sido retirados del departamento.

 

En la escena del crimen se congregó un equipo de fiscales integrado por Walter Martos, Selva Paggi, Máximo Paulucci, Oscar Cazenave, Marcos Sacco y Cristian Casais. Según la información suministrada por fuentes judiciales, el agresor revistaba como sargento en el Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 12 (RIM) asentado en Toay, cargo que lo habilitaba para acceder al arsenal, y aunque existirían situaciones de violencia previas, no se registran denuncias formales en el sistema judicial.

 

Escenas trágicas.

 

Alarmado porque no se había presentado en su lugar de trabajo, ayer a las 8:30 llegó hasta el edificio un hermano de la mujer, quien al no recibir respuesta forzó una abertura para ingresar y descubrió el dramático cuadro. "Surgió la sospecha de que podría haber sucedido algo porque ayer (domingo) tampoco había ido a trabajar. Su hermano pudo ingresar por una ventana de atrás y se encontró con este escenario", explicó el fiscal Marcos Sacco.

 

En diálogo con la prensa, el funcionario agregó que "el departamento se encuentra en la planta baja y es un monoambiente de pequeñas dimensiones" y agregó que el femicida "es un militar, oriundo de La Pampa y con familiares en Victorica". Según las primeras investigaciones "la pareja se encontraba en proceso de divorcio, prácticamente separados aunque aún mantenían la convivencia. La mujer había salido anoche con otra persona y volvió a las dos de la mañana", reconstruyó el fiscal.

 

Consultado sobre eventuales antecedentes de violencia, aclaró que "según los testimonios, existían situaciones de celos y de violencia, que la mujer nunca denunció" y explicó que "la fiscalía tiene la obligación de investigar el caso como un femicidio y determinar todos los extremos para establecer este supuesto, aunque resulta claro que fue así, para dar cumplimiento a los protocolos de femicidios y resarcir derechos de las víctimas que quedan con vida, menores de edad".

 

Tres disparos.

 

Merino tenía una hija de 13 años, que no pasó la noche en esa casa y cuya llegada al sitio provocó una de las escenas más dramáticas de la jornada. Desde el primer momento, frente al edificio permaneció un numeroso grupo de familiares de la víctima, a quienes no se les permitió ingresar hasta terminar la recolección de huellas y rastros. "La mató y se mató él", repetía la madre de la joven, visiblemente alterada, a cada familiar que llegaba al lugar.

 

Según Sacco, "el cuerpo de la mujer tenía dos disparos y el hombre uno, que le ingresó por la boca", confirmando los testimonios de algunos vecinos, quienes afirmaban que "a las 6 de la mañana se escucharon tres tiros".

 

En la escena trabajaron efectivos policiales, personal de la Oficina de Atención a la Víctima y especialistas de la Agencia de Investigación Científica (AIC). "En principio, la muerte de la mujer aparece como un femicidio y así será investigado. Posteriormente se produjo otra muerte de un hombre, que se presenta como un suicidio, pero antes de acreditarlo así debemos trabajar e investigar: por ahora tenemos una teoría del caso y no una certeza", explicó el fiscal Máximo Paulucci.

 

Armados y peligrosos.

 

Los dos femicidios cometidos con apenas tres días de diferencia por miembros de fuerzas de seguridad, actualizaron una vieja discusión sobre la portación de armas en horarios fuera de servicio por parte de policías y militares. "No resulta algo novedoso, es un debate que viene de larga data. En ambos episodios estamos ante personas que se encontraban en funciones. En este último caso, el efectivo tenía acceso a las armas por su cargo en el Ejército, mientras que el oficial de Policía Federal portaba su arma porque estaba en servicio", comentó el fiscal Marcos Sacco.

 

Paulucci, por su parte, se mostró "impactado por abordar dos hechos tan tremendos con pocos días de diferencia, porque no es habitual en nuestra provincia" y ante la consulta sobre el peligro de que los efectivos porten armas cuando están fuera de servicio, respondió: "no me corresponde hacer ese análisis. En este caso, no sabemos si tenía permiso para llevarse el fusil a su casa o si éste fue sustraído. Eso debemos acreditarlo porque, aún siendo militar en funciones, debería estar autorizado para utilizar ese tipo de arma".

 

Con el de ayer suman tres las pampeanas asesinadas por sus parejas en lo que va del año. En enero se produjo el femicidio de Mirta Fetter, asesinada por Marcelo Darío Agüera, quien permanece recluido con prisión preventiva.