Sabado 27 de abril 2024

Peleas a cuchillo: una modalidad juvenil que no cede y preocupa

Redacción 16/02/2024 - 00.28.hs

En los últimos meses han recrudecido situaciones de reyertas callejeras, que se dirimen en muchos casos con la utilización de armas blancas. Lo típico son cuchillos, pero pueden ser diversos instrumentos usados contra otra persona para ataque o defensa. Las crónicas policiales registran ese tipo de enfrentamientos de manera cada vez más frecuente. A veces se tratan de agresiones contra personas, sin que se repela de la misma manera del otro lado.

 

Lo que más comúnmente se utilizan son cuchillos –a veces los usados de manera doméstica en la mesa familiar, como puede ser un simple tramontina- y en otras ocasiones tijeras, agujas, o incluso las clásicas púas carcelarias.

 

Una recorrida por las páginas de los diarios permite registrar hechos de ese tipo en Santa Rosa, General Acha, General Pico y Toay, entre otros sitios.

 

Violencia creciente.

 

En otras épocas las peleas a la salida de un baile, de un boliche, las que se producen en una cancha, o en el lugar que fuere, terminaban a las trompadas.

 

Pero es cierto y evidente que el nivel de violencia fue creciendo y dio paso a la utilización de elementos contundentes. Alguna vez fueron palos, pero no faltaron los disparos de arma de fuego; y últimamente se observa la recurrencia de armas blancas.

 

¿Qué está pasando? Resulta claro que el in crescendo de la acritud en las peleas callejeras, por lo general -aunque también se dan muchas veces en ámbitos hogareños-, está dando lugar a una “moda” que por supuesto resulta harto riesgosa.

 

En algún tiempo las diferencias se resolvían con una pelea mano a mano –lo que obviamente no estaba tampoco nada bien--, pero era más difícil que

 

allí se pusiera en riesgo la vida o la integridad física del adversario (aunque es verdad que también se han producido de esa forma más de una desgracia).

 

Hoy la cuestión es mucho más violenta y puede terminar en una muerte, o con heridos de gravedad.

 

¿Salen armados con cuchillos?

 

Pareciera que en nuestra sociedad hay mucha gente –con un nivel de agresividad incomprensible- que directamente sale armada con un cuchillo. La cuestión se tornó tan recurrente que la sociedad advierte que no puede ser tomado como algo normal. Todo el tiempo hay peleas a cuchillo, y las consecuencias más de una vez resultan fatales.

 

Cómo olvidar el caso del chico del Plan 5.000, que murió en esas circunstancias en un hecho que todavía se está investigando. Pero estos últimos días los diarios ofrecen la información de sucesos parecidos no sólo en la capital provincial sino también en otras localidades.

 

A nadie escapa que la sociedad está enferma de violencia. Así de simple, y

 

preocupante.

 

Preocupación gubernamental.

 

Por estas horas el ministro de Seguridad, Horacio Di Nápoli, admitió que las autoridades han tomado nota del asunto y ya se trabaja para tratar de llevar las cosas a un estado mucho más racional.

 

“Por supuesto estamos sobre el tema, y la preocupación es de todos los días. Vemos que una gran cantidad de estas peleas que se originan en la calle, o entre vecinos, las producen muchas veces menores de edad. Han tomado esta metodología violenta con el empleo de armas blancas. A veces se trata de cuestiones en las que se ven involucrados menores ya en conflicto con la ley penal, porque sabemos quiénes son. Pero también se ha dado en casos de problemas de pareja”, señaló.

 

Tarea interministerial.

 

El ministro dijo que “preocupa el grado de violencia y que se pueda tomar una arma blanca para disputar una pelea de estas características”. Agregó que cuando se trata de menores “se da da intervención tanto a la Justicia Penal Juvenil, como a la Subsecretaría de Niñez y también al Defensor de Menores, y se judicializa en forma inmediata”.

 

Aclaró que “en el caso de participación de personas mayores es distinto porque se le da intervención a los fiscales con todo lo que ello implica; y es en la fiscalía donde se dirime la cuestión en definitiva porque la Policía le lleva todas las medias probatorias que puedan surgir”.

 

Di Nápoli sostuvo que “nosotros desde la Provincia lo estamos abordando en un trabajo interministerial”, y “por supuesto con el Poder Judicial con el que se está en permanente contacto y al que tenemos que avisar de forma inmediata, como corresponde, de los hechos que día a día se nos están dando”.

 

Violencia en la sociedad.

 

Evaluó que “el grado de violencia a nivel social ya lo venimos advirtiendo desde que terminó la pandemia”. Enseguida razonó que es probable que haya “una situación económica que no es la mejor, y eso hace que se esté siempre trabajando al límite; pero socialmente hay un grado de tan baja tolerancia que da para cualquier cosa realmente”.

 

El funcionario admitió que el cuadro “es muy preocupante. Lo hablamos todo el tiempo a nivel provincial y se toman medidas para ver de qué manera se puede evitar y prevenir este tipo de circunstancias. Pero es difícil, porque a veces la presencia de alcohol, y por ahí el consumo de una sustancia prohibida son un caldo de cultivo”.

 

“Estamos viendo de qué manera poder afrontar esta realidad –siguió--, desde el lado de Salud Mental con la prevención; lo hacemos desde nuestro ministerio; también en la parte de Desarrollo Social y por supuesto desde el lado de la Justicia”, informó.

 

Abordaje necesario.

 

Agregó el ministro Di Nápoli que “uno anda en la calle todos los días, y por eso lo vamos viendo, lo vamos escuchando y lo vamos viviendo. Es un trabajo fuerte el que hay que hacer y en eso estamos. En el Gobierno provincial y en la Justicia hay muchas dependencias que cuentan con equipos técnicos para hacer los abordajes necesarios. Pero insisto, hay que moverse mucho en cuanto a prevención; y también sobre los hechos ocurridos por supuesto. Estamos preocupados, pero nos ocupamos”.

 

Poca tolerancia.

 

De todos modos no circunscribió todo a enfrentamientos entre jóvenes, porque “cuando hablamos de grave violencia a nivel social tenemos que considerar la poca tolerancia que hay. Si hasta ha sucedido que en un accidente de tránsito hubo que llevar a una persona detenida porque sacó un arma queriendo agredir al otro conductor. Es decir que no es fácil, y tenemos que hacernos cargo”.

 

Los padres.

 

Resaltó la necesidad -en el caso de menores- que “los papás y las mamás, estar atentos. Con nuestros hijos tenemos que estar atentos todos los días, dónde van, con quiénes… si les prestamos un auto o no; decirles de la responsabilidad que significa andar en un vehículo y que para eso no pueden ingerir alcohol. Me parece que hay mucho problema de base del cual no nos estamos haciendo cargo como realmente debiéramos. Los padres tenemos que hacernos cargo”, insistió.

 

“Cuidar a nuestros hijos no es decirle a todo que sí. Aunque sea difícil. Pero debemos aprender a poner límites, porque a veces ellos los están pidiendo”, indicó.

 

Una autocrítica.

 

Y reflexionó: “Claro que lo que digo puede enojar, pero no está mal hacer una autocrítica con papá, con mamá, a ver qué estamos haciendo mal. Y esa es la colaboración que se necesita. Nosotros tenemos claro cuál es nuestra responsabilidad, pero si socialmente no se colabora por supuesto que esto se va a incrementar. Como Estado tenemos que acompañar, ayudar”.

 

“¿El uso de armas blancas? Entendemos que hay personas que salen con un cuchillo de sus casas, y se da mucho con menores. Sí, lo estamos advirtiendo y tratando de ver cómo se puede ir solucionando, pero no es fácil”, admitió.

 

¿Por qué se las llama armas blancas?.

 

Dicen los que dicen saber que el término “arma blanca” para caracterizar a cuchillos, espadas, púas, navajas, etc., tendría que ver con la brillantez de los instrumentos utilizados en una confrontación.

 

Es decir que un arma blanca sería cualquier objeto utilizado para atacar a alguien o algo pero con la mano, como pueden ser espadas, dagas, puño americano, etc.

 

A diferencia de las armas de fuego –que sí necesitan una licencia especial-- no requieren de permiso alguno para portarlas. Y además, claro, no necesitan de un proyecto para ser usadas.

 

No obstante hay que señalar que un arma blanca no es sólo un cuchillo, una navaja, un hacha o un machete, sino que también incluye cualquier objeto que pueda dañar a otra persona.

 

En la tipología policíaca se dividen en distintas categorías.

 

Están las cortantes, que son instrumentos caracterizados por un borde fino llamado ranura, que es lo suficientemente afilado como para cortar tejido con presión deslizante, lo que hace que la cuchilla continúe cortando a medida que se mueve. Buenos ejemplos de armas blancas son las navajas, los cuchillos y las navajas de barbero.

 

Las punzantes, de punta afilada, de sección circular o poligonal. El instrumento es para perforar. Un ejemplo de esta especie es la aguja o el florete.

 

Las contundentes, las que usan presión de impacto y causan fracturas de huesos, como podría ser un bate de beisbol a un martillo.

 

Las corto—contundentes, son piezas que actúan que pueden cortar, pero también por su masa permiten golpear. Un ejemplo puede ser un hacha.

 

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