Radares en Santa Rosa: “Después pasaremos a etapa de sanciones”

“La máxima de 30 kilómetros ha sido una medida muy favorable, especialmente en el radio céntrico, que registra una mayor confluencia de vehículos y otros medios de movilidad, donde advertimos que los conductores se están habituando a reducir la velocidad”, aseguró Guillermina Castro, directora de Tránsito del municipio. Agregó que “los conductores han ido ajustando paulatinamente su conducta a la normativa y observamos que durante su paso por los Centros de Formación comprenden perfectamente cuál es el objetivo de la ordenanza”.

De todos modos, reconoció que “siempre existen personas que no se adaptan ni cumplen ninguna normativa, no solamente las reglas de tránsito”. En cuanto a la aplicación de multas y sanciones, recordó que “todavía estamos en la etapa de educación y toma de conciencia, porque el objetivo prioritario de esta medida es estimular un cambio de conducta para que la población conduzca a velocidades más seguras” y anunció que “con la próxima instalación de sistemas tecnológicos para detección de exceso de velocidad en distintos lugares de la ciudad pasaremos a la etapa de sanciones”.

Según Castro, el control de velocidades “era una materia pendiente, porque bajar las velocidades implica una mayor probabilidad de sobrevivencia ante un siniestro. A 30 kilómetros por hora, esa posibilidad de sobrevida alcanza al 90%, pero a 60 kilómetros la sobrevivencia se reduce al 10 por ciento. En eso estriba la diferencia entre velocidades máximas y velocidades seguras”.

Instalación de radares.

El jueves por la tarde, durante un acto celebrado en el Parque Recreativo Don Tomás, el intendente Luciano di Nápoli anunció que enviará al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para autorizar la firma de un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) destinado a incorporar una red de tecnología que permita detectar este tipo de infracciones y determinar en qué lugares deben colocarse los radares.

Si bien el municipio cuenta con estadísticas y tiene definidos los lugares más problemáticos, “este convenio de cooperación interinstitucional nos ofrecerá aportes técnicos y asesoramiento, porque el INTI tiene un Observatorio Vial y coordina un sistema evaluador de la movilidad sobre el transporte público y privado, y puede hacer convenios con municipios, provincias o instituciones”.

Castro también explicó que “antes de instalar un determinado sistema de detección, se desarrolla un abordaje local para determinar los lugares específicos donde actuar”, más allá de que el municipio ya tiene determinados ciertos sectores donde debe reducirse la velocidad, entre ellos “las avenidas Perón y Circunvalación, y algunas calles de la ciudad que resultan muy conflictivas”.

Mientras en la zona céntrica ya se aplica la máxima de 30 kilómetros por hora, “en las calles se mantiene un límite de 40 km/h”. En cuanto a las avenidas “la velocidad máxima es de 60 km/h en tramos rectos y 40 km/h antes de las rotondas”. Sin embargo, “es muy importante recordar que avenidas como San Martín, Luro y Spinetto tienen semaforización y velocidades mínimas establecidas e indicadas por cartelería”. Según Castro, “si bien en muchos casos la velocidad está sincronizada por los semáforos, por encontrarse en un contexto urbano resulta importante reducir las velocidades máximas”.