Lunes 29 de abril 2024

Reclamo por un hombre preso en San Luis

Redacción 09/04/2024 - 08.03.hs

Familiares de Eulogio Amaya (83 años), recluido hace cinco años (de una sentencia de 11 años) en una cárcel de San Luis volvieron a pedir clemencia a la Justicia para que acceda. Ayer, una de sus hijas, Dora, le contó a LA ARENA que "mi padre, está en una cárcel oscura, fría, sin asistencia médica, enfermo y solo. Me dijo: 'ayudame porque no puedo más'". Y criticó la inflexible postura del juez de Ejecución Penal, Jorge Mauricio Pascual, y la falta de respuestas de Paula Grotto, responsable del área provincial de Derechos Humanos.

 

En julio de 2020, Amaya fue condenado por la jueza de audiencia de General Pico, María José Gianinetto, a 14 años de prisión (luego el TIP le redujo la pena a 11 años), por haber disparado con un arma de fuego contra su ex pareja y el hermano de la mujer. El hecho ocurrió en Algarrobo del Aguila.

 

La imputación que derivó en el fallo fue "tentativa de homicidio agravado por haber sido cometido contra la persona con la que mantuvo una relación de pareja y por mediar violencia de género; en concurso real con tentativa de homicidio simple agravado por el uso de un arma de fuego, en concurso ideal con portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal".

 

Pedido de clemencia.

 

La familia reveló que vive un verdadero drama. "Mi papá la está pasando mal, muy pero muy mal. Tiene 83 años, está en una penitenciaría de San Luis capital, donde las posibilidades de comunicación son tremendamente escasas. Intentamos comunicarnos con la directora del penal, pero es lo mismo que la nada misma. Tantos violadores, asesinos y malandraje sueltos y mi padre anciano y enfermo encerrado, cuando apenas pudo gatillar un arma de reliquia que ni siquiera, debido a su edad sabía si estaba al revés o no", se lamentó.

 

"Si supieran o si entendieran lo que es tener a un padre tan honesto como el nuestro en prisión, haber viajado por meses a Pampa de Salinas, un lugar inhóspito en el medio de la nada. Sus tremendos y crónicos problemas de salud, usando pañales, donde su compañero de celda debe ser algo así como ‘su acompañante terapéutico’, dado que no puede valerse por sus propios medios. En breve: dolorosa y triste vida", agregó Dora.

 

En octubre de 2022, el tema conmocionó al oeste pampeano. Tal fue el impacto negativo en la población que, como nunca antes había ocurrido en el pequeño y tranquilo pueblo de Algarrobo del Aguila, hubo una manifestación popular multitudinaria en apoyo al no traslado de Amaya a San Luis, cuantificada en unas 120 personas.

 

Ayuda.

 

La mujer contó que hace dos semanas, como respuesta al pedido a la Justicia del traslado de su padre a La Pampa por sus problemas de salud, "fue trasladado a San Luis capital sin avisarnos, nos enteramos de la situación por familiares de otros internos. Y fue un calvario nuestros intentos de comunicarnos con él, recién ayer logramos hablar con él unas pocas palabras. ¿Saben qué me dijo? Hija ayudame porque no puedo más. La tristeza y el dolor lo invaden".

 

"El juez (de la Unidad de Ejecución Penal) Jorge Mauricio Pascual, que es de General Pico, está ciego, sordo y mudo a nuestros pedidos de que le den domiciliaria y lo traigan a alguna localidad más cerca y no retrocede en su decisión de que siga en San Luis, es más ahora en la cárcel de la capital está infinitamente peor", se lamentó.

 

"Y los Derechos Humanos tampoco están. He llamado un montón de veces a la titular del área provincial Paula Grotto y no contesta. Y en los teléfonos oficiales nos atienden pero solo para decirnos que mande los pedidos por escrito, pero tampoco hay respuesta alguna", acusó.

 

"Recurro a ustedes para que se visualice ésta situación y hacer el eco en la sociedad que nosotros no podemos. Por la vida de mi padre les pido que nos ayuden", concluyó, a manera de ruego, Dora Amaya.

 

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