Viernes 03 de mayo 2024

Nilda Redondo presenta hoy su nuevo libro

Redacción 26/10/2023 - 12.33.hs

En 2023 se cumplen cincuenta años de “La patria fusilada”, libro de Francisco Urondo basado en testimonios de los sobrevivientes a la masacre de Trelew, “cuya potencia nos conmueve hasta el presente”. En honor a ese trabajo emblemático, Nilda Redondo presentará el jueves su trabajo “Lecturas políticas de la literatura argentina”, a las 19.30, en el salón del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Humanas.

 

La escritora estará acompañada por José Javier Maristany, director del Instituto de Investigaciones Literarias y Discursivas de la facultad, y por vía virtual participarán Alejandro Horowicz, Miguel Mazzeo y Angela Urondo Raboy, quien tenía 11 meses de vida cuando su padre cayó asesinado durante la última dictadura cívico militar.

 

Además del arte literario, habrá espacio para la música y la plástica: Pamela Díaz cantará la “Vidalita de la paz”, de Juan Ele Ortiz y Ariel Ramírez, acompañada por el piano de Alberto Gatica, en tanto que Jimena Cabello exhibirá algunas de sus pinturas.

 

“El núcleo del libro está dedicado a la Masacre de Trelew, mostrando distintas perspectivas sobre esos hechos, recorriendo diferentes expresiones dentro del campo revolucionario y haciendo centro en La Patria fusilada, de cuya primera edición se cumplen 50 años”, explica Redondo.

 

Paty lleva muchos años buceando en la obra comprometida de Urondo y Conti, con varios trabajos específicos editados. “Ahora vuelvo con ellos, estableciendo una relación entre sus concepciones estéticas, políticas y éticas, y los escritos de Juanele Ortiz y Juana Bignozzi”. Como conclusión de ese abordaje, dedicará los capítulos finales “a la reflexión sobre los vínculos entre vanguardia política y vanguardia artística” y a indagar en “la concepción que este campo revolucionario tenía sobre la creación artística, tan importante para ellos que aún resuenan con potencia sus voces, desde los escritos recuperados a pesar del enorme genocidio que pretendió invisibilizarlos”.

 

Ecos desde Trelew.

 

La Masacre de Trelew ocurrió el 22 de agosto de 1972, durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse y “La patria fusilada” recoge testimonios de sus sobrevivientes, tomados por Urondo el 24 de mayo de 1973, un día antes del Devotazo, aquella movilización popular que exigió la liberación de los presos políticos mientras Héctor Cámpora asumía la presidencia del país.

 

Urondo fue emboscado el 17 de junio de 1976, mientras conducía un auto por las calles de Mendoza. “Su compañera Alicia Raboy fue secuestrada y continúa desaparecida; su hija Angela estuvo secuestrada unos días y luego llevada a una casa cuna, donde un mes después la retiraron su tía Beatriz y su abuela materna. Una compañera que compartía el vehículo (la Turca Renée Ahualli) pudo huir y evitó su secuestro. Francisco estaba declarado ‘delincuente terrorista subversivo’ y toda su obra fue prohibida”, cuenta Redondo.

 

Cuatro autores.

 

Al igual que Urondo, Haroldo Conti, Juan L. Ortiz y Juana Bignozzi registran “la marca y los efectos del genocidio desplegado por la última dictadura cívico militar”. Durante aquellos años, la persecución política de poetas y escritores se extendía también a su obra literaria, que los militares prohibieron e intentaron eliminar, como ocurrió en febrero de 1977 cuando asaltaron la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil y quemaron todos los ejemplares de “En el aura del sauce”, la poética completa del entrerriano Juanele Ortiz, que había sido editada en 1971.

 

Conti, en tanto, “fue secuestrado el 5 de mayo de 1976, cuando regresaba a su domicilio luego de cenar e ir al cine con su compañera Marta Scavac. Aún continúa desaparecido y su obra corrió el mismo destino que la de Urondo”, recuerda Paty.

 

Si Juana Bignozzi (1937-2015) logró sobrevivir al genocidio, fue porque en 1974 partió al destierro en España, donde permanecería durante 30 años. Anarquista y noctámbula, prolífica traductora y artífice de una poesía luminosa, fue la única mujer del grupo literario “El pan duro”, y dejó un legado necesario e inmortal. “Ella se consideraba desterrada y no exiliada, palabra de la que desconfiaba, pero igualmente forma parte del ancho campo del destierro/exilio político producido por la última dictadura cívico militar en nuestro país”.

 

FOTO: Archivo.

 

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