Martes 09 de abril 2024

Acusados del doble crimen Epifanio proclamaron su inocencia

Redacción 29/08/2013 - 04.21.hs
Hasta la semana pasada, Miguel y Daniel estaban aislados. Uno en el pabellón Sur del Ipesa, el otro en el extremo norte, en el área de admisión. Nunca, desde que la jueza Florencia Maza determinó su internación, se vieron las caras. Ayer, 40 días después de ser detenidos como sospechosos del doble crimen de la avenida Luro, volvieron a juntarse en una casa de Zona Norte. Sentados junto a una mesa en la que había un cenicero, una botella de Coca Cola y juguetes de niña, ambos repitieron la versión que -dicen- sostendrán hasta el final: "no tenemos nada que ver, el verdadero asesino anda suelto".
Los chicos tienen 16 y 18 años, pero sus identidades se mantienen en reserva para esta entrevista. "Salimos en todos lados. La causa tomó estado nacional, nos señalan y nos preguntan si fuimos nosotros. Pero el verdadero asesino anda suelto", reiteraron.

Detenciones.
Miguel es tímido y retraído, una imagen que contrasta con el chico que salió en todos los diarios tomándose los genitales en la Ciudad Judicial. En un brazo lleva tatuado a San Expedíto. El lunes volverá al Ipesa para asistir a la escuela y a equinoterapia. "Es una condición que puso la jueza, ir a clases y con los caballos", explicó. "Me detuvieron el viernes 12 de julio a las 10, en la casa de mi abuelo. Estaba durmiendo y efectivos de la Brigada me pidieron que los acompañara 15 minutos hasta la seccional, pero estuve hasta el sábado cuando me trasladaron a la Delegación Sur", contó.
Miguel denunció "en la Brigada me pegaron, decían que había matado a los abuelos. Querían que me incriminara o denunciara a otro pibe. Cuando me trasladaron hacia la Delegación Sur pasamos frente a la casa de los viejitos y me preguntaron por dónde había entrado. Yo no dije nada, porque no sé nada", agregó.
Daniel es corpulento, tiene 18 años, lleva tatuado al Gauchito Gil y habla de causas, condenas, y cárceles como si fuera abogado. Fue detenido el viernes 12 a la tarde, en casa de su novia. También cuenta que lo hicieron pasar frente al hogar de los Epifanio. "Me preguntaron si había ido a robar y les dije que no, que habíamos robado en otra casa. Me llevaban esposado pero no estaba demorado ni detenido. Me tuvieron un rato en la Brigada y me largaron. Volví caminando hasta mi casa. El sábado me fueron a buscar dos veces y el domingo tres. El lunes 15 a las 11 me dejaron detenido", recordó.

 

El robo.
Miguel y Daniel creen que estuvieron en el sitio incorrecto en un momento equivocado, y confesaron que durante los últimos tiempos estaban "robando demasiado" y por eso "en cualquier momento iban a encontrar algo para dejarnos adentro".
El jueves 11, cerca de las 22, cuando la policía llegaba a la escena del crimen ambos pasaron frente a la casa en una moto, con otro muchacho también sospechoso. "Un policía que estaba afuera de la casa y que nosotros conocemos, nos dijo que nos portáramos bien, que había pasado algo grave".
Una vez detenido, Miguel reconoció ante la policía "que habíamos robado una casa en el horario en que sucedió el crimen. Pero nunca fuimos a la casa de los abuelos, nunca haríamos algo así", advirtió. "Nosotros veníamos robar en una casa que estaba vacía, a pocas cuadras de ahí, donde vive una mujer que aparentemente es bruja, porque había imágenes, velas y cosas de santos. Entramos por el patio y rompimos una ventana. A veces pienso que por haberle robado a ella, nos cayó una maldición", confesó.
- La policía no encontró huellas en la casa ¿Usan guantes cuando roban?
- No usamos guantes. Sólo si hace frío. Ni nos rescatamos de eso.
- La policía dice que los ladrones liman la suela de las zapatillas para evitar ser identofocados. ¿Es cierto?
- Uno sale a robar como pinte. No voy a arruinar zapatillas para salir a robar. En todo caso puedo usar unas viejas. Eso es una pavada, todas las zapatillas son iguales, hay miles como las mías en la ciudad.
- ¿Por qué creen que mataron a los Epifanio?
- Hay muchas cosas que la policía no quiere que se sepan. Nosotros tenemos la versión de que los abuelos estaban por cobrar un dinero y tenían un seguro de vida. No quiero apuntar a la familia, pero alguien se quiso quedar con la plata de los abuelos.
- Daniel vive cerca de los Epifanio ¿Eran conocidos tuyos?
- No, nunca tuve contacto con ellos. Recuerdo haber visto caminando al hombre alguna vez, pero nada más.
- La policía dijo que ustedes se autoincriminaron ¿es cierto?
- No. Nunca nos echamos la culpa. Reconocimos el robo que hicimos a la tarde, pero no el crimen de los abuelos. Es más, el damnificado del robo, que es conocido delincuente y arregla con la policía, llamó para decirles que si nos dejan en libertad "se pudría todo".

 

Testimonios.
A falta de evidencia material, los investigadores intentarán llegar al juicio basados en los testimonios. Sin embargo, los jóvenes creen que la causa no llegará al debate oral. "No tienen nada. Los resultados de todos los ADN fueron negativos. Yo vi el expediente y sé que todos los testimonios incriminatorios no sirven", dijo Daniel. De todos modos, no creen que la policía pretenda hacerlos pagar siendo inocentes. Al principio, estaban seguros de que habíamos sido nosotros, pero con el pasar de los días y mientras estábamos todos adentro, se dieron cuenta de que no tenemos nada que ver. Pero no quisieron volver atrás. Ya era tarde para dibujarla", agregaron. "Y el informe del forense también parece hecho a medida. No sé nada de Criminología, pero las características que dieron son sospechosas. Es como si me hubiesen apuntado", concluyó Miguel.

 

"El verdadero problema es cuando salís de ahí"
El Instituto Provincial de Educación y Socialización de Adolescentes, lugar donde Miguel y Daniel estuvieron durante 40 días es -para ellos- como una cárcel. "Adentro es como las cárceles de Estados Unidos, como esas que pasan por la tele. Como Ezeiza, igual. Aunque te la quieran disfrazar, estás preso", dijo Daniel. En el tiempo que duró la internación de los adolescentes, varios episodios de violencia ocurridos en el interior del Ipesa fueron denunciados anónimamente por los operadores. Sin embargo estas versiones fueron desmentidas por la responsable, Carina Ganuzza.
- ¿Y cómo fue la estadía ahí?
- Bien, estuvimos bien. Estábamos encerrados todo el día y reconocemos que hicimos quilombo, rompimos unas cuantas cosas, porque estábamos indignados por lo que nos pasaba y aburridos. Algunos operadores nos trataban bien y teníamos buena onda, pero otros trataban de enfrentarnos.
- ¿Cómo es eso?
- La policía tiene gente que trabaja para ellos ahí dentro. Un operador me decía que Miguel me había mandado al frente y que tenía una faca para lastimarme. Trataban de generar bronca entre nosotros para que nos incriminemos. Nos hacían la cabeza.
- ¿Y cómo se sale del Ipesa?
- Se sale bien, uno piensa mucho en lo que hizo. La mayoría de los que trabajan ahí, trataban de mantenernos ocupados, que no pensemos en la causa. Nosotros ya pasamos por el ahí. El verdadero problema es cuando salís, cuando volvés a la calle y te encontrás con el mundo, con los vicios y todo lo demás.

 

Todos fueron liberados
Ya no quedan sospechosos del doble crimen institucionalizados en el Ipesa. Ayer en horas de la mañana la jueza de la Familia y el Menor, Gabriela Manera, ordenó la liberación de un menor que había ingresado al instituto en las últimas semanas. Pese a que fueron liberados la justicia indicó que los siete sospechosos seguirán siendo investigados. Aparentemente, la decisión fue tomada luego de que los resultados de los análisis de ADN descartaran que los sospechosos hayan estado en la escena del crimen.

 

Un fiscal se haría cargo de la causa
La posibilidad concreta de que la fiscal Alejandra Ongaro sea ascendida a jueza de audiencia, ya está haciendo pensar a las autoridades del Ministerio Público en su reemplazante en la investigación del doble crimen del matrimonio Epifanio. Si bien cuando llegue el momento ella será suplida por un fiscal sustituto, el caso quedará en manos de alguno de los cinco fiscales, que son Carlos Ordas, Fernando Rivarola, Mauricio Piombi, María Cecilia Martiní y Gastón Boulenaz.
El problema es que de ese quinteto, Rivarola y Piombi también están en lista de espera para ser ascendidos, ya que el gobernador Oscar Mario Jorge los propuso para jueces de control. Ello habría llevado al procurador general Mario Bongianino a plantear la necesidad de que no se desmantelen las fiscalías de un día para otro.
Lo de Ongaro es un hecho, ya que el martes estuvo en la Legislatura y los diputados del oficialismo adelantaron que votarán a favor de su pliego. Lo que se desconoce son los tiempos que se tomará el Poder Ejecutivo para designarla formalmente luego de la aprobación en la Cámara. Posiblemente la fiscal tendrá tiempo de concluir con la investigación preparatoria y requerirle a la jueza de control, María Florencia Maza, la apertura del juicio, pero no estará en la etapa del juicio oral y público.
Héctor Luis Epifanio y su mujer Graciela Aurora Torrent fue hallados sin vida en su casa el 11 de julio pasado. Ongaro apuntó desde un primer momento a Kevin Ganora, de 21 años, y a tres menores. Hoy todos ellos están en libertad, aunque siguen imputados en la causa. Solamente queda en el Instituto Provincial de Educación y Socialización de Adolescentes (Ipesa) otro menor de 16 años que supo de detalles pormenorizados de los homicidios por boca de algunos de los supuestos asesinos.

 


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