Domingo 21 de abril 2024

Batalla campal a la salida de un boliche

Redacción 29/04/2013 - 03.05.hs
Una agente policial fue hospitalizada con una fisura en una vértebra. Hubo diecisiete detenidos y nueve menores de edad demorados. La gresca se inició en 9 de Julio y Pico tras la detención de un adolescente de 15 años.
Un saldo de siete policías lesionados, junto a un número indeterminado de jóvenes y chicos en la misma condición, fue el saldo de la gresca que se desató en la madrugada de ayer, a la salida del boliche Jockey. Fuentes oficiales también reportaron que varios vehículos policiales sufrieron daños provocados por piedrazos, baldosas, medios ladrillos y botellas arrojados por algunos de los que más tarde serían detenidos.
El comisario Héctor Melchor, jefe de la Seccional Tercera, informó ayer, a las 12.30, que los detenidos eran diecisiete personas, cuyas edades oscilaban entre los 18 y 25 años. A su vez, informó que ocho menores estuvieron en calidad de demorados en esa comisaría hasta que fueron enviados a la Seccional Séptima (Comisaría del Menor) donde iban a permanecer hasta ser entregados a sus padres.

Patovica.
Los incidentes se produjeron a las 6 de este domingo en la esquina de Pico y 9 de Julio, a metros de Jockey Discoteque. De acuerdo al relato de Melchor, un adolescente, de 15 años, había sido retirado del local por personal de seguridad. El menor aseguraba que también lo habían agredido y se reunió frente al local, junto a un grupo de amigos, para esperar la salida del patovica y cobrar venganza.
Siempre de acuerdo a la versión policial, en ese momento, alrededor de las 6, efectivos que estaban afuera del boliche se acercaron para prevenir incidentes, pero fueron víctimas de una reacción violenta por parte del adolescente. Entonces decidieron reducirlo y subirlo a un patrullero para llevarlo a la Tercera.
Esa acción generó la reacción de los otros jóvenes que lo acompañaban, quienes comenzaron a agredir al personal policial. Los uniformados pidieron refuerzos y junto con la llegada de éstos (en su mayoría de la Tercera, pero también una patrulla de la Primera) fueron llegando otras personas que continuaron arrojando elementos contundentes al personal policial.

 

Lesiones.
La gresca había comenzado y en medio de la lluvia de proyectiles, los efectivos fueron atrapando a los supuestos agresores. Melchor confirmó que hubo disparos de balas de goma, aunque aclaró que se realizaron apuntando hacia el cielo, con el objetivo de dispersar a los que agredían a los efectivos.
De uno de los vehículos que llegó como apoyo proveniente de la Seccional Tercera, descendió la agente Romina Montesino, quien recibió el impacto de una botella de vidrio en la cabeza y cayó desmayada. "Gracias a Dios está fuera de peligro, pero quedó internada con una fisura en la sexta vértebra cervical", comentó Melchor. La joven estaba en el área de Clínica Quirúrgica, en observación. Las tomografías computadas habían dado bien y se esperaba que la viera un médico neurólogo.
Otro de los refuerzos, un cadete de Tercer Año de la Escuela de Policía, sufrió el impacto de una piedra en la cabeza. El proyectil le pegó sobre el párpado izquierdo y le provocó un corte que debió ser suturado con tres puntos. Al momento del impacto, el agente todavía estaba en el interior de la patrulla, un Renault Logan. El piedrazo rompió el vidrio del auto y dio luego contra la humanidad del uniformado.

 

Roturas.
Esa misma patrulla, presentaba la luneta trasera destruida al igual que los dos vidrios de su lateral izquierdo. También una Chevrolet Silverado de la Tercera quedó con la luneta destruida y el parabrisas astillado. Otra camioneta, Chevrolet S10, presentaba abollones por los impactos. Otro auto dañado fue el Chevrolet Corsa de la Seccional Primera. Uno de los efectivos de esa repartición se cuenta entre los cinco heridos restantes, producto de los golpes de puño y piedrazos.
De los diecisiete detenidos, quince fueron atrapados en el lugar de los hechos, mientras que dos de ellos fueron aprehendidos en la misma comisaría, hasta donde habían acudido a reclamar la liberación de sus amigos. "El personal los reconoció como parte del grupo que los agredió y por eso se los detuvo", explicó Melchor. En la causa interviene el fiscal Mauricio Piombi, quien ordenó las detenciones.

 

Familiares.
Ayer, a las 13, este diario dialogó con algunos de los familiares de los detenidos, quienes esperaban su liberación en el exterior de la comisaría Tercera, ubicada en la calle José Ingenieros, casi Bolivia.
Según los relatos que este diario pudo recabar allí, los chicos tenían lesiones en el rostro y uno presentaba un brazo fracturado. Incluso relataron que entre los detenidos estuvo un chico que no participó de la gresca sino que estaba en el lugar filmando lo ocurrido con su celular. "Lo metieron preso y le sacaron el celular", dijo una mujer.
Los familiares aseguraron que vieron las lesiones de los detenidos en los momentos en que estos eran retirados de la Tercera para llevarlos a fichar.

 

Liberaron a los detenidos
El fiscal Mauricio Piombi está a cargo de la causa y desde hoy recibirá a aquellos involucrados que quieran hacer una denuncia por el accionar policial. No se identificó a quien arrojó el botellazo a una agente.
Luego de pasar la mayor parte de la jornada del domingo detenidos en la Seccional Tercera, los 17 jóvenes involucrados en la batahola generada en el centro santarroseño fueron liberados anoche mientras los familiares de algunos de ellos adelantaron que hoy presentarán denuncias por “apremios ilegales” por parte de la policía.
Los detenidos fueron notificados de su situación y a partir de las 19 comenzaron a salir en libertad. Se reencontraron con sus familiares y algunos se dirigieron a distintos centros de salud para someterse a una revisión médica y dejar sentado las heridas recibidas.
“Hay varios casos que los detuvieron solo porque estaban mirando lo que pasaba o porque filmaban con celulares. A mi hijo le sacaron el teléfono y cuando lo vino a buscar a la Seccional lo detuvieron. Además tiene tres balazos de goma en la pierna”, dijo la madre del joven, que pidió reserva de identidad.
Esta versión contradice a la de la policía, que aseguró que los disparos solo se realizaron al aire con la intención de calmar los ánimos y dispersar a los más alterados.
En horas de la tarde se acercaron a la dependencia policial Víctor Giavedoni y Eduardo Mata, del Movimiento Pampeano por los Derechos Humanos. Luego de hablar con los familiares de los detenidos, ambos fueron recibidos por el comisario Héctor Melchor.
“La policía nos dijo que había tres de los detenidos golpeados y que todo el disturbio comenzó adentro del boliche, que ellos recibieron la llamada desde allí y por eso intervinieron. Lo que tratan de determinar es quiénes fueron los agresores de los efectivos y de los patrulleros, pero todos saldrán en libertad”, aseguró Giavedoni.
Mata, por su parte, les transmitió a los familiares la conveniencia de realizar cualquier denuncia hoy, ante el fiscal Mauricio Piombi, por eso se espera que a lo largo de la jornada quienes se sientan perjudicados por el accionar policial se acerquen a notificar su versión de los hechos ocurridos en la mañana del domingo.

 

La causa.
A los 17 mayores detenidos en la Tercera se les inició una causa por “Atentado, resistencia, lesiones y daño a la autoridad”. Aunque algunos padres pidieron verlos ya que no estaban en calidad de incomunicados, la policía no lo autorizó “porque estaban todos juntos y no se quiso alterar el ambiente”, según les dijo Melchor a Giavedoni y Mata.
Algunos de los padres que dialogaron con este diario no acusaron directamente a la policía y esperaban poder hablar “con tranquilidad” con sus hijos, pero manifestaron su preocupación por la violencia desatada.
“Es importante repudiar cualquier tipo de violencia, porque en estos casos se sabe dónde empieza pero no cómo termina. En este caso hubo un botellazo a una policía que pudo terminar mucho peor, por eso hay que ver qué pasó, pero tampoco puedan llevar a alguien porque está mirando o filmando. A esta altura tendría que haber otros métodos policiales para calmar los disturbios”, opinó una de las madres que esperaba la liberación de su hijo.

 

“Le pegaron en la Tercera”
El joven de 15 años del que habló el comisario Melchor cuando relató a LA ARENA los sucesos ocurridos en las inmediaciones del Complejo Jockey-222 estuvo ayer en esta redacción acompañado por su madre, una hermana y dos amigos. Venían del hospital Lucio Molas, donde lo habían atendido por las lesiones que tenía en su cuerpo.
Marisa Luquez, la madre del adolescente, afirmó que su hijo fue golpeado en el interior de la Seccional Tercera, lugar al que llegó antes que se desataran los incidentes en los que una agente de esa comisaría resultó con la fisura del cráneo al recibir el impacto de una botella de vidrio.
“Quiero que quede claro que los incidentes ocurrieron, que vi patrulleros con los vidrios todos rotos y que sé que hay una policía internada, pero todo ocurrió cuando mi hijo y un grupo de amigos ya habían sido llevados a la comisaría. Mi hijo no tuvo nada que ver con el desastre que ocurrió después, y sin embargo le pegaron”, dijo.
Su hijo permaneció las primeras horas en la Tercera hasta que fue derivado a la Séptima. De inmediato su madre lo retiró de la comisaría de menores y lo llevó al hospital, para que lo atendiera un médico.
El joven tenía lastimaduras en su antebrazo izquierdo, el mismo donde había sufrido una fractura tiempo atrás. Esa zona estaba inflamada cuando este cronista estuvo con ellos. Además tenía la marca en el rostro de la trompada que, según explicó, le propinó un patovica del boliche de la calle 9 de Julio y otras excoriaciones en el rostro producto de las trompadas que le pegaron en la comisaría.
Según Luquez, fue su hija (la hermana del agredido) quien se acercó a la Policía para denunciar la agresión del custodio. Al llegar el agente, su hermano estaba escupiendo sangre y salpicó al uniformado, quien comenzó a agredirlos. Incluso la joven que acudió a la Policía dijo que un agente le roció la cara con gas pimienta. Allí se produjeron las primeras detenciones que habrían dado origen a los incidentes posteriores.

 


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