Cicloviajeros por Santa Rosa

Una pareja de Brasil llegó ayer con su particular bicicleta doble hasta Santa Rosa.
Thiago (37) es médico patologista y Flávia (29), enfermera oncológica. Ambos trabajaban en el Hospital de Cáncer de Barretos, lugar y profesiones que los hicieron reflexionar y decidir concretar el viaje en bicicleta.
En los cuatro meses que llevan viajando se encuentran con diferentes climas, "cuando salimos de Brasil era invierno y allá llueve mucho. Ahora que bajamos hacia Ushuaia vamos encontrando cada vez más calor, que nos gusta más porque no estamos acostumbrados al frío", contó Thiago.
Actualmente se identifican como "cicloviajeros", aunque respecto a sus profesiones hicieron una campaña durante el paso por Brasil, recaudando fondos para el hospital donde trabajaban. "Es una entidad pública no gubernamental, sin fines de lucro", contaron, par agregar que en su bicicleta llevan la bandera de la institución junto a la de su país.
Las experiencias de vida que conocieron en su trabajo los hicieron pensar en lo que realmente querían para ellos. "En el hospital diagnosticábamos más de cuarenta personas por día, de ellas veinte o treinta casos eran malignos y muchas personas más jóvenes que nosotros. Flávia tenía pacientes terminales y muchos se arrepentían de cosas que no habían hecho. Un día vamos a envejecer y no queremos arrepentirnos de no haber realizado este viaje", explicó Thiago.
"Además, siempre nos gustó conocer personas y lugares. Queríamos conocer las cosas a través de nuestros ojos", agregaron.
Vendieron todo lo que tenían -"casa, auto, ropa"-, compraron la bicicleta y se quedaron solo con lo que ahora transportan en ella. El rodado pesa veintidós kilos y el equipaje sesenta.
También llevan una carpa para cuatro personas, porque "por la extensión del viaje, queremos un poco más de confort". Al ser cuatro años de viaje, llevan equipaje para adaptarse a los diferentes climas y lugares.
Cerca de Santa Rosa hicieron dedo, para evitar seguir camino en medio del tránsito pesado. Ahí se encontraron con Olga y Pablo, dos vecinos de la ciudad que les brindaron su casa hasta continuar tras los 3.700 kilómetros que llevan pedaleados.