Jueves 11 de abril 2024

El municipio insistiría con un horno pirolítico

Redacción 27/07/2010 - 01.38.hs

El director de Protección Ambiental y Servicios Públicos, Luis Vendramini, llevó al intendente Francisco Torroba una carpeta con el detalle de un nuevo modelo de horno pirolítico que podría reemplazar al actual. Según fuentes municipales, el funcionario -que anoche se reunió con el jefe comunal- le habría explicado que se trata de una unidad más moderna con un sistema que reduciría en un 97 por ciento la emisión de gases respecto al que está operando desde hace 15 años en el predio del hospital Lucio Molas.
La adquisición de un nuevo incinerador para tratar los residuos patológicos fue fogoneada desde el gobierno provincial que propuso a las municipalidades de Santa Rosa y General Pico realizar una licitación conjunta para adquirir dos unidades similares que se instalarían en los dos hospitales de referencia de la provincia, en reemplazo de los hornos con los que se procesa actualmente la basura emanada de los centros de salud de toda la provincia.

 

Carta documento.
La situación parece anticipar que la comuna seguirá el camino que le recomendó el gobierno provincial, el cual se comprometió a girar los fondos necesarios para costear la adquisición del nuevo equipamiento. El propio gobernador Oscar Jorge se lo pidió en esos términos al intendente Francisco Torroba, a la vez que rechazó encarar la licitación desde la Provincia.
En las últimas horas, el jefe comunal recibió una carta documento de la Asociación Alihuén, que preside el concejal oficialista Leandro Altolaguirre. La entidad lo intimó a desactivar el incinerador. Si bien el hecho causó cierta sorpresa al tratarse de un edil del mismo partido que el intendente, esta no es la primera vez que el titular de la ONG ambientalista tiene un encontronazo con el Departamento Ejecutivo a raíz de sus diferencias en cuanto al método que se emplea para tratar los residuos patológicos.
Alihuén lleva años reclamando el cese del funcionamiento del horno pirolítico, al que considera contaminante, sobre todo, para los vecinos que viven en los alrededores del hospital Molas.

 

Contrapunto.
Sobre finales de 2008, el Concejo creó una comisión ad hoc para tratar la situación del horno pirolítico, la cual fue presidida por el edil Gastón Massari Copes. Altolaguirre se autoexcluyó de la misma, pero participó -sin hablar- de una audiencia pública donde la Secretaría de Obras Públicas desnudó las falencias del sistema de recolección y tratamiento de la basura hospitalaria. Por aquel entonces, Altolaguirre protagonizó un cruce mediático con el titular de la citada secretaría, Diego Bosch.
Ambos volvieron a protagonizar un desencuentro ayer, cuando fueron entrevistados por Radio Noticias 99.5. El funcionario fue el primero en referirse a la situación del horno. Si bien no descartó volver a dialogar con la provincia y los equipos técnicos del municipio piquense, para tratar de reflotar la idea del municipio local de reemplazar la tecnología actual por otra menos contaminante -como el sistema de autoclave que propone Alihuén-, dejó en claro que los nuevos hornos pirolíticos son menos contaminantes y, además, tienen sistemas inteligentes que detectan la emisión de furanos y dioxinas y producen el apagado inmediato del sistema.
Bosch admitió que el camino que habían acordado seguir desde el DE en la reunión que mantuvieron en junio con Altolaguirre chocó con la propuesta de Jorge de financiar la adquisición de un nuevo horno pirolítico. "Esto nos hizo ver la Ley Nacional 24.051 donde se habla de residuos patológicos, pero nada dice de la prohibición de hornos pirolíticos", dijo.

 

Estudio de impacto.
Minutos después, en la misma emisora, Altolaguirre recordó que en la reunión con Torroba se había acordado que Santa Rosa no recibiría más residuos patológicos del interior de la provincia, como una manera de reducir las emisiones del horno. Otro acuerdo aludía a otorgar un plazo de seis a nueve meses en los cuales la comuna decidiría cuál sería la mejor tecnología para tratar los residuos. "Si en ese plazo no se tomaba la decisión, se cerraba en forma definitiva el horno y se iba a utilizar el tratamiento que prevé la ordenanza actual que es el relleno sanitario de seguridad", planteó.
Esto último define al enterramiento de la basura patológica en un sitio específico del relleno sanitario, impermeabilizado con un plástico especial para impedir filtraciones y cubierto luego con una capa de cal.
Respecto a la legislación, el concejal recordó que no está permitido poner un horno pirolítico sin realizar un estudio previo de impacto ambiental para determinar las consecuencias a corto y largo plazo de su instalación. "No pasa sólo por hacer una inversión nueva sino por cumplir con todas las normas y no tomar decisiones apresuradas", planteó.
Anoche, una fuente del DE consultada por LA ARENA recordó que el sistema de autoclave es mucho más costoso y, además, el nuevo horno sería costeado por la provincia. El dato parece tener un peso no menor a la hora de las decisiones, tomando en cuenta la crisis financiera que atraviesa la comuna.

 


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