Viernes 11 de julio 2025

«Ahora me van a tener que escuchar»

Redaccion 27/09/2021 - 21.06.hs

«No solo soy la primer mujer, sino que soy la primer mujer marrón racializada». Esa fue la definición que brindó Verónica Moreno sobre su llegada al cargo de rectora en la Universidad Nacional de La Pampa. Además, afirmó que es una «militante social».
A sus 61 años, y con 33 años de experiencia sobre su espalda, Moreno llegó a ser la rectora luego de que Oscar Alpa decidiera aceptar un cargo como titular de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. «En lo personal hace muchísimo ruido porque justamente mi carrera dentro de la Universidad no ha sido sencilla por mis condiciones de clase social. Yo provengo de los sectores populares con lo cual la trayectoria que hice dentro de la universidad no fue sencilla y, cuando hago mención de estas cosas, no solo estoy hablando de mí sino de miles de pibes y pibas que han pasado por lo mismo que yo», contó en una entrevista con el programa El Aire de la Mañana, por Radio Noticias.
Moreno también comentó que las personas que la han felicitado le dicen: «vos te lo merecés, yo he sido testigo de todo este esfuerzo». Sin embargo, ella considera que «no debería ser así. Pero ya sabemos que tanto las mujeres como a los sectores populares les cuesta mucho más que a alguien que tenga los medios y las oportunidades».

 

Marrón y racializada.
«Yo soy una militante social», afirmó y con convicción aclaró que «no solo soy la primera mujer, sino que soy la primera mujer marrón racializada. Eso quiere decir que me reconozco como parte de algo».
Esta definición está vinculada a posicionamientos políticos que han surgido en las últimas décadas. «Tiene que ver no solo con el color de la piel, sino que tiene que ver con romper un paradigma de la blanquedad. Todas nuestras instituciones, nuestras miradas políticas, se ha construido a partir de la figura de la civilización del hombre blanco europeo».
Para graficar esta situación, contó una anécdota que le ocurrió años atrás. Moreno reveló que mientras estaba en el supermercado han llegado a preguntarle «si estaba libre para ir a limpiar la casa. Esto es ser una mujer racializada».
«Tiene que ver con el aspecto, con como nos vestimos, con el color de la piel, cuando yo digo no es cualquier mujer la que está tomando rectorado de la Universidad, estoy diciendo también conmigo están estas intersecciones», agregó y reconoció que esto también le permite «una escucha con sectores que históricamente han sido excluidos de la universidad».

 

Contra la derecha.
Moreno pasó de ser docente a vicerrectora, compartiendo la fórmula con Alpa. De allí, ascendió a rectora. «Nunca escucharon hablar de mí porque nunca formé parte de la estructura de la Universidad», explicó y señaló que no ocupó cargos en los Decanatos o en el Consejo Superior porque «siempre estuve en otras peleas políticas ¿Quién fue mi enemigo? La nueva derecha. Y la combatí en las aulas, en las calles, en las tomas, con el gremio, formando a docentes. Mi vida fue eso, nunca en la gestión».
Durante la entrevista, se permitió esbozar una crítica a los medios de comunicación de la capital pampeana. «Hace tres años que gobernamos con Oscar y nunca me dieron la palabra. Esto también hay que decirlo, los medios de Santa Rosa no hacían cola para preguntarme qué pensaba».
En esa línea, recordó que en cada conferencia de prensa las preguntas iban hacía el rector y que las mismas terminaban cuando Alpa terminaba de hablar. «Ahora me van a tener que escuchar», soltó entre risas.

 

Para el pueblo.
Luego de repasar los detalles de cómo llegó a compartir fórmula con Alpa y su intención de romper la hegemonía que poseía Universidad Amplia, espacio que gobernó durante 16 años la UNLPam, destacó que comenzó a trabajar cuando la dictadura iba terminando.
«Yo soy una militante de esa época, de la maravillosa juventud, la gloria que nos dio el período de (Ricardo) Alfonsín, el contexto del radicalismo nos permitió expandirnos. Yo estaba con las pancartas que decían ‘Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode’, y cantábamos eso».
Esta anécdota le permitió traer otro detalle a la charla. «Cuando la Universidad de La Pampa se crea, nosotros nacemos con el pacto de liberación o dependencia del Partido Justicialista». Si bien resaltó la calidad y la excelencia de la casa de estudios en la formación profesional y en la carrera de investigación y extensión, señaló que «la Universidad de La Pampa tiene que tener sentido si está ligada al pueblo».
Para dar un ejemplo, mencionó que la sede de la Facultad de Ciencias Humanas en General Pico está instalada en el barrio Fonavi ¿Cuántos pibes y pibas van de ese barrio? Ninguno, o uno o dos. Eso no está diciendo algo, tenemos un problema», concluyó.

 


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