Miércoles 24 de abril 2024

All Boys entre los mejores del país

Redaccion 28/07/2020 - 05.00.hs

La Copa Argentina de 1970 fue la segunda edición del torneo. Comenzó en marzo del ’70 y por diferentes circunstancias se estiró hasta marzo del ’71, con la participación de 32 equipos de todo el país. La jugaron todos los elencos de Primera División excepto los tres que representaron a Argentina en la Copa Libertadores de ese año: Boca, River (campeón y subcampeón del Nacional 1969) y Estudiantes de La Plata (campeón de la Libertadores ’69).
También participó Ferro de Caballito, campeón de la Primera B, más 13 equipos de las diferentes ligas regionales que tuvieron que sortear eliminatorias zonales antes de entrar al cuadro principal. El mejor de la Patagonia fue All Boys de Santa Rosa, un elenco que empezaba a acumular títulos a nivel local y que en esa Copa Argentina pondría su nombre entre los mejores del país, eliminando a tres conjuntos de la máxima categoría y cayendo recién en semifinales con uno de los cinco grandes.

 

Equipazo.
«Teníamos un equipazo», recuerda hoy Raúl ‘Mono’ Carassay, uno de los jóvenes valores de aquel All Boys que ya había participado en la primera edición de la Copa Argentina que en 1969 había quedado en manos de Boca Juniors. «El primer año nos tocó con Platense y nos eliminó, y en el ’70 nos tomamos la revancha», agrega el Mono mientras repasa algunos de los grandes nombres del Auriazul de aquella época.
«Teníamos un arquero (Elías «Loco» Galant) que era invencible, y también a (Raúl) Conci, que era un arquerazo. Atrás eran fuertes y de ahí para adelante todos tenían mucha calidad, con un gran golpeo de pelota…», destaca Carassay. «¡El Gato Villalba!», dice con admiración como para resaltar la figura de uno de los mejores futbolistas de estas tierras. Y sigue: «Ni hablar del Colorado Facio, Zabala, Santos, Rechimont, Bafundo, Cejas, el Pity Kraemer, Urtiaga… Siempre digo que yo estaba para completar el equipo», cuenta con una sonrisa.
La base de ese All Boys venía acumulando títulos de la Liga Cultural desde 1963 y estiraría su dominio hasta 1977, consiguiendo 14 campeonatos en 15 años (el único que cortó la racha fue Deportivo Uriburu, en 1966). Y en 1970, bajo la batuta de Nelson Festa, llevó su categoría a nivel nacional, convirtiéndose en la gran sorpresa de aquella segunda edición de la Copa Argentina.

 

El primer triunfo.
El primer escollo para All Boys, en 16vos. de final, fue Gimnasia y Esgrima La Plata, el equipo dirigido por José Varacka y en el que se destacaba el arquero Hugo Orlando Gatti.
El 4 de marzo de 1970, en la cancha de General Belgrano (allí hacía las veces de local el Auriazul), el representante pampeano dio el primer gran golpe con un 3-1 contundente, gracias a los goles de Orlando «Pelusa» Santos de penal -la crónica dice que Gatti la rozó-, Juan Carlos Facio de tiro libre y Oscar «Pity» Kraemer (descontó Jorge Castiglia).
«Un triunfo resonante de All Boys sobre Gimnasia», tituló el diario LA ARENA en su tapa del jueves 5, con una foto de portada destacando la actuación del arquero Galant. «Un triunfo consagratorio, el primero que obtiene un equipo pampeano de club frente a un elenco profesional de fútbol, fue conquistado ayer por All Boys», remarcaba una de las crónicas, bajo el título «Una victoria consagratoria».
La revancha no se hizo esperar. Tres días después, el sábado 7 y otra vez en Belgrano (en las primeras rondas los equipos del interior jugaban partido y revancha en casa), el Auriazul logró la clasificación pese a caer derrotado 2-1. Facio abrió la cuenta para el local y Delio Onnis marcó los dos tantos del Lobo, que sobre el final buscó por todos lados sin encontrar el gol que los hubiera conducido al suplementario.
«En esa revancha Gimnasia nos tuvo mal en los últimos 30 minutos; fue uno de los únicos momentos en que nos superaron en esa copa», recuerda Carassay.

 

El único.
En octavos de final a All Boys le tocó enfrentarse a Atlanta, que había sido subcampeón de Boca en la Copa de 1969 y que en sus filas tenía a un joven Ernesto Enrique «Heber» Mastrángelo, quien luego brillaría en River y en Boca.
El propio Mastrángelo (bicampeón de la Libertadores y ganador de la Intercontinental con el Xeneize) marcó el único gol en el partido de ida, que terminó 1-0 a favor del Bohemio, el 11 de marzo otra vez en terreno del Tricolor.
La revancha se jugó el sábado 14 y significó la consagración de Galant. All Boys ganó 1-0 con gol de Keil y la serie se definió en los penales, instancia en la que el Loco le atajó sus disparos a Ocampo y Juárez. Santos y Carlos Rechimont no fallaron (dos penales cada uno) y el 4-2 final desató la fiesta santarroseña.
«All Boys, único equipo chacarero clasificado», destacó LA ARENA, dando cuenta que el Auriazul era el representante de las ligas regionales que había sobrevivido entre los de Primera División.

 

Uno más.
Rosario Central vs. San Lorenzo, Lanús vs. Racing Club, Chacarita vs. Vélez y All Boys de Santa Rosa vs. Platense. El cuadro de cuartos de final mostraba al Auriazul «infiltrado» entre los mejores del país y en toda Argentina se decía que «All Boys era La Pampa».
Ese duelo de cuartos de final ante el Calamar tuvo que esperar hasta septiembre. El elenco de Vicente López viajó a Santa Rosa confiado en que su gran serie ante Argentinos Juniors (lo superó por un global de 6-2 en octavos) se repetiría ante el elenco pampeano, pero la realidad le mostró otra cara.
«Otro que sucumbe en La Pampa», fue el titular del jueves 17 de septiembre. Con goles de Rechimont y Santos, y apoyado en una gran defensa, el Auriazul se impuso 2-0 y encaminó su clasificación a las semifinales, que lograría el domingo 27 luego de un 0-0.

 

Despedida con gloria.
«En la semifinal con San Lorenzo no pude jugar porque en un entrenamiento me fracturé un tobillo», recuerda Carassay. «Yo era un pibe de menos de 20 años y me quería matar, porque había andado bien en las semifinales contra Platense», agrega el Mono, que fue espectador de los dos encuentros con el Ciclón, el primero en Belgrano y la revancha en la cancha de Atlanta, porque para esa altura ya no había ningún tipo de ventajas para los del interior.
Las semifinales, en un torneo cargado de irregularidades organizativas, se pasaron para febrero de 1971. Y All Boys, ya con otro título local bajo el brazo, estuvo a la misma altura de tres de los mejores equipos del país: San Lorenzo, Racing y Vélez.
«En ese San Lorenzo jugaron el Lobo Fischer, Pedro González, el Ratón Ayala, Telch, Tojo, el Mono Irusta…», destaca Carassay. «Y en la platea, cuando jugamos allá, me acuerdo que a mi lado estaban sentados el Toti Veglio y Victorio Cocco, que también eran de San Lorenzo», agrega para darle una real dimensión al equipo porteño.
El partido de ida fue 1 a 1. Kraemer abrió la cuenta para All Boys y Fischer lo igualó cinco minutos del final. La revancha, el 18 de febrero en Atlanta, terminó igualada 1 a 1 por los goles de Ayala para el local y Santos para la visita. Hasta el tiempo suplementario tuvo que esperar el Ciclón para romper la paridad, con tantos de Fischer y Ayala.
«Consagratoria labor alboyense a pesar de la derrota», publicó LA ARENA para reflejar aquella campaña del Auriazul, hace medio siglo. «La primera noche se suspendió por un corte de luz y al otro día el partido fue parejo hasta los minutos finales, en los que nos tuvieron mal principalmente por un tema físico», remarca Carassay. «Ese All Boys del 67/68 hasta el 72/73 estaba para grandes cosas. Si hubiera llegado al Nacional seguramente hubiese andado muy bien», añade.
¿La final? San Lorenzo y Vélez igualaron 2 a 2 en la ida y la revancha nunca se disputó por desacuerdos y problemas organizativos de la AFA. No hubo campeón de aquella Copa Argentina, pero sí un equipo del interior que sorprendió a todo el país.

 

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