Domingo 21 de abril 2024

Armó una huerta en la vereda

Redaccion 01/03/2021 - 07.30.hs

«No tengo terreno y es para comprobar que se puede hacer todo», dijo Alfredo, un vecino santarroseño del barrio Villa Alonso que, por la falta de espacio en su hogar, se las ideó para hacer una pequeña huerta en el frente de su casa. Con algunos baldes de 20 litros y unas cañas para sostener las plantas de tomates, pudo darle más vida y aroma al único espacio de tierra que tiene.
La mini huerta tiene cuatro plantas de tomates redondos, de zapallo, morrones y albahaca. «La idea es mostrar que todos pueden hacer una» a pesar de tener poco espacio, dijo el hombre. «No soy ningún genio en la materia pero me gusta pasar el tiempo cuidando el crecimiento de cada una de las plantas».
Alfredo lamentó que las tormentas con granizo de las últimas semanas lastimaron mucho la cosecha. «Tendrían que estar hermosas, pero la piedra me las peló, cuando caía, yo sufría», lamentó. Pese a ello contó que saca cinco tomates por día para aprovechar en sus comidas con la familia, ya que las recetas «tienen otro gusto», y su preferida es la pizza hecha con salsa de tomate y albahaca recién cosechadas.
«Ninguna de las plantas tiene fertilizantes, pero sí sobras de cáscaras que les pongo porque busco que tengan su aroma y color natural», explicó a LA ARENA.
Consultado por si alguna vez su cosecha sufrió algún acto de vandalismo o maltrato, afirmó que nunca. «Estoy mentalizado que si lo llevan maduro, que lo lleven», apuntó ya que prefiere regalar tomates que sobran a vecinos o cualquier persona que se acerque a preguntar.

 

Secretos.
El pequeño horticultor resaltó el costado «terapéutico» de tener una huerta: «media hora que saliste sirve para despejar la cabeza». En esos ratos que poda y riega las plantas, uno de sus secretos es colocar una botella cortada en la parte inferior. La coloca «boca abajo» llena de agua cuando no puede regarlas a la noche y entonces deja que la tierra absorba de a poco el líquido necesario. Otro de sus secretos es poner tres carbones cerca de las raíces para mantener la humedad. «Es uno de los secretos que me dijo un viejo», remarcó.
En el final de la nota y entre risas, Alfredo mostró su «cámara» de última tecnología. Es de fabricación casera y consta de una lata de duraznos con una caña como lente: vigila que su pequeña cosecha no sufra algún daño.

 

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