Lunes 25 de marzo 2024

Depetris impulsa revisar trayectorias de «próceres» edulcoradas por la historia oficial

Redaccion 21/06/2021 - 21.01.hs

Recientes estudios demuestran que el 58 % de la población de nuestro país tiene porcentajes de sangre indígena. José Carlos Depetris considera que «el mito de la Argentina europea es sólo eso, una construcción impuesta por una línea de pensamiento europeizante y centralista». El investigador recordó que hace 20 años se llevaba adelante el acto de repatriación de los restos de Mariano Rosas, que resultó un hito para revalorizar la cultura ranquel. Si bien se avanzó en ese sentido aún falta mucho, porque todavía hay rémoras que muestran -por ejemplo- calles con nombres de genocidas del pueblo indígena.
-¿Puede decirse que junio representa un mes especial para la cultura ranquel?
-No podría asegurarlo porque entiendo que la propia comunidad ranquelina hace las evaluaciones de su propio devenir y las formas de significar en su lucha y quiero ser absolutamente respetuoso en este sentido. Sí es verdad que confluyen hechos que pasaron a ser significativos por su propio peso en la saga ranquelina, como por ejemplo la muerte de Epumer Rosas, el último gran cacique de los ranqueles el 13 de junio de 1.884 en la estancia de Bragado del senador Cambaceres, es uno de ellos. Aprisionado y esclavizado, desposeído, enfermo y anciano, exhibido para la tilinguería porteña. Cuentan que sobre su tumba, construyeron un pequeño oratorio en la estancia.
-Pero algo pasó en ese mismo mes con los restos de Mariano Rosas.
-Sí, si mal no recuerdo también fue durante un mes de junio pero de 1.879 que el Coronel Racedo, ya ocupando militarmente Leubucó, ordenó a la soldadesca que profanen la tumba de Mariano Rosas, muerto apenas un año y medio antes en el lugar. Y además que acondicionen los restos para luego enviarlos de regalo a Karl Kunner, científico de paso por el país que tenía interés en lo que ellos llamaban ‘objetos antropológicos’. Finalmente se los apropió el Perito Moreno y con número de inventario los destinó a engrosar el ‘utillaje’ para las vitrinas de su museo.
-También fue un mes de junio que se traen los restos de Mariano Rosas.
-Claro, fue el 23 de junio de 2001, hace veinte años, en 2001, que fueron repatriados aquellos sagrados restos desde el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, fruto de una construcción colectiva de ejercicio de la memoria ancestral de la comunidades revitalizadas, y de gran parte de los pampeanos que no tienen ascendencia indígena. Fue una circunstancia en que la sociedad en su conjunto entendió la deuda pendiente con todos aquellos que fueron víctimas del despojo, arrojados a los márgenes de mejores oportunidades y silenciados durante generaciones,
-Y hace poco el fallecimiento de Nazareno Serraíno.
-Sí, se produjo la desaparición del Lonko Nazareno en la primera semana de junio. Fue una circunstancia que conmocionó no sólo hacia el interior de la comunidad ranquelina, sino en ámbitos y círculos de los diversos orígenes que están repensando aquel proceso sociocultural de exclusión apuntando a otro derrotero con todas las voces, con todas las voluntades, con mejores condiciones de igualdad y de oportunidades. Además resulta importante recordar que durante este mes comienza el nuevo ciclo o año nuevo americano. La rigurosa observancia a esta forma americana de medir el tiempo, los ciclos vitales y el derrotero de los astros y comportamiento de la naturaleza fue revitalizándose en las nuevas generaciones de ranqueles casi desde condiciones extremas de desmemoria injustamente impuesta.
-Hay mucha tendencia a considerarnos europeos, cuando la realidad indicaría otra cosa.
-Considero que el mito de la Argentina europea es solo eso… Una construcción impuesta recurrentemente por determinada línea de pensamiento europeizante y centralista. Recientes estudios demuestran que el 58 % de la población nacional tiene porcentajes de sangre indígena. Quizás este dato nos exima de enredarnos en discusiones talmúdicas que sólo dan aire a quienes adscriben a ciertas creencias sacramentadas. Podría ser que en La Pampa gringa y en otros lugares específicos la presencia de población de ese origen sea más cargada, de resultas del modelo de Estado Nacional formado por la generación del ’80. No obstante es evidente que en diversas regiones de la Argentina interior dejaron su impronta pueblos o naciones originarias que hoy fluyen en un sincretismo construido pese a todo. Donde se impone el no al menoscabo, a la persecusión, al genocidio, a la sustitución de identidad, y aflora en una cultura mestiza con anclaje en realidades históricas regionales, en lenguas, mitos y territorios ancestrales. En definitiva son la realidad en nuestro estado-nación que aporta definitivamente a la carnadura del complejo mosaico cultural hondamente americano, que da sentido al concepto de la Patria Grande soñada por nuestros próceres. En realidad por algunos de ellos.
-¿Hay más investigadores que aportan a este pensamiento?
-Definitivamente creo que sí. Tenemos una vertiente de nuevas expresiones que toman la posta en todas las manifestaciones de nuestros creadores, pensadores y artistas que paulatinamente va siendo suplantada por nuevas formas de expresión. Es un aliciente también comprobar que todos han abrevado en manera definitoria en la tarea creativa de nuestros grandes que hoy ya no están.
-En su momento la repatriación de los restos de Mariano Rosas fue un hito…
-Claro, por eso al recordar las dos décadas de la repatriación de Mariano Rosas debemos reconocer que fue un punto de partida importante para comenzar a revertir la situación de desigualdad. Contribuyó al fortalecimiento de su identidad étnica atenuando algunas complejidades que resultaban con la sociedad toda, puesto que viven problemáticas propias de su grupo étnico, y también las de la sociedad a la que pertenecen.
-Entonces hay una toma de conciencia para revalorizar la cultura ranquel.
-Sí, es así. Lo demás es historia conocida: una tenaz permanencia y accionar de las comunidades imbricadas en estamentos diversos de la sociedad y aún en áreas de gobierno, de Educación, de la Universidad… en un despliegue de estrategias políticas que paulatinamente fueron consiguiendo posesionar la sagrada causa de un pueblo que está retomando su historia. Un aporte destacado fue la participación como ‘amigos del tribunal’ en la audiencia celebrada en 2017, que jugó un rol fundamental que derivó en la resolución de la Corte Suprema del 16 de julio de 2020. Allí se ofreció una perspectiva distinta y casi desconocida que sin dudas fue escuchada, y fueron los representantes de un pueblo silenciado y denigrado durante un siglo, como salidos de otro tiempo, que recordaron como esencial compartir en el marco de una amplia biodiversidad.
-No obstante todavía falta bastante para que se entienda definitivamente.
-Sin duda es mucho lo construido, pero no dudamos que aun falta mucho para reparar… lengua, territorio y todas las herramientas de acceso a la educación, capacitación y generación de trabajo. En definitiva que se arribe a una ruptura paulatina con las ambigüedades, oportunismos y contradicciones.

 

¿Hay que revisar nombres de calles?
En algún momento resultó polémico el cambio de nombre de lo que hoy es San Martín Oeste, que antes era avenida Roca. Pero esa no es la única arteria que lleva nombres de participantes de lo que se llamó la conquista del desierto. Depetris es concejal del Frejupa y está en condiciones de pedir que se estudien los nombres de otras calles que serían controvertidos para la cultura ranquel.
Por ejemplo hay una que se llama Coronel Racedo, y sobre eso el investigador expresó no conocer «en qué circunstancias fue impuesto ese nombre, tal vez en alguno de los gobiernos de facto, por simpatías castrenses, quizás por simple extravío ideológico de los munícipes de algún período».
«En todo caso supera la figura y el empeño enconado de Racedo contra las tumbas indias, la omnipresencia del Coronel Gil en el nombre de una arteria céntrica que lo inmortaliza como propietario de las tierras donde luego se fundó la ciudad. Esto es 8 leguas cuadradas o 20 mil hectáreas obtenidas del Gobierno nacional por derecho de dominio de acuerdo a lo establecido por la Ley 947 del Empréstito Nacional del 5 de octubre de 1.878, para obtener recursos para financiar las Conquista del desierto. Así se autorizaba a una suscripción pública para adquirir acciones a razón de $ 400 la unidad. A devolver con las tierras conquistadas», agregó.
Y mencionó que «los tenedores de las acciones -Gil era uno de ellos- podían solicitar los lotes que le correspondían en sobre cerrado. Nuestro coronel, optó por este sitio para sus proyectos y también para nuestro destino como santarroseños. Claro que aquella circunstancia tuvo su correlato de pesares, desgracias, sustitución de identidad, desmembramiento familiar y cultural a tanto originario pampeano».
Depetris razonó que «tal vez la idea de formar una ‘Brigada Cambia Nombres’ sea superado por empezar a hablar, incluso en el ámbito del Concejo, de los derroteros de tanto prócer de trayectorias edulcoradas por la historia oficial. Se debería crear conciencia y debate y sería saludable. Surgirían sin duda posiciones antagónicas, razones de peso, razones ideológicas o meramente de ocasión».
Recordó la experiencia de «la extensión del nombre de San Martín por sobre el de Julio Argentino Roca, que generó un debate público interesante. En lo personal entiendo importante hacerlo porque estamos oxigenando en el campo de las ideas relatos consagrados y sacramentados».
Reivindicó que el año pasado «propusimos desde el bloque Frejupa asignar el nombre de Feliza Paillane a una calle del área de La Malvina, que circunvala parte de la laguna Don Tomas. Se trata de una humilde mujer originaria, que fue contemporánea de la fundación de la ciudad y dejó su descendencia hasta hoy en su cuarta y quinta generación».

 

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