Jueves 25 de abril 2024

Dura condena al joven que intentó matar a un juez

Redaccion 05/02/2020 - 22.41.hs

El Tribunal de Impugnación Penal (TIP) confirmó ayer la condena contra Fabio Alberto Sánchez, a la pena de cuatro años y seis meses de prisión, como autor del delito de portación de arma de fuego, agravado por poseer antecedentes penales en su contra por delito cometido con el uso de armas.
Los jueces de la Sala B, Filinto Rebechi y Fernando Rivarola, ratificaron en un todo, al no hacer lugar al recurso de impugnación interpuesto por el defensor oficial, Juan José Hermúa, la sentencia condenatoria que dictara el juez de audiencia santarroseña, Andrés Olié, el pasado 11 de noviembre. La fiscala interviniente en la causa fue Cecilia Molinari.
Durante el juicio oral, Olié había dado por probado que el 20 de diciembre de 2018, antes del mediodía, el imputado «se presentó en el primer piso del edificio ‘Fueros’ del Centro Judicial, pidiendo al personal que allí se desempeña -de un modo exaltado-, hablar con el juez (de ejecución, Martín) Saravia».
Lo hizo «mientras portaba un arma de fabricación casera, apta para ser disparada, montada con dos caños superpuestos, con un proyectil de 9 milímetros que fue percutido en dos oportunidades. Sánchez fue posteriormente reducido en el interior de la Sala de Audiencias Nº 5, secuestrándosele los dos caños que formaban el arma de fuego y el proyectil aludido, el cual se encontraba calzado en uno de los tubos».

 

Planteo de la defensa.
Hermúa planteó que existió una actividad procesal defectuosa respecto del acta de secuestro del arma, pero el TIP le respondió que la defensa tendría que haberlo planteado en la audiencia de ofrecimiento de pruebas.
También adujo la inimputabilidad de Sánchez -algo que Olié ya había denegado en la sentencia-, a lo que Rebechi y Rivarola contestaron que ninguno de los profesionales intervinientes en el caso constató que padeciera «una enfermedad mental que le impidiera comprender la criminalidad del acto cometido o dirigir sus acciones».
Por último, Hermúa sostuvo que Olié no valoró correctamente las manifestaciones y recomendaciones de la psicóloga que trataba al acusado, ni el contexto familiar en el que vivía. El TIP detalló los dichos del médico forense y remarcó que Sánchez «no presentó signos ni síntomas de patología psicótica alguna (demencia en el sentido jurídico)» y que tiene «un nivel intelectual normal promedio».

 

Sin precedentes.
«Estaba alterado, pedía ver al juez Saravia, pero las empleadas avisaron a la policía. Cuando ellos llegaron intentó armar un dispositivo casero pero no logró efectuar el disparo», confió una fuente judicial consultada por LA ARENA en la crónica publicada en ese momento y que luego generó un pedido de mayor seguridad de parte de los magistrados
Lo ocurrido en el Centro Judicial local fue un hecho por demás inusual. De hecho, quien tenga memoria recordará que, al menos públicamente, jamás trascendió un episodio de esas características en la capital provincial. Respecto del episodio, una fuente judicial consultada por este diario dijo que «ocurrió cuando nos estábamos yendo todos. Llegó un chico, estaba alterado y las empleadas de la Oficina Judicial dieron inmediato aviso a la policía. Aparentemente quiso armar ahí mismo el arma tumbera formada por dos elementos, que son dos caños que se superponen y uno percute», explicó la fuente.
«No hubo disparos y la cuestión no pasó a mayores y ahí fue demorado. No sé si llegó a amenazar a las chicas (a las empleadas) y él mencionaba que quería hablar con el juez Saravia», concluyó.

 

¿Qué es el arma tumbera?
Las armas tumberas son fabricaciones caseras que reciben su nombre de sus orígenes marginales. El arma suele ser justamente una «herramienta» de uso frecuente para la delincuencia marginal, fabricada con dos caños cortos -uno insertado dentro del otro- que suma un elemento de percusión y un proyectil, siempre un cartucho de escopeta. Los delincuentes colocan en el tramo final del caño trasero una punta que actúa como percutor cuando quien opera el arma la dispara, sin precisión en cuanto a la puntería por lo que el efecto letal del balazo está dado en el alcance de la perdigonada.

 

El caso motivó pedido de seguridad
El intento de homicidio perpetrado por Fabio Alberto Sánchez contra el juez de Ejecución Penal, Martín Saravia, no solo generó conmoción por tratarse de un caso inédito, sino que también motivó un pedido por las condiciones de seguridad, las cuales deberían garantizar la integridad física de los integrantes de la Justicia Pampeana
En esa línea se manifestaron desde el Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de La Pampa. En aquel momento, desde la organización expresaron su preocupación ante el ataque ocurrido en el Centro Judicial de Santa Rosa y reclamaron que se revisen las condiciones de seguridad del edificio, debido a que consideraron que este tipo de situaciones no deberían haber ocurrido.
De todas maneras, la respuesta de las autoridades policiales no tardó en llegar y el propio Jefe de Policía, Roberto Ayala, salió a aclarar que la seguridad en el Centro Judicial de Santa Rosa estaba “garantizada”.

 

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