Martes 09 de abril 2024

El mejor regalo de Reyes

Redaccion 10/01/2020 - 06.06.hs

La inocencia de los niños y la humildad de los más grandes, a veces, logran historias que para muchos pueden resultar comunes, pero para los pequeños -y sus familiares- quedarán guardadas para siempre en el baúl de los recuerdos.
Impensadamente esta conjunción lograron el arquero Nicolas Bellendier y el niño castense Agustín Ponce Piorno para protagonizar una tierna historia, que se concretó con la complicidad de algunos «profes» de una colonia de vacaciones de Eduardo Castex.
El niño castense es fanático de Racing Club y tiene un especial cariño por el arquero piquense, que en pocos meses también se ganó el respeto de muchos simpatizantes albos.
Días atrás le escribió una carta a los Reyes Magos, en la que les pidió que le trajeran los guantes del guardameta que se consagró campeón del Torneo Provincial 2019 con Racing Club.
Tamaña sorpresa tuvo Agustín el martes cuando llegó a la colonia de vacaciones. Los profesores lo estaban esperando y tenían en su poder un video con un mensaje del propio Bellendier y los guantes que utilizó en la fase de grupo de la competencia interligas, donde finalmente el equipo castense se consagró campeón por segunda vez en la historia.

 

Momento especial.
Para Agustín, el paso de estos Reyes Magos no pasará desapercibido en su vida. Y tampoco para su familia. Todos atraviesan un momento complicado porque recientemente perdieron a la abuela del niño en un accidente en la ruta nacional 35, cerca de Santa Rosa, en el que fallecieron cinco personas de Eduardo Castex y Macachín.
Esto movilizó a los profesores Samuel Kroneberger y Franchesca Erro para provocar una alegría al niño castense, integrante de una reconocida familia identificada con Racing Club.
Y cumplieron el objetivo: el niño estalló en llanto cuando observó el video remitido por el arquero piquense y quedó sorprendido cuando observó que le entregaban los guantes que utilizó durante gran parte de la competencia provincial.

 

Te das cuenta.
La historia de Agustín es una más entre tantas que genera el fútbol. En el viejo continente, en Buenos Aires y también acá. El niño podría haber pedido un costoso regalo a los Reyes Magos, podría haber optado por la tecnología, por la moda o indumentaria deportiva. Pero, no. Su sueño estaba en las manos de un futbolista que observa los domingos, durante 90 minutos, detrás del alambrado.
Como definió el filosofo francés Blaise Pascal e inmortalizó el «Nano» Serrat en la canción «Sinceramente tuyo»: el corazón tiene razones, que la razón no entiende.
¿Y porque ocurre esto? Quizás la sublime escena de la película ‘El secreto de sus ojos’ que protagonizan Guillermo Francella y Ricardo Darín lo pueda explicar mucho mejor. Allí Francella interroga, en un típico bar porteño, a un supuesto escribano sobre viejos jugadores de Racing Club de Avellenada, y cuando finaliza se dirige a Darín expresando: «¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia… de novia, de religión, de Dios… pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín… no puede cambiar… de pasión». ¿O no, Agustín?

 

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