Jueves 28 de marzo 2024

Enzo Ariel Farías, el arquero de los Cebollitas de Diego

Redaccion 27/02/2021 - 21.14.hs

Maradona tuvo una vida de película, con episodios en el que se mezclan protagonistas principales, y otros que sin alcanzar su fama compartieron vivencias imborrables con el «10», como el «Goma» Farías.

 

MARIO VEGA

 

Han pasado nada más que tres meses de la muerte de Diego Armando Maradona, y el culebrón desatado en torno a las circunstancias en que se produjo el desenlace, y la pelea por la herencia del «10» todavía mantienen muy atenta a la opinión pública.
Los canales de deportes dedican horas y horas a mostrar al astro del fútbol mundial en su mejor faceta: esto es ensayando las más espectaculares jugadas que alguien pueda realizar en un campo de juego. Y también, y como contrapartida -en un parangón casi un sino de su vida- los que muestran el costado amarillo de la trama.
Aparecen así -en un revival que a lo mejor no buscaban (al menos de esta manera)- muchos de quienes fueron compañeros de ruta en su tan gloriosa existencia vinculada al fútbol.
Algunos muy conocidos y vigentes en el recuerdo de la gente, y unos no tanto. Otros ignotos personajes que tienen su minuto de gloria televisiva contando alguna cosa que haya tenido que ver con Diego.

 

El Diego de «Cebollitas».
También se cuentan los que alguna vez estuvieron muy cerca suyo, que lo conocieron de sus comienzos en Fiorito, que lo vieron desplegar precozmente su magia, y no son siquiera mencionados.
De pasada, entre tantos recuerdos a los que hemos accedido en estas últimas semanas, se cuela el de los «Cebollitas», el célebre equipo infantil que acogió a aquel «Pelusa» que decía ante una cámara de televisión -en su primera aparición- que su sueño era «jugar en primera, en la selección» y ser campeón mundial. Casi un vaticinio de lo que habría de venir.
Sólo algunos pocos de aquellos chicos accedieron a una primera división y a consolidarse en el fútbol… otros se fueron perdiendo con el paso del tiempo, y quedaron para -de vez en cuando- ofrecer alguna referencia de aquel pibe morochito, de rulos, que se transformaría quizás en el mejor jugador de la historia, y uno de los hombres más conocidos del mundo.

 

A la vuelta de la esquina.
No todos los que lo frecuentaron entonces han salido a mostrarse, ni a decir de su cercanía con aquel pequeño Maradona…
Y precisamente… Pocos saben que por aquí nomás anda -desde hace un tiempo- uno de los que compartieron aquellos primeros años con Diego. Sí, Enzo Ariel Farías (59) se llama, y fue nada menos que el arquero de «Cebollitas» cuando el que sería el astro del fútbol mundial empezaba a deslumbrar.
En su casa de Toay -donde su esposa ha instalado una peluquería-, Enzo («Goma» en el ambiente futbolero) me recibe para charlar sobre su vida, que en un punto estuvo emparentada con el fenómeno… «Sí, claro, era el arquero de ‘Cebollitas’, y conocí mucho a Diego… Puedo decir que siempre me distinguió con su amistad. Él y su familia…», apunta en voz baja cuando comenzamos la charla.

 

Hombre de perfil bajo.
Lo cierto es que el hombre es amigo de la no estridencia, y prefiere el perfil bajo, por más que alguna vez haya jugado nada menos que con un tal Maradona, y que en cualquier momento pueda tomar el teléfono y conseguir una comunicación con el «Pato» Fillol, El Vasco Goycochea, o Mariano Andujar (Estudiantes de La Plata), todos arqueros destacadísimos de nuestro fútbol, y además en algún momento integrantes del seleccionado. Y con muchísimos otros personajes del fútbol nacional, como Miguel Brindisi, Omar Labruna, Pedro Troglio, el colombiano Falcao (que podría volver a Ríver). Y tantos…
Esta nota comenzó a gestarse la semana anterior cuando el entrenador conversaba con los conductores del programa radial «La Pelota» (Radio Noticias, 99,5), hablando de su trabajo en Atlético Santa Rosa, rastreando en internet advertimos que este Enzo Ariel Farías era el mismo arquero de los «Cebollitas» de Maradona. Él no lo había dicho mientras hablaba…
A partir de ese momento la charla empezó a fluir, y el hombre fue desgranando recuerdos…

 

Una gran familia.
Hijo de Juan Carlos Farías y de Marta Eulalia, ambos dedicados a la gastronomía, es nacido en San Andrés de Giles, el pueblo donde nació el ex presidente Héctor J. Cámpora, y son cuatro hermanos de los cuales tres se dedicaron a atajar. «Papá era mozo y maitre, e iba cambiando de domicilio, por lo que nos mudanos varias veces hasta llegar a Almagro, donde me tocó hacer la primaria y el secundario… después con el tiempo hice cursos de electrónica, dactilografía, gastronomía…».
Luego formó su familia con Verónica, con la que tienen ocho hijos (Georgina, Natalí, Juan Ignacio, Daiana, Ezequiel, Dana, Alma Agustina y Enzo Jesús David; que van desde los 36 a los 11 años). Y además cuentan ya con 9 nietos.

 

Siempre el fútbol.
Pero el fútbol iba a ser el hilo conductor de su vida. «Jugábamos en los estacionamientos de autos, en el Parque Saavedra hasta que llegué a Las Malvinas», el predio de Argentinos Juniors, que se iba a transformar en su segundo hogar.
Allí se iba a desarrollar deportivamente, y en ese crecimiento dirigido por Juan Carlos «Toto» Lorenzo -ex entrenador de la Selección en dos mundiales, y en Boca Juniors-, se encontró con la posibilidad de debutar nada menos que en la Bombonera cuando tenía solo 18 años.
En el fútbol hay avatares que pueden cambiar la historia de un futbolista… y con Enzo pasó eso. Un picado entre amigos jugado fuera del club, un tirón y la imposibilidad de ir con el plantel a la Boca.

 

El hombre y sus circunstancias.
La suerte, el destino, la buenaventura, la fatalidad… El hombre y sus circunstancias (Ortega y Gasset) es una frase que aplica -creo- a todos nosotros. Podría interpretarse de alguna manera que sería como «estar en el lugar justo en el momento justo»… o algo así. Ese «picadito» hizo que no pudiera atajar en el Bicho de la Paternal.
Nos sucede a todos, me parece, eso de que la vida nos lleve como subidos a una ola por caminos impensados… Simplemente nos lleva, aunque también es verdad que la determinación nos puede hacer avanzar dónde presuntamente queríamos ir. Hay un poco de las dos cosas.

 

Un largo recorrido.
Después como suele pasar, un nuevo DT que llega con sus propios jugadores (Chiche Sosa), y el pibe Farías que queda libre de Argentinos.
Antes, en su etapa juvenil había llamado la atención de muchos entrenadores, entre ellos nada menos que del mismísimo César Luis Menotti, que lo preseleccionó para el Juvenil que iba a jugar en Australia, en un plantel compuesto por muchos que luego iban a ser figuras del fútbol argentino, como el Chino Tapia, Jorge Burruchaga, El Turco García, Bocha Ponce, y sus colegas arqueros Miguel Torres y Sergio Goycochea.
Enzo me muestra una foto con todos ellos cuando eran muy jóvenes… Y me digo, ¡si eso no estar cerca de llegar a lo más alto!

 

A España e Italia.
Después de Argentinos Pacha Yacono lo lleva a Defensa y Justicia; luego un paso por Villa del Parque de Neochea para jugar un Regional, más tarde por Deportivo Roca (1983), y la posibilidad de viajar a España al año siguiente: en Alicante estuvo algún tiempo atajando en un equipo de la zona. Más tarde se contactó con uno de los más grandes del fútbol argentino en la historia, Enrique Omar Sívori -su hijo Néstor era representante de jugadores-, e iba a permanecer varios años jugando en la zona de Calabria. «Tuve problemas para obtener la ciudadanía italiana, y por eso no pude llegar a las categorías más importantes», comenta al pasar.

 

Regreso, taxi y fútbol.
En 1992 uno de sus hermanos le informó que papá Juan Carlos estaba muy enfermo y decidió pegar la vuelta. Siguió poco tiempo más vinculado al fútbol, jugando en Chacarita donde iba a sobrevenir el retiro.
«Las cosas se dan cuando se tienen que dar…», razona. «Yo manejaba un taxi cuando en una estación de servicio me encuentro con Menotti. ‘¡César… cómo le va!’, lo saludé. Me miró un poco y me reconoció: ‘Cómo esta Goma… qué está haciendo?’. Cuando le comenté lo del taxi me dice ‘usted tiene que trabajar en el fútbol… Vaya a verlo a Roberto Saporitti de parte mía (ayudante de Menotti en la Selección ’78), pero me dio vergüenza y no fui. Pero después me llamó Carlos Fren para que lo acompañara a entrenar en Los Andes; y ahí tuvimos a Jony Maidana y a (Radamel) Falcao, que por entonces tenía 12 años… Al colombiano lo había llevado a mi casa Silvano Espíndola: lo probamos con chicos más grandes y hacía diferencias, y así fue que después fue a Ríver. Falcao me adora y aún hoy tengo contacto», expresa Enzo con alegría pero sin alardes.

 

Nombres y más nombres.
En su casa de San Lorenzo 486 (Toay) donde su esposa Verónica, estilista, tiene la peluquería para damas «Shekina» , Enzo tira datos y fechas, y nombres… de gente con la que compartió en una cancha, como Quique Wolf por ejemplo entre muchos otros; y entrenadores con los que trabajó como Omar Labruna, Miguel Brindisi, Claudio Morresi Leonardo Madelón, Walter Perrazo, Guillermo Rivarola, «El Chulo» Rivoira, Omar De Felipe, Osvaldo Piazza, Mario Agustín Cejas.
Sigue mostrando fotos en las que se ven al «Goma» junto a arqueros que formó y entrenó, muchos de ellos en Olimpo de Bahía Blanca entre 2005 y 2015, como el ya mencionado Mariano Andujar -con quien lo une una relación particular-, Gabriel Arias hoy en Rácing y titular de la Selección de Chile, Pablo Migliore, Gastón Monzón, Nereo Champán…

 

Llegada a Santa Rosa.
No obstante tener un enorme prestigio en el ambiente futbolero, reconocido por el Pato Fillol, Pedro Troglio y muchos otros ex jugadores, y por los entrenadores que lo buscaron para entrenar con ellos a lo largo de su carrera, hay que decir que el «Goma» no consiguió una diferencia económica que le permita precisamente vivir de rentas, como sí podrían hacerlo algunos futbolistas de estos tiempos -algunos, no todos- con sus fabulosos contratos.
«Cuando me desvinculé de Olimpo decidimos con mi esposa venir a Santa Rosa… teníamos algunos amigos y nos decidimos» (como él profesan el Evangelio). «Nos vinimos a empezar de cero», dice y se pone un poco serio.
Después empezó con una suerte de escuelita a enseñar a arqueros en el Parque Recreativo Don Tomás, hasta que Jorge Zimermann, hoy presidente de Atlético Santa Rosa le dijo de utilizar las instalaciones del club.

 

El presente.
Farías le entregó un proyecto sobre un Departamento de Fútbol Infanto Juvenil, y cuando Zimermann quedó a cargo de la entidad le ofreció desarrollarlo en el Mateo Calderón. Su trabajo resultó tan interesante que de ahí a hacerse cargo de la primera división sólo hubo un pequeño paso. «Lo cierto es que estoy muy pero muy cómodo aquí», afirma, aunque admite: «Me enamoré de Toay y nos vinimos a vivir. Es tranquilo, se vive bien y nuestra idea es asentarnos aquí con nuestra familia», agrega.
«Siempre de la mano del señor», dice sobre su fe religiosa y la de su esposa. «Porque gracias a Cristo la vida me cambió», reconoce.
En el final el entrenador ruega por «el bienestar de la familia… Todos queremos lo mismo, y yo también: ser feliz con mi esposa, con mis hijos, con mis nietos», dice con una sonrisa. «El señor sabrá…», completa.

 

Una gran historia.
A veces sucede que tenemos a nuestro lado a personas que no valoramos suficientemente… simplemente porque desconocemos sus recorridos, como pasa con el «Goma» Farías. Un personaje del fútbol cuyo nombre no estuvo en las grandes marquesinas, pero que tiene una trayectoria que muchos deben envidiar. Sí, es el caso de este hombre que alguna tarde fue «el chico que salvó a Diego». Casi un anticipo de aquel día en que Goyco le detuvo el penal a los yugoslavos en Italia ’90, después que Maradona había errado el suyo. Muchos años antes -de «Cebollita»- el mismo pibe ruliento había marrado en una final del campeonato Evita y un tal «Goma» Farías atajó para que Diego se le colgara del cuello en un festejo inolvidable…
Vaya si tiene para contar Enzo Ariel Farías, el entrenador del albo santarroseño. ¡Cuánta y qué linda historia, ‘Goma’!

 

El día que Farías salvó a Maradona.

 

«Se ha convertido en un gran técnico, es un verdadero maestro de jugadores. Si tuviera que recomendar uno para que se hiciera cargo de una selección no dudaría un segundo. Si vinieran de un país donde quisieran desarrollar el fútbol lo recomendaría porque él sí que sabe cómo enseñar a jugar al fútbol», dice sobre «El Goma» Farías el descubridor de Maradona, Francis Cornejo.
Los elogios del entrenador que un día se vio embelesado por la manera en que un pibe de 10 años jugaba a la pelota, y que se convertiría en astro del fútbol mundial, fueron vertidos en su libro «Cebollita Maradona».
Allí Cornejo le dedicó un capítulo especial al actual Director Técnico de Atlético Santa Rosa: «No quiero dejar el capítulo de los arqueros sin hablar de Enzo Farías, ‘Gomita’. Le tocó defender el arco durante el segundo torneo Evita, y fue el héroe porque atajó dos penales y nos dio el campeonato. Fue el mejor arquero que tuve en mis años de entrenador de inferiores, y puedo también decir que como en el caso de Diego lo descubrí yo», alardeaba Francis.
«Tuvo una linda carrera en el fútbol: pasó por Argentinos Juniors, fue preseleccionado para el Juvenil, y tuvo buenas trayectorias en equipos de Italia y España. Cuando se retiró hicimos juntos una buena experiencia de dirección Técnica en Los Andes», completó.
«Ahí tuvimos, entre otros, a Jonatan Maidana, que ahora está volviendo a River», agrega Enzo.

 

El día que salvó a Diego.
Y «Goma» vuelve sobre aquellos dos penales atajados en una final del campeonato Evita. «Diego había errado en un partido anterior, y cuando tuvimos que definir por penales la final Francis no lo puso en la lista… Cuando miramos a un rincón Diego estaba llorando. ‘¿Qué te pasa?’, le preguntó Cornejo: «Quiero patear un penal», dijo el pibe de Fiorito. «Pero si venís de errar uno», argumentó el entrenador. De todos modos ya era un fenómeno y Francis le preguntó a sus compañeros quién le daba su lugar: «El único que no levantó la mano fue Silvano Espíndola (otro crack)… pero los demás se sacaron el lazo de encima. Pateó Diego para ganar y… sí, volvió a errar. Todos lo consolábamos pero no paraba de llorar. Fui al arco, vino el tiro y alcancé a sacar la pelota: no me había terminado de parar para festejar cuando Diego se me colgó del cuello. ¡Lo había salvado!. Ganamos el campeonato», sonríe «Goma» con la evocación.
Diego nunca se olvidó de aquella final, ni del compañero que lo salvó: «Por eso las pocas veces que necesité hablar con él lo hice sin problemas», rememora Enzo su relación con el más grande.

 

Guitarrero y cantor.

 

«En las concentraciones sabía ser el animador, porque toco la guitarra (es zurdo), y también hago algunas imitaciones», sorprende «Goma». Un día Jorge Zimermann me pidió si no podía hacerle un jingle para Carlos Javier Mac Allister, e intenté algo, aunque la verdad la política mucho no me interesaba», indica. ¿Era esa música pegadiza que decía «se viene el ‘Colo’ gobernador…»?
Después un conocido del Partido Justicialista le pidió otro para alguien que pensaba lanzarse para un cargo determinado… «Lo hice… pero no me lo pagaron», completa riendo.
Lo cierto es que no solamente es buen entrenador, sino que además se las rebusca -y muy bien- con la viola, canta un poco de todo (le gusta Sandro), pero además alguna vez se caracterizó para una presentación. Completo.

 

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