Miércoles 10 de abril 2024

«Estamos al límite de nuestra fuerza»

Redaccion 18/05/2021 - 04.59.hs

Desde muy temprano, ya a las 7 de la mañana, los kinesiólogos se preparan: doble barbijo, doble guantes, bata, protectores de zapatos y máscaras para trabajar en equipo con médicos y enfermeros en la Terapia Intensiva del Hospital Molas para atender a pacientes internados con coronavirus, hasta largas horas del día. Tres kinesiólogos, Rafael Perichon, Fermín Lombardía y Gastón Borzi contaron las experiencias que viven día a día en este difícil momento de la ola de contagios que atraviesa la provincia.
Perichon relató que su trabajo en el Centro Emergente de Asistencia Respiratoria se centra en los cuidados respiratorios de los pacientes que se encuentran internados: «entramos con los médicos cuando los ventilan (a los pacientes), cuando los ponemos boca abajo (maniobra de prono), manejamos los respiradores y movilizamos los pacientes». Con respecto a la situación actual, expresó: «Estamos a full, sobretodo porque tenemos todas las camas llenas. Donde podemos sacar un paciente, lo sacamos para poner a otro».

 

Ocupación.
En ese sentido, Gastón Borzi afirmó que la ocupación en el CEAR es «constante». «Las rotaciones de camas de terapia intensiva son más lentas, por la cantidad de casos. Todo eso ocasiona un desgaste físico, psíquico, pero la gente no toma conciencia, es cada vez más desesperante la situación», lamentó.
Asimismo, Perichon señaló que los pacientes internados por coronavirus atraviesan un periodo de internación que puede durar, como mínimo, 10 días bajo atención en terapia intensiva. Además, afirmó que en la actualidad, hay personas de 35 o 40 años internados en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI).
Por su parte, Borzi reflejó que el presente que atraviesa la provincia agotó al personal de salud: «La verdad es que nosotros estamos al límite de nuestra fuerza, es mucho estrés laburar de esta forma, para no contagiarte, para no traerlo a tu casa, es complejo».

 

Soledad.
En cada uno de sus relatos, los profesionales contaron que una internación de Covid se vive con una gran soledad e incertidumbre, ya que lamentablemente muchos familiares despiden a sus seres queridos sin tener un último adiós. «Antes de ser intubados los pacientes te dicen que les manden a saludos a sus familias», describió con dolor Perichon.
Borzi agregó que la internación de Covid 19 es «muy triste». «Tener la sensación de falta de aire, de algo tan esencial, es terrible como llegan desesperados por aire, y todo porque no hubo un cuidado», describió. «Está solo, lejos de sus familiares, entrar a la terapia de coronavirus es como una moneda al aire». Y agregó: «Es muy feo, a los familiares tenés que hablarles por teléfono, a mí me parece muy triste que no se cuide la gente. Te despiden de un familiar que entra con un cuadro respiratorio a un lugar que no lo ven nunca más, en el caso que fallezcan».

 

Finito.
En sus dichos, reflejaron que los instrumentos, camas, respiradores, se pueden conseguir, pero reemplazar a un profesional médico es mucho más difícil. En ese sentido, Perichon lamentó que la población no haya entendido la necesidad de no realizar fiestas clandestinas, principal motivo de la suba de casos: «Tendrían que saber que hay mucha gente internada, muchos jóvenes. En algún momento nos vamos a quedar sin personal, una cosa es tener camas, pero otra es tener un enfermero capacitado, un médico capacitado», sentenció. Asimismo, Borzi apuntó contra los negacionistas: «se tienen que dar una vuelta por el CEAR, a nosotros esta última ola nos está matando, el recurso humano es finito».
Por su parte, Fermín Lombardia, profesional de la salud que trabaja en los sectores públicos y privados, afirmó que el equipo de salud está «cansado», y además, detalló que en la actualidad «se buscan kinesiólogos». «Como están abriendo otros sectores en el Molas y clínicas, se está necesitando que los kinesiólogos trabajen en terapia intensiva, por ahora se están pudiendo cubrir», detalló.

 

«Somos los mismos»
Los últimos récord de contagios de coronavirus son preocupantes y, en ese sentido, la kinesióloga Mariela de la Campa afirmó que «es el peor momento» y que ocurre cuando el personal de salud está agotado. A pesar de este dificultoso presente, De la Campa destacó: «nos pudimos organizar con las tareas de las salas y poder mejorar así el avance del paciente y el trabajo del terapista con las tareas que se hacen».
Con respecto al aumento de casos que atraviesa la provincia, señaló que los deja «totalmente sorprendidos y preocupados» porque continúa siendo el mismo personal que atravesó la anterior ola de finales y principio de año. «Los pacientes van a seguir llegando, pero el equipo sigue siendo el mismo. Nos pueden seguir poniendo camas, equipos, pero el cansancio está. No es lo mismo entrar a ver tres pacientes positivos con los terapistas y enfermeros, ahora tenemos que ver a 20 paciente entre los que somos».

 

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