Martes 26 de marzo 2024

«Estamos bien porque la gente ha sido muy amable»

Redaccion 13/05/2020 - 05.51.hs

(General Pico) – Javier Rodríguez heredó la pasión familiar por el circo y hoy tiene su propia empresa circense, con la que viajaba a diferentes partes del país. A finales del año pasado llegó a La Pampa y cuando comenzó la cuarentena obligatoria por la pandemia de Covid-19 quedó varado junto a su familia en General Pico. Ante la imposibilidad de trabajar pidió ayuda a la comunidad piquense, que le tendió una gran mano.
Frente al panorama complejo que se avizora para la actividad, Javier se siente más cerca del retiro y, la hospitalidad que encontró entre la gente, lo empuja a pensar a radicarse en la ciudad.
«Llegamos a Pico con mucha ilusión de poder trabajar bien, pero le pasó esto al mundo y nos quedamos varados acá, como tantos colegas que están por todo el país. Una cantidad de gente se acercó a ayudarnos, desde las iglesias, escuelas y gente anónima que se acercó al circo a darnos una mano», señaló.
«Hace varios meses que estamos en La Pampa, porque terminamos el año pasado en Rancul y empezamos este en Realicó. Después llegamos a Pico, donde ya había estado muchas veces con el circo de mi abuelo, cuando veníamos al predio del ferrocarril en el centro. Llegamos con una ilusión muy grande y nos pasó esto», contó y dijo sentirse preocupado «porque nuestra actividad y todo lo que reúne al público va a estar cerrada hasta fin de año y son muchísimos meses por delante».

 

Vecinos solidarios.
El circo lo instalaron en el predio del Club Hípico de la ciudad, ubicado sobre la ruta provincial 1 y la calle 24. Sin embargo no pudieron hacer las funciones que tenían previstas, dado que estalló la cuarentena obligatoria cuando estaban por arrancar.
En la casa rodante en la que llegaron, Javier vive junto a su familia. Son en total diez personas, entre las que se encuentra su pareja, sus hijos, su padre y sus suegros.
«Estamos bastante bien porque la gente en Pico ha sido muy amable con nosotros. No les pasa lo mismo a otros colegas que están en otras partes del país y que no tienen para comer. Acá en Pico la gente nos ayudó mucho y todos los días viene alguien con algo para darnos», relató.
«Muchos nos quieren ayudar con gasoil para que podamos regresar al lugar de donde somos, pero nuestro domicilio es el circo y la casa rodante es nuestra casa. Si bien tenemos un domicilio en el documento, no es nuestra casa. Antes teníamos domicilio en Lanús, después en Moreno, pero nuestra casa es donde estemos. Estamos acá y el miedo que tengo es que pase la cuarentena y la directiva del club nos diga que tenemos que desalojar el lugar y, no tenemos un lugar dónde ir. El día que pase eso tendré que hablar con la municipalidad a ver si nos pueden dar un lugar que tenga luz y agua», manifestó.

 

Radicarse en Pico.
Las perspectivas para la industria del entretenimiento, en este caso el circo, no son muy alentadoras, al menos en lo inmediato. Javier es consciente de esto, y sabe que se demorará varios meses la apertura del circo.
«No sé cuándo volveremos a trabajar y sé que después será muy difícil, por trato de no pensar mucho de acá a varios meses, porque me da dolor de cabeza. No sé cómo vamos a seguir y faltan muchos meses para volver a trabajar. Acá estamos viviendo el día a día y estoy tratando de conseguir algún trabajo, que ya va a aparecer en algún momento», indicó.
«También pienso en quedarme a vivir en Pico, porque uno ya está grande para andar con esto. El año pasado todos los circos estuvimos un poco complicados para trabajar, calculo que el año que viene va a ser peor todavía», finalizó.

 

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