Lunes 15 de abril 2024

Estudiar afuera: un dolor de bolsillo y de cabeza

Redacción 21/08/2018 - 08.15.hs

La crisis económica disminuye, cada vez más, las posibilidades de las familias pampeanas de poder afrontar el trayecto universitario de sus hijos fuera de su ciudad de origen. En promedio, un estudiante necesita 9 mil pesos -mínimo- para alquilar un departamento de una habitación y afrontar los gastos de expensas, impuestos y servicios básicos.

 

Se acerca fin de año y tanto los padres como sus hijos viven tiempos de definiciones. Es que durante esta época, los estudiantes de sexto año están por cerrar su ciclo en el secundario y, tal vez, decidan continuar sus estudios fuera de su ciudad. Algunos lo resuelven rápido, sobre todo los que disponen de más recursos, otros ensayan una y otra vez con la calculadora y terminan mandándolos a donde les alcanza, que no siempre es donde les gustaría.
Es que no es un asunto simple, y mucho menos para el bolsillo de las familias pampeanas, enviar un hijo a estudiar en otra ciudad. Los costos son altos, el esfuerzo mayor, y el panorama económico de hoy en día no ayuda para nada. Todo un verdadero dolor de cabeza.

Cálculo.
Según un cálculo realizado por LA ARENA, teniendo en cuenta únicamente gastos generales como el alquiler de un departamento de una habitación (de 5.000 a 6.500), expensas (de 1.500 a 2.500), impuestos y los servicios básicos de luz, agua, gas e Internet (en promedio 2.000), un estudiante gasta alrededor 9.000 pesos por mes. Monto que varía también teniendo en cuenta la ciudad elegida para radicarse, sea dentro de la provincia como Santa Rosa o General Pico, o fuera de La Pampa, en Córdoba, Buenos Aires, Bahía Blanca o La Plata.
Es preciso detallar que este monto puede ser menor si la vida universitaria se hace en un modo más "gasolero", como por ejemplo, alquilar un monoambiente, compartir entre dos o más una misma renta o si el estudiante opta por vivir dentro de una residencia universitaria. En ese caso, los valores son un poco más "amigables".
El espectro es tan amplio y es difícil contar con un número, porque los valores con los que empezarán el año no serán los mismos que verán a la hora de terminar este 2018, cuando la inflación y el dólar parecen no dar respiro.

 

Imprevistos.
Para enviar a un hijo o hija a estudiar afuera, hay que tener en cuenta -además- otra larga lista de cuestiones, que en definitiva se traducen en gastos. Por ejemplo, si la universidad es pública, no tiene cuota mensual, pero sí, si es privada. A eso hay que sumar el transporte, si es que la facultad se encuentra lejos de donde uno alquila, libros, útiles y material de estudio y los productos básicos para llenar un carrito de supermercado. Además, existe un rubro de imprevistos, que apuntan a gastos no esperados como los que tienen que ver con la salud.
La ecuación no termina acá porque también hay que contar vestimenta y una serie de detalles que tienen que ver con la vida cotidiana del estudiante, como por ejemplo, esparcimiento, la práctica de algún deporte y los traslados de la ciudad donde estudia a su hogar en ciertos momentos del año.
Tomando como referencia los datos del Indec, en el último informe de la canasta básica alimentaria y total, una persona necesita 2.537,45 pesos para cubrir los productos alimenticios mínimos que aporten los requerimientos kilocalóricos y proteicos imprescindibles. Lo que ayuda a tener una apreciación, un piso, del dinero mínimo que una persona necesita.

 

Diferencias.
Bien es sabido que la situación económica de cada familia es bastante diferente. Algunos tienen los recursos necesarios para no preocuparse por estos montos, mientras que otros suelen sacar cuentas mes a mes para poder afrontar económicamente el trayecto universitario de su hijo. Podría decirse que hay tres grupos bien nítidos. Uno, el de la economía más holgada, el segundo, de los que les alcanza con lo justo, y el último de ellos, que pueden solo si estiran hasta el máximo los pesos de cada mez.
Abundan los ejemplos en todos los casos. Un estudiante en General Pico que estudia Ingeniería Industrial tiene la posibilidad de radicarse en dicha localidad abonando 7.000 pesos por mes (entre alquiler e impuestos), ya que el lugar donde alquila no dispone de expensas o gastos comunes, mientras que una estudiante de Antropología en Córdoba, abona por mes 10.000 pesos. Para algunos no se trata de una elección, simplemente se trata de acceder a lo que está a su alcance o al alcance de sus padres.

 

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