Martes 09 de abril 2024

«La decisión fue como la de largarse de una a la pileta»

Redaccion 15/04/2020 - 08.10.hs

A Rayén Martigani Crespillo le falta rendir el examen de residencia para tener su título de médica de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Pero hace unos días, una convocatoria del Ministerio de Salud de la Nación la llevó a Chaco, donde presta servicio voluntario en una provincia sumamente afectada por el Covid-19. «Venir acá y poder contribuir en lo que más necesita el país es lo mejor, es como estar haciendo la residencia», aseguró.
En diálogo con Radio Noticias, la joven contó que se encuentra trabajando como voluntaria en un hospital público de Resistencia, la capital chaqueña a partir de una convocatoria del Ministerio de Salud de la Nación, en la que pedían médicos recibidos con o sin título para asistir durante la pandemia. «Fuimos convocados 20 estudiantes para asistir al hospital ya que acá tuvieron un problema que fue que el 40% del personal de salud se infectó de golpe, lo que generó una baja de personal muy rápida y necesitaban gente que cubriera», explicó.
Ante esa situación, la incipiente médica relató que «estaban todos muy atareados y el sistema medio desorganizado, por lo que no sabíamos como posicionarnos y ayudar. Recién el fin de semana pasado, y tras nueve días acá, pudimos organizarnos y coordinar con el Ministerio de Salud de Chaco».

 

«Triage».
Al ser consultada respecto de los servicios que presta junto a sus colegas, Martigani contó que «más que nada manejamos la instauración de un ‘Triage’, que es una manera de catalogar a pacientes que llegan a urgencia, es decir, catalogarlos en relación al riesgo de vida que presenten o si son casos positivos de Coronavirus». Indicó que eso se establece mediante un protocolo de signos vitales y características clínicas de cada paciente, para así establecer si tiene posibilidad o no de tener el virus.
«Eso no estaba instaurado, por lo que se mezclaban los pacientes. Así que, ahora que somos más, podemos accionar más rápido para adelantarnos a la pandemia e ir aceitando engranajes para que, cuando explote, estemos listos para que todo funcione adecuadamente», manifestó al tiempo que explicó que «si bien hay muchos infectados y hay circulación comunitaria, los casos no son tantos como para generar alarma».

 

Insumos.
Una de las problemáticas que generó el estado de alarma del sistema de salud chaqueño a raíz de la infección del 40% de los médicos fue, según relata, «el uso extremadamente innecesario del equipamiento».
«Es un virus que se transmite por contacto, por gotas gruesas que no quedan suspendidas en el aire, y a veces se usan equipos que no son necesarios y ahora tratamos de reservar porque no hay muchos recursos acá. El personal de salud está muy asustado con lo que pasó, por eso utilizan mucho los recursos y así se acaban más rápido», expresó.
En esa línea, Martigani dijo que «tratamos de ir sacando ese miedo y limitando el uso a cuando es necesario, a demás de mantener distancia mínima entre nosotros y con los pacientes».

 

Experiencia.
«La decisión fue como la de largarse de una a la pileta, porque todos los que vinimos a Chaco estábamos por rendir el examen de residencia, y como se postergó para agosto o septiembre teníamos un montón de tiempo y no sabíamos como aportar a la pandemia porque muchos no tenemos el título todavía», resumió la pampeana al ser consultada de sus consideraciones respecto de la experiencia como voluntaria.
Y agregó: «Venir acá y que nos agilicen y poder contribuir en lo que más necesita el país fue lo mejor, es como estar haciendo la residencia. Cubrimos el papel de médicos y nos tratan como tales y con mucho agradecimiento de la gente, ya que se acercan y nos traen comida o galletitas».

 

Aislamiento.
Por último, Martigani, que hizo la secundaria entre el Colegio Ciudad de Santa Rosa y la Escuela Normal, se refirió a la situación en Chaco respecto de la cuarentena obligatoria y aseguró que «la gente no la respeta mucho, se ven muchas personas en la calle». Sin embargo, dijo que se respeta el uso del barbijo ya que desde el municipio capitalino lo reglamentaron el uso obligatorio, aunque, cuenta, «no explican cómo se utiliza».
«Hay que quedarse en dentro de las casas. Acá sirvió mucho el aislamiento porque nos dio tiempo para adecuarnos y no sumarnos con una situación peor, es decir, sirvió para comprar tiempo», concluyó.

 

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