Jueves 29 de mayo 2025

La foto de los fotógrafos

Redaccion 24/08/2021 - 06.05.hs

Era la tarde del 23 de marzo de 1983. El sol iluminaba la tarde de la ciudad, y en el estadio Mateo Calderón un gentío inusitado por su número, expectante y rumoroso, esperaba que diera comienzo la fiesta.
Aunque en realidad la celebración había empezado antes, reflejada en el entusiasmo que se vivía en la capital de la provincia desde las horas previas. Incluso en toda la semana el comentario más escuchado era acerca del debut de Atlético Santa Rosa en el torneo Nacional de la Asociación del Fútbol Argentino. Rosario Central, el equipo del Negro Palma, de Daniel Killer, de Sperandío y Chazarreta iba a ser el rival.
El compromiso se anunciaba para las 4 de la tarde, pero ya muy temprano el estadio estaba lleno. Un gentío que dejó en boleterías 954.000 pesos (¿cuánto sería hoy?), desbordó las instalaciones del estadio Mateo Calderón.

 

Un acontecimiento.
Si la multitud estaba ansiosa, no menos anhelantes y entusiasmados estaban los periodistas lugareños, que desde meses antes venían siguiendo esa cabalgata magnífica del equipo albo en el Torneo Regional, hasta esa tarde que en Río Gallegos obtuvo la clasificación frente al San Lorenzo de aquella ciudad.
Eso lo catapultó al torneo Nacional de AFA, y tuvieron unas pocas semanas los directivos de Atlético para reforzar el equipo, contratando algunos jugadores de la Liga Pampeana -llegaron Tito Mansilla, Daniel Petrucci, Luis Cervio, Daniel Parisi-, y algunos pocos más a préstamo de equipos de la ciudad -Callejero Erro, Chueco Ramírez, Chachi García y Cacho Bornes, entre otros- que ya habían jugado el regional.

 

Un día memorable.
En aquella tarde memorable todo estaba casi listo para algo muy especial. Decíamos antes que los cronistas se habían multiplicado -estaban los que representaban a radios porteñas que, ahora sí, se ocupaban de nuestro terruño y nuestro fútbol-, y los fotógrafos estaban prestos para obtener las mejores tomas. Eran un montón, y LA ARENA obviamente tenía los suyos en varios sectores de la cancha.
Alberto Callaqueo se había movido para conseguir el sponsoreo de Tienda Barreiro -en esa época una de las más importantes de la zona-, y lucían todos impecables remeras blancas y una pechera que identificaba al comercio que entonces se ubicaba en calle Gil, a pocos metros de la plaza San Martín.

 

Otras épocas.
Eran tiempos de máquinas Nikon, Canon, Pentax… Todas a rollo. Esto es no existían por aquí las actuales digitales, que permiten disparar decenas de fotos sin preocuparse pro el costo del material fílmico, siempre tan cuidado y escaso en las redacciones de los diarios.
Estaban todos los paparazzi de los diarios locales (además de los de La Arena, de la Capital y La Reforma), y también -hay que admitirlo- muchos «colados» e improvisados que de alguna manera se habían conseguido una credencial para estar dentro del campo de juego.
Desde mucho antes de la hora anunciada para empezar el partido estaban ya pisando el césped del Mateo Calderón. En algún momento uno de ellos sugirió hacerse una foto a ellos mismos… aunque obviamente uno iba a quedar fuera del retrato. No se recuerda bien el dato, pero probablemente haya sido Raúl Fernández («La Chola») el que disparó su Nikon para registrar la escena para la posteridad.

 

Nuestros fotógrafos.
La foto que ilustra estas líneas es la que se tomó aquella tarde -pasaron nada menos que 38 años-, y se puede ver a los foteros de los medios periodísticos pampeanos el día del debut de Atlético en el Torneo Nacional. De izquierda a derecha Jimmy Rodríguez, Alberto Callaqueo, Tito Evangelista (La Capital), Chiche del Ruiz, Pedro Macedo, El Gringo De Pián y Joaquín Rodríguez.
Eran épocas en que los medios debían estar presentes con sus cronistas y fotógrafos para poder publicar. Ya para cubrir a los equipos locales en sus canchas santarroseñas, o donde se tuvieran que presentar en cualquier otra ciudad. Cuántas veces debieron viajar a Bariloche, Capital Federal, Cipolletti, Mendoza, Salta (allí también jugó el albo con Juventud Antoniana), o cualquier otra provincia y volver cientos de kilómetros -con el riesgo que implica la ruta- con el material para informar de la mejor manera que se podía.

 

Todo cambia.
El paso del tiempo, las nuevas tecnologías, lo cambiaron todo… Totalmente. Hoy un simple teléfono celular se utiliza a modo de cámara fotográfica, de grabador, y si es necesario de computadora para hacer la crónica de lo que se acaba de ver.
Sí, pasó mucho tiempo. Aquella foto es el registro de otras épocas, que tuvieron su encanto, que fueron maravillosas, pero que ya pasaron. Y hay que admitirlo.
Pasó aquella aventura del Torneo Nacional, y aunque los resultados no fueron buenos, esos momentos quedarán por siempre en la mente de quienes lo vivieron, y lo disfrutaron. Aunque los resultados para nuestro equipo no hayan sido buenos.
Fue un verdadero acontecimiento para todos, y como testimonio aquella foto… esta vez no de los jugadores que fueron los protagonistas. Sí de los fotógrafos que también tuvieron -a su manera- su momento de gloria: esa posibilidad de dejar registrado para todos los tiempos una de las postales icónicas de la historia deportiva de nuestra provincia. (M.V.)

 

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