Martes 09 de abril 2024

«Lo de los veedores no parece aceptable»

Redaccion 25/06/2020 - 21.38.hs

El ofrecimiento que el gobierno cuyano le hizo al ministro del Interior Wado de Pedro -que ya mereció rechazo de instituciones vinculados a la cuestión hídrica-, también es reprobado por el diputado nacional Martín Berhongaray (UCR). El legislador, en diálogo con este diario, sostuvo que nuestra provincia debe oponerse a cualquier estudio parcial de impacto ambiental, y que en todo caso debiera contemplarse el potencial impacto de todas las obras previstas en el Tratado del Colorado.
-El gobernador de Mendoza adelantó al ministro del Interior que ofrecerá al resto de las provincias que pongan veedores para supervisar la construcción y el funcionamiento de Portezuelo. ¿Qué opina?
-No me parece aceptable. Se persiste en el error de circunscribir todo el análisis a Portezuelo del Viento, cuando deberíamos estar hablando del Tratado del Colorado y viendo qué cuestiones hay que actualizar y si en las condiciones actuales es posible o no su cumplimiento.
-¿Es posible técnicamente realizar un estudio de impacto ambiental de toda la cuenca?
-La evaluación ambiental debería contemplar el potencial impacto de cada una de las obras previstas en el Tratado del Colorado, y no sólo el que genere Portezuelo del Viento. Hasta ahora nunca escuché que se evalúe la viabilidad técnica ni las implicancias ambientales del trasvase del río Negro al Colorado de 50 metros cúbicos por segundo. La Pampa tiene que oponerse a cualquier intento de evaluar los impactos ambientales de un modo parcial.
-¿Cree que no le interesa a Mendoza el cumplimiento del Tratado del Colorado?
-Siempre me resultó llamativo tanto interés en Portezuelo del Viento, y tan poco interés en el Tratado del Colorado que es el acuerdo entre las provincias que le dio nacimiento. Si se presta atención se verá que en Mendoza nunca se habla del Tratado del Colorado, y eso demuestra que su cumplimiento integral no es un objetivo en sí mismo. Eso es muy peligroso.
-¿Cuál es el peligro?
-El peligro es que si no se respeta el diseño que está en el Tratado, y si no se hacen las distintas obras de regulación siguiendo la secuencia temporal que está prevista, los daños sociales y al ambiente van a ser muy grandes. De todos modos, ese diseño original hay que revisarlo y actualizarlo, porque ya lleva casi cincuenta años y muchas cosas cambiaron desde que se firmó.
-¿Qué cosas cambiaron?
-Siempre se dice y con razón que cambió el contexto fáctico y mucho. Hoy es evidente que hay una tremenda crisis que afecta a todos los ríos cordilleranos que traen mucha menos agua. Pero también fue muy importante el cambio jurídico a partir de los nuevos paradigmas que introdujo en Argentina la reforma constitucional del ’94 que vino a establecer un nuevo esquema de organización entre las provincias en lo que respecta a los recursos naturales.
-¿Cómo se traducen esas modificaciones legales en la práctica?
-En la práctica la reforma del ’94 y las leyes de presupuestos mínimos ambientales han modificado muchas de las reglas establecidas en el Tratado del Colorado y algunas directamente las han derogado. Es de tal magnitud la reforma constitucional de 1994 que lo razonable sería revisar y ajustar la manera en que funcionan las distintas represas y obras que afectan a los ríos interprovinciales en todo el país. Hay un nuevo esquema de distribución de competencias entre la Nación y las provincias que debe ser respetado.

 

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