Martes 26 de marzo 2024

Mendoza avanza con otro dique en cuenca interprovincial

Redaccion 24/06/2021 - 21.10.hs

La Empresa Mendocina de Energía (Emesa) abrió el concurso público para estudios complementarios del complejo hidroeléctrico El Baqueano, una represa que la provincia vecina quiere emplazar sobre el Río Diamante. Se trata de un curso de agua que forma parte de una enorme cuenca interprovincial, de la cual también forma parte La Pampa, pero, tal como ocurrió con el Atuel, Mendoza no ha informado nada al respecto a las provincias de aguas abajo.
«El objetivo es iniciar los estudios geológicos, topográficos y de laboratorio para la construcción de la represa sobre el Río Diamante, que se suma a Portezuelo del Viento para aportar energía limpia a la red. La obra forma parte de un proyecto integral formulado en los años 80, que comienza a concretarse ahora.
La Empresa Mendocina de Energía (Emesa) abrió el concurso para realizar los estudios de geología, geotecnia, geofísica, ensayos de laboratorio y topografía del Aprovechamiento Hidroeléctrico El Baqueano, que estará situado sobre el río Diamante, en San Rafael», informó el gobierno mendocino.
«Hace 40 años se pensó como una presa de materiales sueltos con cara de hormigón aguas arriba, como Potrerillos, en la confluencia entre el arroyo Agua de la Mora y el río Diamante. Pero, antes de reactivar la obra, el Gobierno de Mendoza encaró nuevos estudios, que determinaron que aguas arriba del sitio previsto había riesgo de desplazamientos de laderas. Así, se determinó que la histórica propuesta de Agua Mora quedaba descartada y que se construirá una presa de hormigón de gravedad HCR (hormigón compactado con rodillos) en una zona conocida como El Imperial», reza el parte oficial del gobierno cuyano.

 

Proyecto ejecutivo.
Los estudios que está auspiciando la Emesa son el paso previo al inicio del proyecto ejecutivo final y, de acuerdo a lo informado en el sitio de noticias de Mendoza, se concretarán gracias al Fondo Fiduciario del Plan de Infraestructura Eléctrica de Alta Tensión de Zonas Aisladas y en Desarrollo (Fopiatzad). «Estos estudios lo que hacen es complementar los que existían previamente, ya que subsisten algunas dudas geológicas», detalló Luis Lemos, jefe de Proyectos Hidroeléctricos de Emesa.
«En los 80, Agua y Energía había realizado estudios superficiales y sobre la casa de máquinas, donde están las turbinas. Ahora vamos a estudiar la zona de la presa y la traza de un túnel de 14 kilómetros que llevará el agua hasta la casa de máquinas, que se ubicará en la «cola» de Los Reyunos», explicó Lemos.
«Además, se cerró un convenio con Vialidad Provincial, que abrió los caminos para llegar al sitio y refuncionalizó un túnel de 500 metros que estaba desmoronado. Cuando culminen estos estudios, que llevará unos seis meses, se podrá ajustar la ingeniería básica», añadió el funcionario.

 

Interprovincial.
Al igual que con Portezuelo, el gobierno mendocino mencionó las bondades de la obra -energía para el Sistema Argentino de Interconexión (SADI), con una potencia capaz de cubrir los picos de demanda, creación de un polo turístico y atenuación de crecidas extraordinarias-, pero no hizo referencia a la interprovincialidad de la cuenca y la existencia de leyes que obligan al manejo coordinado de los recursos hídricos por parte de las provincias que integran el sistema.
Del mismo modo que el Atuel, el Mendoza, Tunuyán y San Juan, el río Diamante forma parte de la cuenca hidrográfica del Desaguadero – Salado – Chadileuvú – Curacó, de la que se ha desconectado debido al intenso uso que la provincia de Mendoza hace de sus aguas, al punto que desde hace años que el río no tiene caudal suficiente para llegar al Desaguadero.
Es la misma situación que ocurre con el resto de los ríos que nacen en las provincias de Mendoza y San Juan: el uso es tan intenso y arbitrario, que se apropian de aguas compartidas y niegan al resto de la cuenca el beneficio del recurso.
En el caso del río Diamante, además, antiguamente descargaba sus aguas en el río Atuel pero entre los años 1808 y 1809, el virrey Rafael de Sobremonte ordenó al gobernador de Mendoza, Miguel Telles Meneses, hacer una rectificación del curso para que el río corriera por antiguos cauces y así diera vida a una parte postergada de la provincia de Mendoza y facilitara el cruce del caudaloso río Atuel por parte de los rodeos vacunos que se llevaban a Chile. Fue la primera quita de agua que Mendoza hizo al río Atuel.

 

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