Sabado 16 de marzo 2024

«Queremos explicaciones de Baraldini»

Redaccion 24/03/2021 - 21.12.hs

El intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, encabezó el acto del día de la Memoria, por la verdad y la Justicia a 45 años del Golpe Cívico Militar, que provocó el mayor genocidio de la historia argentina. El acto contó con la presencia del parmentario del Parlasur, Nelson Nicoletti; la viceintendenta, Paula Grotto; y legisladores nacionales, provinciales, municipales, entre otros funcionarios.
El acto desarrollado en el Espacio de la Memoria, comenzó con un homenaje al doctor Ciro Ongaro, incorporado a la placa que recuerda a «los abogados que tuvieron la valentía de presentar los habeas corpus de los detenidos y presos políticos pampeanos durante los años oscuros de la última dictadura militar (1976 – 1983)».
En la placa descubierta por la familia de Ongaro, su nombre se suma a los de Antonio Berhongaray, Manuel Cuadrillero, Emir di Nápoli y Carlos Pérez Funes.
En su discurso, el jefe comunal señaló que «para todos los presentes esta es una fecha muy sentida, que remueve recuerdos y trae sentimientos especiales, en lo personal me pasa eso. Quiero agradecer la presencia de la familia de Ciro Ongaro, para este merecido reconocimiento a aquél colega que se la jugaba con valentía presentando los habeas corpus. Y es un día muy especial para mí, porque en esa placa está el nombre de mi padre, cosa que me conmueve verdaderamente».

 

«Sangrienta y genocida».
«Quiero decir que el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional en realidad fue una dictadura sangrienta y genocida. Cobarde. Que vino a perpretar el genocidio más grande del que tenga memoria nuestra tierra, y vino fundamentalmente a extirpar y exterminar a una generación de compañeros y compañeras que luchaban por una patria justa, libre y soberana», dijo di Nápoli.
Y añadió que «ese fue el primero de los objetivos que cumplieron aquellos miserables genocidas. Pero había un objetivo más grande atrás, y fue la perpretación de un plan económico, financiado y orquestado desde otras latitudes, que alcanzó ribetes continentales, porque no fue solo en Argentina. Vale recordar el Plan Cóndor que vinieron a implantar, con lo cual vemos que había un objetivo económico atrás, un ejemplo aglutinante de ello fue la figura de José Alfredo Martínez de Hoz. Ese es el ejemplo más claro y más contundente de lo que venía a representar aquella dictadura del ’76».
En esa línea, señaló que la complicidad civil está representada claramente en dos ejemplos. «Uno de ellos es la causa Ford, por la cual se logró investigar 24 desapariciones forzadas. La otra fue la causa del Ingenio Ledesma, con la conocida noche del apagón, con la complicidad de Pedro Blaquier y toda su tropa».

 

Métodos aberrantes.
Asimismo, el intendente aseguró que «esta dictadura genocida utilizó métodos totalmente aberrantes, desconocidos hasta ese momento por las dictaduras anteriores que imperaron en nuestra patria. Hubo cientos de cesanteados en organismos nacionales, provinciales y municipales. Sufrieron el exilio interno y externo muchísimos compañeros y compañeras que tuvieron que buscar otras latitudes por la persecución».
«También hubo presos políticos, detenidos sin condena, que tuvieron que pagar con cárcel una militancia política. Pero tomó ribetes impensados hasta ese momento, porque aparecieron figuras más aberrantes, como la desaparición forzosa, los fusilamientos en los centros de tareas y el robo sistemático de bebés. Aún hoy estamos buscando a más de 400 niños, que hoy tienen mi edad, y es una lucha que no abandonaremos», añadió.

 

«No fue una isla».
Di Nápoli dijo que por lo que se vio en los juicios de la Subzona 14 I y II, «quedó totalmente claro, y fue eliminada esa teoría de que La Pampa era una isla. Aquí hubo 400 personas cesanteadas, más de 200 personas perseguidas y detenidas, hubo víctimas que dieron su vida por sus ideales. También hubo centros clandestinos de detención y tortura, en la Seccional Primera de Santa Rosa, en Catriló, en el puesto caminero de Jacinto Aráuz. Hay sobrados ejemplos de que la provincia de La Pampa sufrió en carne propia este genocidio».
«Por ello me parece loable recordar la lucha de los compañeros, de los organismos. Reconocer la figura de Raúl Alfonsín, el ‘Nunca Más’, la creación de la Conadep, y la posibilidad de juzgar a los jerarcas del genocidio en aquel famoso juicio a las juntas. Pero con ello no alcanzaba, era una democracia endeble la que tocaba en aquel momento, y así llegaban las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, volviendo el oscurantismo a la Argentina», dijo.

 

Madres, Abuelas e Hijos.
En esa línea, di Nápoli dijo que «allí estuvieron las Madres, las Abuelas y los Hijos. Lucha que emprendieron desde el inicio de la dictadura con las rondas de las Abuelas. Pasaron años de imposibilidad de juzgar e investigar lo que había pasado en nuestro país. En los ’90 estuvieron los indultos, una de las etapas más oscuras de esta lucha. Y como no había justicia, había escraches, para mostrar donde vivían los genocidas».
«A partir de la llegada de Néstor Kirchner, pudimos avanzar en la investigación, con la derogación de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, permitiendo que se lleven adelante cientos de miles de juicios en el país con más de mil condenas», recordó.
Y agregó que «en nuestra provincia tuvimos los juicios de la Subzona 14 I y II, pero aún falta mucho. Estamos en vísperas del tercer juicio, y quiero dejar un mensaje desde lo institucional pero también desde lo político. Si bien es cierto que Baraldini pudo ser condenado en el segundo juicio, estamos esperando que se resuelvan prontamente los recursos que presentó su defensa, para tenerlo sentado en el banquillo. Queremos explicaciones de Baraldini sobre dónde están los compañeros desaparecidos y las vejaciones que sufrieron. Estuvo muchos años prófugo, estuvo escondido como una rata, queremos que se siente en el juicio de la Subzona 14 III», concluyó.

 

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