Jueves 18 de abril 2024

La historia de un oficio que pelea contra la crisis

Redacción 15/10/2019 - 08.10.hs

Carlos Lazarte tiene 28 años y llegó a Winifreda desde Casilda, Santa Fe. Durante cuatro años estuvo trabajando como empleado en un taller de chapa y pintura. El 1 de octubre de 2018 abrió su propio emprendimiento vinculado al mismo rubro. Para ello alquiló un inmueble ubicado en la avenida Alfonsín.
Hace unos días celebró su primer aniversario y sobre todo haber podido sortear las dificultades económicas imperantes causadas por las políticas nacionales. Con gran esfuerzo pudo adquirir herramientas, capacitarse para sostener su actividad laboral y clientela; aunque visualiza que la clase media trabajadora postergó el arreglo de sus vehículos ante la caída del poder adquisitivo.
Pese a todo, el emprendedor manifestó sentirse "muy contento" por haber alcanzado la autonomía económica en los últimos doce meses en los cuales "los aumentos bruscos del dólar y la inflación impactaron en los insumos que uso en el taller, fue un golpe duro, pero pude avanzar".
La decisión de independizarse laboralmente en un contexto nacional adverso "fue todo un desafío" para Lazarte y también estuvo planificada porque "sabía que un 70% del trabajo de chapa y pintura se iba afuera", es decir, a otras localidades.
"Cuando uno arranca tiene mucha incertidumbre, pero era conocido en el pueblo y gracias a Dios desde que abrí nunca me senté en el portón a esperar que alguien entrara", confió sobre sus inicios.
"Me costó comprar las herramientas que necesitaba. En este oficio lo barato y lo caro te cambian la calidad del servicio, así que traté de adquirir lo mejor que ofrece el mercado. Los precios aumentaron un 60% por la cuestión inflacionaria. Primero un 10% y después dos incrementos del 25%", señaló.

 

Microcrédito.
La primera herramienta que adquirió fue una sacabollos con un microcrédito de Economía Social a tasa cero que le otorgó el municipio, cuya ayuda agradeció. La última fue una soldadora tipo MIG para el recambio de paneles. Reveló que asistió a seis capacitaciones. Una fue organizada por una marca de pinturas en Buenos Aires.
"Justo el dólar había tenido un aumento importante y entre los chapistas nos preguntábamos cómo hacíamos para mantener los clientes sin trasladarles los aumentos de costos. Concluimos en que debíamos mejorar calidad, tiempo y precio", recordó.
En su caso "logré ahorrar un 30% en la base color de la reparación por medio de los primer (blanco, gris y negro), dependiendo el color del auto uso el primero adecuado. El tiempo de pulido lo reduje un 70% y uso un barniz que tiene mucho cuerpo, una sola mano sobre la superficie representa dos de una disolución común. Me ahorro la mitad. Además, uso un nuevo barniz que habiendo humedad se activa más rápido el secado".

 

Más horas de trabajo.
Consultado sobre si tuvo que endeudarse para adquirir los nuevos insumos, en tal sentido respondió que prefiere "trabajar más horas, incluso sábados, domingos y feriados", respetando las horas de descanso. Los clientes que le llevan trabajo son los propietarios de flotas de camiones, el sector agropecuario y de a poco las compañías de seguro.
"El sector que ha dejado de llevar su auto al taller debido a la crisis es el asalariado. La gente que tiene un sueldo antes le sobraba dinero y pintaba una llanta, arreglaba un espejo, pulía el auto. Se ha cortado el trabajo de la clase media. Tengo contactos con colegas de otras localidades y a todos nos pasa igual", precisó.
El alquiler de su salón se incrementó un 15%. "No fue tanto a comparación de la inflación", se consoló. Su actitud positiva le permite mantener el optimismo. "Estoy enamorado de este pueblo, me ha dado un futuro", confesó.
Es por eso que compró un terreno sobre el cual está construyendo su propio taller, que además incluirá una cabina de pintura. Cada peso que gana lo invierte en ese proyecto. "Lo que más quiero es llegar a la extrema calidad. Reducir de manera notable el tiempo de secado", proyectó.

 

Control a los emprendedores
El vecino Carlos Lazarte contó que antes de las elecciones municipales del pasado mes de mayo el secretario de Acción Social del municipio fue a verlo a su taller de reparación y pintura. "Lo único que le pedí fue que hagan un seguimiento de los emprendedores, no solo de mí sino de todos los que emprendemos en este pueblo porque somos los que generamos ingresos y después los gastamos en el corralón, la despensa y es dinero queda en la localidad, no se va afuera", contó sobre aquel encuentro.

 

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