«Será imposible volver a la escuela que teníamos antes»
Lunes 05 de febrero 2024

«Será imposible volver a la escuela que teníamos antes»

Redaccion 05/07/2020 - 22.08.hs

La semana pasada el ministro de Educación, Nicolás Trotta, junto a sus pares de las provincias, acordaron de manera unánime las medidas previstas para la vuelta a clases. Pero ese anuncio aun tiene un largo camino por recorrrer, al menos así lo considera el pedagogo e investigador del Conicet, Carlos Skliar, quien aseguró que «será imposible» volver a la escuela de la pre-pandemia. «Sobretodo el estar juntos, reunirse, acompañarse. Va a ser un artificio difícil para los educadores mantener la pose distanciada».
En declaraciones a Radio Noticias, Skliar sostuvo que el diseño de la escuela debe ser «muy cuidadoso» y que por el momento «es imposible volver a la escuela que teníamos antes». En esa línea, además, remarcó la dificultad de reestablecer la vuelta a las aulas.
«Entiendo que es muy complicado, pero tenemos ayuda de países cercanos como Uruguay (donde ya volvieron las clases presenciales), de ahí podemos sacar algunas cosas. Generalmente se piensa con tiempo, con calma, con distanciamiento y serenidad. Sin embargo ahora estamos en carne viva porque hay que resolver cuestiones de salud, saneamiento, arquitectura y enseñanza, todo al mismo tiempo», expresó.
Para el pedagogo, la vuelta a la escuela tiene que estar regida por el debate del tiempo de pandemia universal y de su impacto en la vida cotidiana, y también sobre los aspectos que se extrañan de la escuela «como base para pensar otra escuela».

 

– En relación al Zoom o la virtualidad, ¿puede que entre en crisis la evaluación del conocimiento?
– No estoy muy convencido de que la educación a distancia pueda tener que ver con el saber entendido como experiencia. Para mí es un poco diferente tener a disposición una máquina llamada mundo que te informa todo el tiempo, que te da la posibilidad de preguntar lo que quieras, a la discusión pública sobre qué efectos produce en cada uno de nosotros en términos comunitarios esa máquina llamada mundo. Quizás no sea el centro de la escuela informarse y tener conocimientos al alcance de la mano; quizás la instancia de la escuela sea conversar sobre lo que nos pasa con esa máquina llamada mundo. De hecho, muy rápidamente casi todos se han dado cuenta que evaluar el aprendizaje en estas condiciones no tenía ningún sentido.

 

– ¿Puede quedar el aprendizaje social impedido por la virtualidad?
– Hay que diferenciar lo coyuntural de lo permanente. Coyunturalmente tuvimos que someternos a esta lógica, no sé si había otro remedio. Lo más interesante del proceso es cómo lo conversamos en común. Deberíamos poner en cuestión cómo cuidar al mundo y cómo cuidarnos del mundo, por ahí va a pasar también el motivo de la escuela, en cómo cuidarlo para que ciertas cosas no se repitan; para ver esa autodestrucción que el mundo ya tenía en su interior y luego cómo nos cuidamos de algunas cosas del mundo que son horrorosas. La escuela tendría que ver cómo acompañar esos procesos.

 

– ¿La experiencia se recrea en la escuela o afuera?
– En todos los lugares. Para muchos chicos la escuela, sobretodo la pública, permite tener a disposición otras vidas u otros mundos que de otra manera sería imposible. Para muchos y muchas es lo que más trascendencia puede provocar en sus propias vidas o historias. Ahí entra en juego el igualar de entrada, otra mala fórmula de la escuela que promete la igualdad al final cuando se debe lograr al principio. No es que quiera recuperar una escuela que ha cometido pecados. Este paréntesis que ha abierto la educación no sólo a la conectividad sino de entrada al arte, la literatura, la música o la fotografía y el video tiene que perdurar, no veo que haya que considerar a la conectividad como un enemigo sino más bien como un recurso como tantos otros que ha creado la humanidad a lo largo de la historia.

 

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