UCR perdió otra capital

El radicalismo perdió el pasado domingo el control de la intendencia de Río Gallegos, Santa Cruz, la séptima capital de provincia que resignó durante este año, marcando un fuerte declive territorial que contrasta con los triunfos del PRO en ciudades importantes de la provincia de Buenos Aires.
El año electoral termina para el radicalismo con derrotas en el 70% de las capitales provinciales que manejaba. Río Gallegos se suma a Córdoba, Santa Fe, Paraná, Neuquén, Santa Rosa y Viedma. Sólo logró retener Mendoza y San Salvador de Jujuy, mientras que Corrientes se dirimirá en 2021.
En Santa Rosa, el intendente Leandro Altolaguirre, aliado al PRO, perdió por amplio margen con el peronista Luciano di Nápoli, que asumirá el 10 de diciembre, en las pasadas elecciones provinciales y municipales de mayo.

Río Gallegos.
En la capital de Santa Cruz, el kirchnerismo logró recuperar la intendencia con Pablo Grasso, cercano a Alicia y Máximo Kirchner. El candidato K ya había sido intendente interino en 2015 cuando reemplazó a Raúl Cantín y se presentó a la elección pero perdió por la ley de lemas ante el radical Roberto Giubetich, que no se presentó a la reelección.
El Frente de Todos hizo una elección arrasadora en la provincia, donde superó el 60% y se quedó con los dos diputados nacionales en disputa. Además, el PJ recuperó las intendencias de Caleta Olivia y Pico Truncado a manos de Cambiemos.
Por fuera de las gobernaciones, las grandes ciudades eran un activo importante en el territorio de la UCR que en este 2019 sufrió como nadie la debacle electoral del oficialismo nacional, y sólo pudo aprovechar el empuje final que logró Macri en las elecciones del domingo con unos diputados y senadores extra. La debacle radical contrasta con el éxito del PRO en ciudades grandes del interior de Buenos Aires como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, entre otras.