La pampeana que se enamoró de los tornados

"La pampeana enamorada de los tornados". Así se puede describir a Cindy Fernández: una joven meteoróloga de 32 años cuya exitosa carrera en Capital Federal la convierte en toda una especialista.
Cindy nació en Santa Rosa pero, junto a toda su familia, se mudó a los 5 años a la localidad de Macachín donde todavía hoy residen sus afectos.
Su pasión por la meteorología, el clima, y los cambios ambientales se manifestó desde muy chica cuando acompañaba, a sus ocho años, a su abuelo al campo. "Siempre me acuerdo que mi abuelo me decía algún dicho meteorológico y yo quería encontrarle la razón científica", dice Cindy a LA ARENA.
La joven afirmó que como todo meteorólogo es una "fanática" de las tormentas y de los tornados. "Hice mucha divulgación y en los stands siempre fue el tema que me tocó divulgar. En las ferias siempre era yo la que hablaba de los tornados y creo que por eso me fascinan tanto", explica al aclarar que su orientación académica fue la Agrometeorología y no los tornados.
Es por este motivo que más de un amigo o conocido de la pampeana, sobre todo en las redes sociales, la describe hoy como una joven "enamorada de los tornados".
Pero el origen de la pasión no sería inicial. Al terminar la secundaria, Cindy se fue a estudiar Ingeniería Industrial a Bahía Blanca donde cursó cuatro años. Sin embargo, no era lo que más le gustaba. Y la pasión tiró más.
"En todo momento sabía que esto no era lo que quería hacer: trabajé, junté plata, metí algunas materias, porque sabía que había materias en común, entre Ingeniería y Meteorología, y me decidí abandonar todo, por eso me vine a Buenos Aires a ser lo que siempre quise ser, meteoróloga", destaca.

Persistencia.
De todas formas no le fue fácil. Desde el principio, en su estadía en la ciudad capital, Cindy se encontró con varios problemas. "Me reconocieron pocas materias de Ingeniería, tuve que hacer hasta el CBC de nuevo, pero ahora, hace tres años que trabajo en el Servicio Meteorológico Nacional", sostiene al aclarar que aún le falta un final para terminar la carrera de Licenciatura en Ciencias de la Atmósfera.
Cindy trabaja en el área de prensa del SMN: es una de las voceras del Servicio Meteorológico Nacional, maneja todo lo relacionado con redes sociales, información de interés, y divulgación de la Meteorología.
"Conmigo se contactan periodistas de diarios, radios, programas de televisión: mi función es ser vocera, comunicadora, trabajo con otra persona, en la oficina, de lunes a viernes, ocho horas. A veces es intenso ya que cuando aparece un fenómeno climático la gente se vuelve un poco inquieta", reconoce.

El clima para La Pampa.
La especialista contó su versión sobre el porqué de los incendios en territorio pampeano. "La Pampa es un lugar donde los incendios son frecuentes y este año se vieron favorecidos por la falta de lluvia, mucho viento del norte, con intensidad moderada y temperaturas muy elevadas: todo esto puede estar explicado por el fenómeno de La Niña", explica.
-¿Qué es la Niña?
-Es un fenómeno climático conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Está relacionado con una oscilación que ocurre en el océano pacifico ecuatorial, cuando el agua de este océano se calienta, estamos en la fase El Niño, pero cuando se enfría, estamos en La Niña. La variación de la temperaturas del océano cambia la circulación de los vientos de la atmósfera y hay cambios en el clima global. En Argentina, cuando hay Niña, se registran condiciones de lluvias por debajo de los valores normales en gran parte del centro y noreste del país, mientras que en las provincias del norte pueden presentarse mas lluviosos".
-¿Desde tu orientación agrometeorológica cómo ves el panorama de lluvias para los próximos meses en La Pampa?
-Todavía la atmósfera sigue con una circulación típica de La Niña y los pronósticos a mediano plazo siguen dando una mayor probabilidad a seguir con lluvias por debajo de lo normal en esta provincia. La buena noticia es que parece que a La Niña le queda poco tiempo y se está debilitando.
Cindy agradece el tiempo y pide perdón por su acotada agenda. Su trabajo demanda tiempo, esfuerzo y dedicación fusionado con talento y pasión por lo que hace. Es una joven "enamorada de los tornados", de su profesión, de su quehacer diario, que camina tranquila al saber que ejerce su vocación, brinda un relevante servicio público, y ayuda a mejorar en lo suyo la calidad de vida de todos.