Viernes 10 de mayo 2024

Desde La Humada a la Torre Eiffel

Redacción 12/01/2010 - 01.32.hs
Soy nacido en la zona rural de La Humada y sin conocer otra cosa que los fuertes vientos, sequías y ninguna ciudad, un día me llamaron de la Marina para realizar la "colimba" en Puerto Belgrano. Tuve la suerte de que mi primer destino fue un barco, el Aviso Gurruchaga, donde navegué todo un año desde Mar del Plata a Ushuaia. Pero antes de terminar surgió lo inesperado, naufragó el único buque turístico que tenía Argentina, el Bahía Paraíso. Por esa razón tuve la maravillosa posibilidad y el honor de viajar a la Antártida, que fue una experiencia inolvidable. Fue tan bueno mi comportamiento y conducta en esa expedición que fui premiado para recorrer el mundo en la embajadora argentina, la Fragata Libertad.
El 30 de mayo de1989 zarpamos de Capital Federal rumbo a Recife, Brasil. Fue todo un sueño que hoy, después de 20 años, recién estoy despertando. Una anécdota fue que al partir y como mozo del comandante, atendí al presidente Raúl Alfonsín con un café; al llegar, lo hice con el doctor (Carlos) Menem. Luego de Brasil cruzamos al Ecuador, donde se bautiza a los grandes marineros. Tras 18 días cruzamos el Atlántico para llegar a un mundo extraño para mi, Casablanca, en Marruecos, donde pude conocer mezquitas y el mundo árabe. Luego vino lo más impresionante que hubiese imaginado: entrar por el río Senna a Francia para participar del festival más grande del mundo de los veleros. Fue emocionante que nuestra Fragata fuera la abanderada y la más importante por todos los récords que tiene.
Estar en la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la Catedral de Rótterdam, fue como bailar en el paraíso, me sentía aturdido, más sabiendo del rincón de necesidades y dificultades desde donde yo venía, era para mi todo maravillosamente inimaginado.
Fueron días que no puedo explicar con palabras. Un amanecer estábamos llegando a Hamburgo, Alemania, era como soñar con la propia historia; días más tarde llegábamos a Oslo, Noruega, y seguidamente a España. Era imposible no emocionarse hasta las lágrimas. De pronto estábamos llegando a Portugal, como siempre recibidos por caravanas de barcos y papelitos en los edificios, como en todos lados. No habíamos alcanzado a despertar y ya cruzábamos el Atlántico hacia Baltimore y Norfolk, en Estados Unidos.
Fue como ver una película de Hollywood estar en el Capitolio, en la Casa Blanca, en el Pentágono. Todo ya había superado mi capacidad de asombro; de pronto un anochecer estábamos cruzando el Triángulo de las Bermudas rumbo a Santo Domingo, donde llegó Cristóbal Colón, y más impactante fue el cruce del Canal de Panamá rumbo a Perú, como placentero fue navegar entrando a Valparaíso y Viña del Mar, donde el Reloj de Flores nos indicaba que estábamos llegando al fin del mundo: Ushuaia y los canales fueguinos.
Un caluroso día de noviembre, el sueño más maravilloso de mi vida estaba amarrando en Dársena Norte, para llegar al puerto de mi actual realidad, donde se cumplen 20 años de aquel honor, del orgullo de haber representado a la Antártida y en el mundo a mi país, a mi provincia y a mi oeste del alma, portando sólo los valores y respeto de una persona de bien. Este premio a mi conducta es el premio a toda esa sencillez, a esa sinceridad a esa humildad, ese silencio lleno de sufrimiento de mis paisanos del oeste, que en su honor hoy me atrevo a relatar por primera vez.
El destino me ha hecho otra vez un nuevo regalo, anclado desde hace 17 años en la Reserva Parque Luro, orgullo de mi querida provincia de La Pampa.

Ariel Vazquez
DNI 20.166.629

 


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