Miércoles 17 de abril 2024

Diez años de prisión para abusador

Redacción 02/07/2015 - 03.42.hs

Fabricio Losi, en su carácter de juez de audiencia de la segunda circunscripción judicial de la provincia, en ejercicio unipersonal, condenó ayer a la mañana a la pena de 10 años de prisión a un hombre oriundo de la provincia de Mendoza, que sometió sexualmente en reiteradas oportunidades a su hija biológica, en el domicilio familiar ubicado en la localidad de Trenel.
De esta manera hizo lugar al pedido de pena que había presentado durante los alegatos de clausura, la representante del Ministerio Público Fiscal, Ivana Hernández. En tanto, el defensor Alejandro Caram se había pronunciado por la absolución, luego de alegar que debía aplicarse el beneficio de la duda.
El magistrado condenó al hombre, quien ayer cumplió 39 años de edad, la pena mencionada después de determinar que fue el autor material del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por un ascendiente, siendo que la víctima de los hechos investigados, fue su hija biológica. El abusador, según la pericia psiquiátrica que le practicó Marcos Koncurat, es analfabeto, y golpeaba a su hija como a su madre con un látigo.
Además, en el fallo, Losi explicó que el delito que se le imputó al acusado prevé una escala penal que va de los ocho a los 20 años de prisión, y que no aparece como "irrazonable" la petición fiscal, si se tiene en cuenta que no se circunscribió a un único abuso, sino que existió una persistencia del hombre, en querer acceder carnalmente a su hija.

 

Violencia y abusos.
La causa se inició a partir de una denuncia que radicó en la comisaría de Trenel el 17 febrero de este año, una prima de la víctima, quien indicó que la menor estaba siendo abusada y golpeada por su padre.
Durante el debate que se desarrolló la semana anterior a lo largo de dos jornadas, declararon familiares de la víctima, como sus primos y su madre, y también se incorporó la entrevista que se le realizó a la menor en Cámara Gesell, cuyo testimonio fue considerado por el juez como "la prueba más importante", puesto que fue confirmado por el resto de los testigos.
A lo largo del juicio, además se ventiló la dura historia familiar de la menor abusada y de su madre, quienes en reiteradas ocasiones fueron víctimas de la violencia que el hombre ejercía sobre ellas, quien las golpeaba con un látigo y con otros elementos que utilizaba en las tareas rurales que realizaba de manera diaria.
En el testimonio que brindó en Cámara Gesell, la niña contó que su padre comenzó desde un tiempo atrás a manosearla en sus partes íntimas, además de proponerle con insistencia tener relaciones sexuales, y que el hecho más grave ocurrió el 16 de febrero de este año, cuando el hombre la sorprendió mientras ella dormía.
En el fallo se detalla que la víctima cuenta con claridad los actos de contenido sexual que su padre perpetraba contra ella, como tocamientos e intentos concretos de penetración, que no llegaba a consumar, ya sea por la resistencia de ella o por hechos fortuitos como la llegada de un pariente.

 

Testimonios vitales.
La psicóloga que entrevistó a la menor concluyó que su testimonio, "además de ser creíble en sí mismo, encuentra sustento en los dichos de sus familiares así como de los profesionales de Trenel que asisten en el caso".
El magistrado en el fallo explicó que la menor detalló a la largo del debate, al menos cuatro hechos de abuso, entre tocamientos e intentos de penetración, y consideró que fue "vital" el testimonio que brindó su prima, quien denunció los hechos en la dependencia policial de la localidad trenelense.
En el juicio también declaró una asistente social del equipo técnico en educación primaria de la localidad en la que ocurrieron los hechos, y la que recibió a la menor, luego que la derivara el municipio trenelense, quien "en forma contundente dijo que la niña no miente en su relato, aunque sí hay represión de situaciones traumáticas".
La madre de la menor confirmó todas las situaciones de violencia a las que el hombre las sometía, y en la actualidad, junto a sus dos hijos, que tuvo con el abusador, reside en la vivienda de un sobrino, y trabaja como jornalera del municipio de la mencionada localidad.

 


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