Viernes 26 de abril 2024

Eran inocentes los padres del niño muerto

Redacción 07/08/2010 - 00.46.hs

(General Pico) - Con dolor, los jóvenes padres del bebé muerto en Larroudé narraron ayer el padecimiento que debieron afrontar cuando la Justicia sospechó de ellos, como posibles autores de "malos tratos", hacia el pequeño.
Marcelo Fabián Deutchle, de 21 años y su esposa, Gisella Yanet Correira Pedroza, de 20, escucharon ayer el contenido de la resolución judicial, por los cuáles se les dictó la "falta de mérito", en la causa caratulada como "muerte dudosa".
Los jóvenes esposos no sólo debieron soportar el sufrimiento del fallecimiento del niño, a quien habían llamado Martín. Fueron a parar a la cárcel, con la sospecha de haber golpeado al niño y provocado la muerte. Todo esa hipótesis se desmoronó cuando se conoció el informe anatomopatológico, que se solicitó al médico forense, Juan Carlos Toulouse. El profesional atribuyó la muerte del bebé de 11 meses, a una "infección viral" o al denominado "síndrome de Reye", una enfermedad muy repentina y fulminante para los niños.
"Espero que nadie pase por una situación como la de nosotros", dijo Gisella en la puerta de la Defensoría Oficial, mientras su pareja la contenía. La joven mamá se mostró compungida, pero alzó su voz para señalar a quien ella considera responsables de la muerte del bebé: a los médicos del hospital Centeno, que atendieron al pequeño.
Gisella contó que el niño presentaba en la cara, del lado izquierdo, una "mancha oscura, con granitos rojos", que se extendía hasta abajo de la oreja. Fueron atendidos en Larroudé y otro día en el hospital de Alvear. De allí fueron derivados a General Pico. "No teníamos plata ni para viajar en el colectivo, de favor nos llevaron", recordó Gisella.

 

"Cachetada".
En el Centeno, Gisella y su bebé esperaron a ser atendidos en el consultorio de la médica pediatra. Aseguró que desde el primer momento la profesional atribuyó el malestar del pequeño a malos tratos. "Me dijo que le habíamos pegado cachetadas y que estaba golpeado", afirmó Gisella. "Fue culpa de ellos que yo no estoy con mi hijo", agregó en referencia a la atención que recibió en el hospital.
La joven reiteró que la médica, de apellido Campos, vinculó la enfermedad del niño a supuestos golpes y ordenó internarlo. "A mí me llevaron con una psicóloga y un asistente social", dijo indignada por las acusaciones que tuvo que soportar.
El bebé permaneció en el hospital por algunos días. Según la mamá no le pusieron "ni suero ni medicación". Tampoco le sacaron radiografías del cráneo, para saber sí había lesiones. El único estudio habría sido un "fondo de ojos". Para Gisella, el niño no fue atendido en la forma que requería su enfermedad.

 

Fallecimiento.
El 1° de julio se decidió el alta. El pequeño y su mamá regresaron a Larroudé. Una semana después, el papá observó al bebé con "convulsiones y morado". De inmediato lo trasladó hacia el Centro Asistencial, pero ya estaba sin vida. La Justicia sospechó de los padres y los metió presos. La mamá fue encarcelada en la Comisaría Tercera, donde permaneció 10 días. El papá estuvo tras las rejas por casi un mes, en Larroudé.
Para sumar penurias, la empresa Ferroexpreso Pampeano decidió echar del trabajo al joven. Recibió el telegrama mientras estaba preso, sospechado de golpear a su hijo. "No tenemos rencor para la policía ni para la Justicia, sí hacia los médicos", dijo Gisella. Ahora, esta joven pareja misionera no sabe si permanecerá en La Pampa. Siguen conmocionados por lo sucedido.

 


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