Domingo 14 de abril 2024

Alto rating en Tribunales, para que el ajuste pase inadvertido

Redacción 29/10/2017 - 01.17.hs

Emilio Marín - Una táctica preferida del gobierno es inducir a jueces al entramado de causas contra el gobierno anterior. Y, con la prensa adicta, logran que millones de ojos estén pendientes de la tele y sólo parpadeen ante el ajuste.
Aquellos procederes reñidos con la ética y las leyes vienen redundando en abundantes cosechas de votos para el macrismo. Lo previsible es que se incrementen.
El alegado y seudo combate contra la corrupción imperante, y no sólo en el lapso 2003-2015 sino antes y también ahora, con la actual administración, es una veta muy explotada electoralmente.
Se lo vio antes de las PASO, cuando el PRO-Cambiemos intentó expulsar a Julio De Vido por "inhabilidad moral". Y aunque no logró reunir los dos tercios en el plenario, tuvo un éxito político. El diputado quedó malherido en su banca, sin que nadie diera un céntimo por su futuro, ni siquiera sus compañeros del FPV.
Ese caso reflotó en el imaginario de muchos votantes la ficción convertida en realidad por el marketing oficialista: era un corrupto y debía ir preso. Y ese destino era inexorable para muchos, comenzando por la expresidenta.
Esa fábula -con visos de realidad pero no evaluada ni sentenciada en Tribunales- rindió un alto interés político, mucho más elevado que las tasas de la bicicleta financiera que paga el Banco Central por las Lebac.
Por eso volvieron a lo seguro, de cara a las legislativas de octubre. Se lanzaron como buitres sobre lo que ya era casi el cadáver político de quien supo ser el ministro de Planificación Federal de Néstor Kirchner primero y de Cristina Fernández de Kirchner posteriormente.
En el segundo intento lograron desaforarlo y con ese "certificado de culpabilidad", mandarlo preso a la cárcel de Ezeiza. Conste que el cronista no está poniendo las manos al fuego por el detenido, cosa que ni siquiera hizo la expresidenta. Simplemente está acordando con el letrado Maximiliano Rusconi en calificar como una barbaridad que un procesado que no había sido indagado por el juez Luis Rodríguez (causa de presunto desvío de fondos para Río Turbio) ni por el juez, de alguna manera hay que llamarlo, Claudio Bonadío (causa de sobreprecios en la compra de gas licuado), fuera inmediatamente puesto bajo el régimen de prisión preventiva.
Estos procedimientos violan el estado de Derecho, como se quejó Rusconi y también CFK, tras concurrir al día siguiente al juzgado de Bonadío por la causa encubrimiento del atentado a la AMIA. Esta justicia tiene la venda caída y actúa con un criterio partidista: a los opositores primero los detiene y luego les toma indagatoria.

 

La batalla de ideas
Quienes son víctimas de esos procederes tan poco jurídicos debieran dar el debate político de cara a la sociedad, aun cuando parte de ésta carezca hasta de ganas de escuchar esas defensas. No importa. Es un debate que hay que dar, como batalla de ideas o lucha cultural, como quiera llamársela.
Hubiera sido importante que la bancada del FPV de Héctor Recalde bajara al recinto y desnudara a la alianza macrista-Comodoro Py en el linchamiento de De Vido. No lo hizo porque alegó que el oficialismo ya tenía los números para la condena anticipada. Un serio error, porque más allá de ese quórum, lo interesante era que se escuchara la otra campana. No sólo en el aspecto de fundamentar que De Vido como legislador y persona tiene derechos que debían respetarse, sino también poniendo el dedo en la llaga sobre las petroleras que estuvieron involucradas en las compras de gas licuado.
Marcelo Bonelli sostuvo en su panorama empresarial de Clarín que "la investigación también genera inquietud en el mercado petrolero: fueron 16 empresas multinacionales las involucradas en las importaciones de gas licuado y en el supuesto pago de coimas a De Vido. En el listado que Bonadío maneja y aún no investigó hay tres multinacionales españolas, tres holandesas, la rusa Gazprom y la muy manchada Petrobras. Aparecen el Banco Morgan Stanley, Repsol y la propia YPF".
Si lo admitió Clarinete, ¿cómo la bancada kirchnerista no bajó al debate y enfatizó en que además de investigarse al diputado se debía hacer lo mismo con esos ejecutivos?
Una jugada así no sólo habría aportado claridad al debate y al expediente judicial, mejorando la defensa del acusado. También habría desmontado el argumento central de Macri y su gurú, de que los políticos populistas son los corruptos. Primero, que los neoliberales lo son en mayor grado, porque se engullen toda la torta y ni migajas dejan caer para el pobrerío. Segundo, que esos corruptos son una parte del delito, porque más de la mitad restante son los CEOs de multinacionales y bancos.
Y si de relación con esos sospechados intereses se trata, el actual gobierno tiene mucha más dependencia que la administración anterior. Esta también los tenía, por esas contradicciones insalvables del gran capital local, aún el "nacional y popular".

 

Las reformas
En plena recta final electoral, Bonadío había citado a la expresidenta en la causa inventada por encubrimiento del atentado a la AMIA y esa audiencia fue al día siguiente de la detención de De Vido. Una casualidad más...
A la salida del juzgado, CFK hizo declaraciones y dijo cosas interesantes. Una, que "traición a la Patria es utilizar el Poder Judicial para perseguir a los opositores", defendiéndose y contragolpeando sobre esa ridícula acusación hecha por el suicidado fiscal Alberto Nisman.
La otra correcta defensa-ataque fue acusar al gobierno de inventar causas a quienes denuncian los ajustes para evitar que la población centre su atención en los desbarajustes que vienen en lo laboral, impositivo, previsional, etc.
Cristina prometió que no van a poder callarla porque sigue con la idea de defender a los 3 millones de votantes bonaerenses que quieren una vida mejor.
Esas tomas de posición marcan un fenómeno que se irá aclarando en las próximas semanas y meses: la bifurcación del peronismo en varios senderos y corrientes, con final imprevisible para el futuro político y la elección presidencial de 2019.
La conclusión del cronista puede ser equivocada pero se basa en datos. Mientras la expresidenta mantenía una posición beligerante contra el plan gubernamental de ajuste, otros bloques y gobernadores enunciaban políticas de convergencia.
Por caso, el sector de Diego Bossio y Oscar Romero votó en Diputados la quita de los fueros de De Vido, junto con todo el arco de derecha, centro y la izquierda trotskista, una vez más funcional a la derecha.
El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, arrancó su balance de la jornada electoral diciendo que había terminado el ciclo político de la expresidenta. Expresiones parecidas tuvo el mandatario tucumano, Manzur, exministro de Salud de la Nación. Ni qué decir del senador Miguel Pichetto, quien se precia de ser quien está reuniendo a gobernadores peronistas para negociar desde mañana con el gobierno central la reforma impositiva, para que no se beneficie tanto a Buenos Aires en detrimento de los demás distritos.
Está bien que Sergio Massa no es parte del peronismo y atraviesa una dura crisis luego haber obtenido el 12 por ciento de los votos, pero también aumentó el odio visceral hacia Cristina. El FR levantó la mano para condenar a De Vido y lo haría con sumo placer si se tratara de la exmandataria.
Desde una posición muy diferente a la de esos políticos cercanos al macrismo, Luis D´Elía enunció reclamos a la jefa. En reportaje con Ernesto Tenembaum en Infobae dijo que después de tres derrotas quiere que haya debate y no verticalismo K. Que Cristina debe escuchar a todos y no sólo a La Cámpora. Y que de lo contrario se va a otra derrota en 2019.

 

Llega el Fondo
En otra sugerente casualidad, mañana llega la misión del FMI a cargo de Roberto Cardarelli para la inspección de las cuentas del país, según el Artículo IV de la carta de la entidad. Después que Kirchner pagó la deuda al Fondo en 2006, tales inspecciones estuvieron vedadas. Se reanudaron con la luna de miel de Macri y el capital financiero internacional. La directriz ya aburre: achicar el gasto público y el déficit fiscal, o sea más ajuste.
Y ese lunes, pero por andariveles más públicos, el gobierno comenzará sus consultas con ámbitos empresarios, sindicales y políticos con vistas a coincidencias e impulsar en el Congreso iniciativas que modifiquen leyes laborales, previsionales, impositivas, etc.
Aunque no estén decididas las formas específicas, está a la vista que el gobierno quiere una reforma laboral como logró en los convenios petroleros, de Toyota y Lecheros. Obviamente será una negociación a la baja, para optimizar los beneficios empresarios.
También se piensan bajar impuestos a los empresarios en caso que reinviertan en el país, una rara costumbre en los tiempos que corren donde ni siquiera el generoso blanqueo les demandó traer sus fondos al país.
Para decirlo con sencillez. Macri no tiene los proyectos de reformas escritos pero quiere aprovechar el clima político de su victoria, para explotarla en el punto alto de la ola. Lo bueno es que hay políticos como Cristina que dijeron no serán parte de ese juego. Lo malo es que la mayoría del PJ-FPV y la CGT se subirá a ese tren fantasma a sabiendas que en su recorrido no habrá nada parecido a la felicidad. Sólo sustos, burlas y pérdida de tiempo, con la locotomora y la caja manejada por otros.

 


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