Choque de ideas y de intereses

La denominada Ley Corta que envió el Ejecutivo nacional al Congreso es un nuevo paso para consolidar el modelo económico elitista del macrismo. Este gobierno de CEOs de grandes corporaciones y de financistas que ocultan sus fortunas en guaridas fiscales no deja de pensar -y de ejecutar- medidas que aseguren enormes ganancias a los más poderosos sin reparar en las consecuencias para los que no participan de la fiesta.
Que una gran compañía multinacional pueda lucrar usando una infraestructura levantada por el Estado y las cooperativas es lo más natural para la lógica que manda en la alianza política que hoy gobierna la Argentina. La red de fibra óptica de La Pampa fue construida para conectar las ciudades y pueblos de la provincia entre sí y con el resto del país. En esa empresa aportaron trabajo y capital el Estado y las cooperativas, pero lo hicieron con una mirada que está en las antípodas de la que hoy rige en el gobierno nacional al anteponer el concepto de servicio público al de negocio. Este es el nudo central de la confrontación que hoy divide aguas entre el proyecto de la Casa Rosada y el modelo de desarrollo que han elegido los pampeanos.
La prestación de servicios públicos por parte del movimiento cooperativo no ha sido solo una elección económica de los habitantes de esta provincia; también ha sido política. Y sus resultados están a la vista de todos. Ninguna cooperativa saca sus ahorros del país porque "no tiene confianza", ni despide empleados en forma impiadosa porque no le cierran los números, ni se desentiende de las dificultades que puedan atravesar sus usuarios a la hora de fijar sus tarifas en sintonía con el Estado provincial. No rige en las cooperativas el culto a la ganancia máxima en el tiempo mínimo.
La que está comenzando ahora es una pelea de fondo entre dos concepciones económicas, políticas, ideológicas y hasta éticas: la lógica de la economía solidaria versus la lógica del negocio rápido. Y se nota demasiado. Por ejemplo en el esfuerzo del gobierno nacional por agradar a los empresarios españoles con este tipo de obsequios que busca liberarlos de realizar inversiones. Nada menos; el caballito de batalla del macrismo. Otra vez los hechos alejados de las promesas. Las tan mentadas inversiones -y en este caso queda muy claro- son apenas anuncios vacíos, espejitos de colores. Al menos acá en La Pampa las inversiones ya fueron realizadas por los propios pampeanos -a través del Estado y las cooperativas- por lo tanto estos grandes jugadores de las telecomunicaciones prestos a desembarcar -y que registran ganancias siderales en sus balances- se verán liberados de hacerlas y solo se deberán preocupar por contar el dinero que se llevarán a remotos destinos. La forma de operar del grupo mediático que tenía el monopolio de la TV por cable en Santa Rosa hasta que fue destronado por la CPE es un ejemplo paradigmático de ese accionar.
Sería sumamente gravoso para los pampeanos que ese proyecto se convierta en ley en el Congreso. Habrá que ver cómo se levantan, o no, las manos de nuestros legisladores nacionales.