Domingo 28 de abril 2024

Cumbre enfrenta al sur y al norte

Redacción 31/07/2015 - 04.05.hs

La ONU (Organización de las Naciones Unidas) y muchos gobiernos miembros quieren concluir los debates antes de fines de este mes, para que no haya una discusión abierta durante la cumbre de los ODS. Pero todo indica que el ambiente reinante es de fuerte desconfianza.
Eso se debe a lo sucedido durante la conferencia sobre Financiación para el Desarrollo (FpD), celebrada en Addis Abeba en junio.
Los países del Sur en desarrollo - agrupados en el Grupo de los 77 (G77), que 50 años después de su fundación tiene ya 134 miembros - respaldaban la propuesta de una organización intergubernamental universal, dentro de la ONU, cuyo propósito sería la reforma y el mantenimiento del sistema tributario internacional.
Si bien esta propuesta no habría subsanado de inmediato el sinfín de formas en que las corporaciones evaden los impuestos en el Sur en desarrollo, habría sido un cambio decisivo en un sistema que permitió que este tipo de actividades prosperaran.
Las reglas internacionales, o normas y pautas, vigentes en materia de fiscalidad son propuestas y elaboradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los 34 países más ricos del mundo. De vez en cuando la OCDE consulta a los 134 países restantes al respecto, pero estos nunca llegan a votar en realidad.
En la nueva forma propuesta para la toma de decisiones sobre las normas fiscales internacionales, cada país tendría voz y voto. Esta lucha importa porque el Sur en desarrollo afronta la necesidad de cambiar cómo, y quiénes, hacen las reglas.
Hasta que lo logren seguirán, en el mejor de los casos, corriendo para permanecer en el mismo lugar. Modificar quién hace las reglas es una condición necesaria, aunque no suficiente, para el cambio permanente.
La fiscalización es de vital importancia porque las empresas y los individuos acaudalados perpetúan esa riqueza utilizando sus considerables recursos para contratar abogados y contadores que los guían en la evasión de los impuestos que deberían pagar en los países en donde extraen, cultivan o compran sus materias primas, ensamblan y venden sus productos.
La mayoría de las grandes empresas manipulan "los tratados fiscales" entre los países y los paraísos fiscales como Islas Caimán, Mauricio y Suiza, para crear ficciones jurídicas que les eximan del pago de tributos. Esto priva a los países de al menos 100.000 millones de dólares cada año, que necesitan para financiar el desarrollo, y perpetúa la concentración de la riqueza en manos de unos pocos, lo que se expresa en poder y en una verdadera plutocracia mundial.

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?