Dolarizados

Hace varios meses un alto funcionario del gabinete nacional se enojó porque los argentinos pensaban "demasiado" en el dólar y convocó a cambiar la actitud y comenzar a revalorizar la moneda argentina. Ese loable esfuerzo en defensa de un instrumento clave de la economía nacional como lo es la moneda naufraga todos los días con infinidad de medidas que adopta el propio gobierno y que atentan no sólo contra nuestro peso sino también contra la mayor parte de las actividades económicas que se desarrollan en el país.
La última fue conocida por estas horas: la liberación total de la comercialización del dólar que ahora podrá adquirirse o venderse en cualquier comercio, medida que desde varios sectores señalaron como un nuevo estímulo a la fuga de divisas. En los últimos meses se ha agudizado esta sangría que tiene un alto costo para la economía del país y que el gobierno se empeña en mantener. Esta fuga ya alcanzó niveles de 2.500 millones de dólares al mes, lo que implica 30.000 millones al año; una cifra sideral.
El único ingreso significativo de dólares al mercado cambiario en los últimos meses se está produciendo por deuda que contrae el gobierno para cubrir el déficit fiscal y comercial; no se liquidan dólares provenientes del comercio exterior ni por inversiones productivas. El año pasado el país registró el mayor déficit comercial de su historia: 8.471 millones de dólares.
Ante este negro panorama seguir estimulando la sangría de divisas no parece ser la mejor alternativa, pero el gobierno sigue sin ver las luces rojas que hasta los economistas más amigables le vienen señalando.

Trenel y Europa
Las declaraciones del intendente de Trenel publicadas ayer en este diario son reveladoras de lo que está sucediendo en la provincia pero también en el país. El esfuerzo de la comuna en la construcción de viviendas es demostrativo de la "sequía" que, como la climática, está azotando nuestra provincia desde que se redujeron drásticamente la llegada de los fondos nacionales. A partir de este año los recursos que enviaba corrientemente el gobierno central y permitían construir más de mil viviendas anuales en La Pampa apenas servirán para levantar medio centenar de unidades. De ahí que lo que hoy está haciendo con mucho esfuerzo Trenel, como otros municipios con recursos propios, es tratar de amortiguar aunque sea parcialmente los efectos de este guadañazo presupuestario que castiga a nuestra provincia.
Pero no solo en esta materia se están viviendo momentos difíciles pues también "la situación social se sigue deteriorando", y en estos tiempos de "vacas flacas", como definió el propio intendente, están advirtiendo el arribo a la localidad de "gente de afuera" sin trabajo que solicita "soluciones al municipio", entre ellos, según dijo, muchos llegan desde la provincia de Mendoza.
Muy lejos de Trenel y de La Pampa, el presidente de la Nación se permitió decir en su gira por Europa que nuestro país tiene una economía floreciente, que la inflación ha bajado a niveles récords, que los salarios están subiendo y que la pobreza y el desempleo se están reduciendo. Esa imagen maravillosa que pretende ofrecer el presidente a una audiencia que no conoce lo que en realidad sucede en nuestro suelo, asombra por su nivel inaudito de alejamiento de la realidad. Ninguna conexión existe entre el relato presidencial y los hechos, lo cual no hace más que confirmar que el marketing político del macrismo sigue apelando a la estrategia de siempre: desvincular las palabras de los actos y convertir los discursos en cuentos de fantasía.
En la vida real los pampeanos estamos cada vez peor como muy bien lo señaló el intendente de Trenel y, al igual que él, muchos otros jefes comunales que a diario relatan los graves problemas sociales que deben enfrentar todos los días a causa de esta época de "vacas flacas".