Miércoles 01 de mayo 2024

El ajuste salarial

Redacción 06/02/2017 - 03.19.hs

Carlos Heller* - Desde su inicio, la gestión de Mauricio Macri expresó las líneas directrices de su modelo económico: liberalización, desregulación y desinflación, tres componentes esenciales de su plan neoliberal, que se conjugan para terminar impulsando la pérdida de empleos e impactando negativamente en el salario real.
La devaluación aceleró los precios estimulando un incremento inflacionario del 41% para 2016. El Banco Central decidió establecer un sistema de metas de inflación para el manejo de la política monetaria: para 2017 se ubica en un rango de entre el 12% y el 17% anual. Persiguiendo tal objetivo, establecerá las tasas de interés de referencia y a través de ella pretenderá influir sobre el manejo de las variables monetarias y la inflación. Dejó en claro que no le interesa intervenir en el valor del tipo de cambio.
A su vez, el gobierno tiene por objetivo reducir el gasto fiscal, fuertemente influenciado por los subsidios a las empresas energéticas, que durante los doce años anteriores se aplicaron para reducir los costos de los usuarios residenciales. De paso, se intenta recomponer las tasas de ganancia de las empresas energéticas para obtener mayores inversiones: un objetivo que no lograrán dejando la decisión a la exclusiva voluntad de las empresas privadas.
Estos dos objetivos inciden en el aumento de tarifas que en los servicios energéticos, además, se han dolarizado. Las tarifas eléctricas subirán en febrero entre un 61% y un 148% para el área metropolitana y se espera otra suba en noviembre. El gas subiría un 33% en abril y otro 33% en octubre. En el caso de los consumos productivos los aumentos se trasladarán a los precios en lo que se llama "efectos de segunda ronda". Otros precios regulados por el Estado, como las prepagas, aumentarán cerca del 30%. El impuesto inmobiliario, uno de los principales tributos de las administraciones provinciales subió algo más del 30% en la CABA y en la Provincia de Buenos Aires, dos distritos importantes y gobernados por el macrismo.
Con este panorama, ¿cómo se llegará a cumplir con las metas de inflación? La respuesta es aterradora: todo indica que tratarán de hacerlo a costa de la recesión del mercado interno y de la continuidad de la pérdida del poder de compra salarial.
La libertad de precios y la competitividad son dogmas para el gobierno macrista. El ministro de Producción indicó que si suben los precios, "vamos a incentivar la apertura para que se compita con artículos importados". Estas políticas ya se aplicaron en Argentina y mostraron tener escaso impacto para bajar precios, pero sí un fuerte efecto de destrucción de las producciones locales, en especial de las Pymes industriales.
Los salarios registrados perdieron entre un 6% y un 10% de su poder de compra en 2016. Los trabajadores informales (el 34% del total de la fuerza laboral) mucho más. Al anunciar la exigua bonificación de fin de año por única vez para los trabajadores (y siempre a discreción de las empresas) el ministro de Trabajo dijo que se cerraban las discusiones salariales del año 2016 (cristalizando las pérdidas reales de las remuneraciones), y que las próximas tendrían que tener en cuenta exclusivamente la inflación pautada para 2017.
Mario Quintana (uno de los tres funcionarios más influyentes en el diseño de las políticas económicas), expresó: "queremos que la paritaria tome como referencia la inflación de 17% para este año". Significa poner un techo a las negociaciones paritarias, que se desarrollaron en un marco de libertad durante los gobiernos kirchneristas, y que está por debajo de las proyecciones de inflación que pronostican el 21% para 2017 (cifra que puede resultar superior). De confirmarse, configuraría una pérdida significativa del poder adquisitivo de los salarios, y haría recaer todo el peso de la desinflación en los trabajadores y en su capacidad de consumo. Adicionalmente, se profundizaría la recesión.
No será fácil para el gobierno imponer tal medida. Los trabajadores pretenden recuperar el poder adquisitivo perdido y presionan a sus dirigentes gremiales para que defiendan los derechos laborales. En definitiva, el límite del ajuste es la capacidad de resistencia de los ajustados. (Nodal).
*Diputado nacional por el Partido Solidario de Argentina.

 


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