Martes 16 de abril 2024

El cuidado desde una perspectiva de género

Redaccion 07/04/2020 - 21.43.hs

El #QuedateEnCasa ha obligado a todos los integrantes de las familias a realizar tareas y compartir cuidados, habitualmente a cargo de las mujeres.
IRINA SANTESTEBAN
La semana pasada abordamos en esta columna el agravamiento en la situación de las mujeres víctimas de violencia de género, a raíz del aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto para combatir la pandemia del Covid-19. Ello se evidenció en un número alto de femicidios, y paradojalmente en una disminución de las denuncias, por el control que el violento ejerce sobre su víctima, al estar todo el día en su domicilio. Esa situación se revirtió parcialmente por las estrategias desplegadas desde el ministerio de las Mujeres y Diversidades, con reforzamiento de la línea 144 y la apertura de números de whatsapp para formular denuncias; así como la campaña del «barbijo rojo» en las farmacias, para alertar sobre esas situaciones.

 

Las tareas de cuidado.
Al abordar la actual situación generada por la pandemia del Covid-19 desde una perspectiva de género, tenemos que hablar de las tareas de cuidado para la prevención del virus.
Si hay algo que el avance en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, gracias a la sostenida lucha de las organizaciones feministas, no ha podido todavía erradicar, es la feminización de las tareas de cuidado en los hogares, denominadas también «tareas domésticas».
La atención de los hijos e hijas y de sus tareas escolares, así como de las personas enfermas o con discapacidad, hacer las compras de alimentos y de otros elementos necesarios para la higiene de la casa y el cuidado personal que hoy es más exigente, etc., son parte de las tareas que históricamente han realizado las mujeres, sea en familias nucleares, ensambladas o uniparentales.
Un estudio de la consultora Opinaia sobre 3.400 personas de ambos sexos en todo el país, publicada hace un año, reveló que las mujeres dedican un 50% más de tiempo a la limpieza de la casa que los varones, sea en familia o sea que vivan solos o solas. En las familias nucleares (familia constituida por pareja varón y mujer, más hijos e hijas) el 70% de las tareas de cuidado las realiza la mujer; sin embargo, según la encuesta, el 97% tanto de varones o mujeres consideró «muy importante» que la casa «esté limpia».

 

Redistribución de tareas.
Este aislamiento social o «cuarentena» que está cumpliendo la población en todo el territorio argentino, está produciendo como nunca antes, en la sociedad en general y en los varones en particular, una percepción del llamado «trabajo invisible» que durante siglos recayó en las mujeres.
El tener que pasar largas horas en el hogar, ha producido una obligada distribución de tareas, como hacer las compras, compartir la cocina, el cuidado de los chicos y ayudarlos con las tareas escolares que hoy se brindan a través de herramientas informáticas, la higiene del hogar que hoy requiere mayor cuidado, etc. Todo ello ha involucrado necesariamente a quienes hasta hace días nomás dedicaban muy poco tiempo a esos menesteres, y hasta tenían una actitud de subestimación sobre ese trabajo. Tener una noción del tiempo que llevan estas tareas y de lo pesadas y tediosas que son, deberá llevar -es deseable que así sea- a un cambio posterior en cuanto a la valoración social y familiar de esas tareas.

 

También en la salud.
Aunque hoy las mujeres tienen presencia en todas las especialidades médicas y ámbitos de la sanidad, la medicina sigue siendo predominantemente patriarcal, sobre todo en las instituciones y en los organismos públicos.
Las tareas de cuidado por excelencia en el ámbito sanitario las realizan quienes trabajan en el sector enfermería, una ocupación casi exclusivamente femenina, al punto que hasta hace poco en todos los hospitales se veía una imagen de una enfermera con el dedo en la boca indicando «Silencio». Además, la enfermería es un trabajo con remuneraciones bajas, reproduciendo el estereotipo sociocultural en el ámbito laboral, donde los trabajos peor pagos son realizados mayoritariamente por mujeres.
El reporte diario del Ministerio de Salud, del pasado lunes 6 de abril, tuvo un espacio importante a lo relacionado con la enfermería, destacando que es el sector que más tiene que ver con los «cuidados» en el sistema sanitario. La funcionaria que se refirió al tema tuvo palabras elogiosas para los trabajadores y trabajadoras de la enfermería, calificando de «esencial» esta tarea. Afirmó que el Ministerio de Salud está acompañando de diferentes maneras, incluso con capacitaciones y formación, las gestiones de enfermería en los hospitales, en los planes de contingencia y en los espacios de aislamiento, los de cuidado y los más críticos.
Sería esperable que este reconocimiento tuviera su correlato en un mejoramiento de los salarios del sector, en todos los ámbitos de la salud (nacional, provincial y municipal) así como a reforzar los planteles, tomando más personal, y así evitar la sobrecarga y la gran exposición de esos trabajadores al contagio del virus. También es una buena oportunidad para formalizar trabajadores, ya que la enfermería, tanto en el ámbito público como en el privado, donde la flexibilización laboral está muy presente, con personal con contratos precarios, monotributistas, concurrentes, pasantes, etcétera.

 

El discurso sanitario.
Débora Tajer, doctora en Psicología Clínica de la Universidad de Buenos Aires, en una reciente publicación, ha elogiado la estrategia del gobierno nacional del #QuédateEnCasa, porque justamente es una «estrategia sanitaria de cuidado», que no ha sido la elegida por otros países, en los que sólo se ha protegido a los grupos de más riesgo y se dejó a los demás expuestos al contagien. Para Tajer fue muy importante haber dispuesto que la población se resguarde en sus casas, que no haya circulación incluso antes de que haya tantas personas contagiadas o enfermas, aunque reconoce y advierte que no todas las personas ni todas las familias están en condiciones de aislarse en condiciones de seguridad. Es que los cuidados no sólo están atravesados por una perspectiva de género, sino también de clase.

 

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