Jueves 28 de marzo 2024

El empoderamiento económico de la mujer

Redacción 25/07/2016 - 01.48.hs

La inclusión de las mujeres en el modelo de desarrollo latinoamericano, con una mayor participación laboral y salarial, contribuyó a disminuir la pobreza extrema en la región. Así lo determinó la segunda sesión del Panel para el Empoderamiento de las Mujeres de la ONU, que sesionó en Costa Rica para debatir sobre una mayor autonomía económica de la población femenina. "Si las mujeres se hubieran mantenido en la condición de los años '90, la pobreza extrema estaría hoy alrededor del 30 por ciento y no del 12 como tenemos ahora", apuntó Luiza Carvalho, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.Uno de los indicadores regionales de empoderamiento económico como el aumento de mujeres en el mercado laboral, pasó de una participación del 40 por ciento de las mujeres en 1990 a 55 en la actualidad, el mayor incremento entre las regiones del mundo. Es una estadística esperanzadora para enfrentar los retos pendientes en materia de equidad de género.
A nivel mundial, los salarios de las mujeres son 24 por ciento inferiores a los de los varones, hacen dos veces y media más trabajo de cuidados y doméstico no remunerado que ellos y tienen una presencia desproporcionada en los puestos de oficina y apoyo (63 por ciento), en comparación con las ocupaciones de gestión (33 por ciento).

 

Ritmo lento.
El empoderamiento económico es un requisito necesario para alcanzar una verdadera equidad de género a nivel global; las persistentes brechas en materia de participación laboral y retribuciones por trabajos en el ámbito privado dificultan ese avance, insistieron las participantes en el Panel.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es el quinto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Sin embargo, los mecanismos para alcanzar estos objetivos todavía distan de ser los deseados. "El ritmo para alcanzar esta meta en 2030 es demasiado lento y por eso necesitamos acelerar y tomar acciones", dijo Carvalho. "Si mantenemos este paso tomará 100 años", sentenció.
Un estudio publicado en 2015 señaló que una mayor incorporación de la mujer en el mercado laboral puede aumentar el PBI global entre 12 y 26 por ciento anual a partir del 2025. Esto significaría entre 12 y 28 billones de dólares adicionales. El amplio rango del incremento se debe a dos opciones que plantea el estudio: el aumento menor ocurriría si cada región alcanzara al país más avanzado en equidad de género, mientras que el escenario superior plantea que el porcentaje de mujeres en el mercado laboral iguale al de los hombres.
A escala mundial, el 75 por ciento de los hombres en edad de trabajar son parte de la población activa, frente al 50 por ciento de las mujeres, según reveló un informe presentado en el encuentro. "Nuestras economías, más allá de si están en estancamiento, tienen un problema de inclusión. Eso significa que nuestros países están desperdiciando cerca de 50 por ciento del talento de las mujeres", apuntó Alejandra Mora, ministra de la Condición de la Mujer de Costa Rica.

 

Trabajo y violencia.
Mora explicó que un empoderamiento económico inmediatamente influye en otros ámbitos de la vida de las mujeres, por eso es tan estratégico. "Una mujer con un capital que le permita satisfacer sus necesidades básicas puede poner fin a agresiones abusivas de violencia", señaló la costarricense. En América Latina, 29 por ciento de las mujeres no tenían acceso a ingresos propios en 2013, comparado con 13 por ciento de los hombres.
Las especialistas fueron claras en que el empleo por sí mismo no basta, sino que necesita ser trabajo remunerado y de calidad. Destacaron que el 59 por ciento de los empleos de las mujeres en la región son informales, sin legislación laboral ni protección social. Para garantizar esto es crítico el campo del trabajo doméstico remunerado, que representa 17 por ciento del empleo femenino en América Latina. De los 22 países que han ratificado el Convenio 189 de la Organización Internacional de Trabajo, que regula los derechos de estas trabajadoras, 12 son países son de la región. (Diego A. Ortiz-Estrella Gutiérrez. IPS).

 


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