Miércoles 10 de abril 2024

El Gobierno nacional se mueve sobre un filo muy delgado

Redaccion 14/03/2020 - 21.18.hs

La impresión general es que la pandemia y la abrupta caída del precio del petróleo no harán más que agravar las difíciles situaciones previas, ya sea en la cotización del dólar, la inflación, la recesión, la desocupación y la pobreza.
POR HORACIO VERBITSKY
El blooper del alcalde porteño fue revelador de la falta de preparación ante la pandemia del coronavirus. Pero no tiene sentido ensañarse con Horacio Rodríguez Larreta, cuyo control de daños inteligente y desacartonado le permitió salir con gracia del enredo.
Más notable es la conducta de los medios comerciales, que recién informaron sobre el episodio un día después, pero no sobre el estornudo, sino a partir de la explicación del funcionario, que es un anunciador importante.
Por otro lado, si se compara la reacción ante esta emergencia con lo que ocurrió con la pandemia de N1H1 en 2009, la Argentina ha dado pasos gigantescos. En aquel momento, al frente del ministerio de Salud había una contadora, sin el menor conocimiento sobre epidemiología y cuestiones sanitarias, y el médico consultado como si se tratara de una eminencia era un vendedor de vacunas, muy conocido por el marketing de su empresa. Maurizio Macrì directamente eliminó el Ministerio de Salud, lo cual no lo privó de alardear de su ignorancia, comparando la enfermedad con lo que él llama populismo, que en este caso equivale a la adopción de medidas adecuadas de prevención y protección. Días después recomendó «estemos unidos, cuidémonos entre todos», como si a alguien le importara su comentario de vecina.
El actual ministro, Ginés González García, cometió un error inicial, al pensar que el virus originado en China y replicado en Italia no llegaría aquí antes del invierno, pero esto forma parte de la incertidumbre que en todo el mundo acompaña la aparición del Covid-19. Lo reconoció e intervino en forma activa en la extensión de la emergencia sanitaria. Habrá que aguardar que la plaga se agote para medir con exactitud la tasa de mortalidad, que con los datos conocidos hasta ahora parece de una inquietante magnitud. Pero igual que en criminología, donde lo único seguro es la cifra de homicidios dolosos, que cuesta ponderar sobre el total de delitos cometidos porque se subdeclaran, aquí no se conoce más que la cantidad de víctimas fatales previamente diagnosticadas. Los números de afectados son apenas tentativos. Cuando más significativa sea la subdeclaración de casos, menor será la verdadera tasa de mortalidad. GGG también dijo en los primeros días que le preocupaba más el dengue que el coronavirus. Hasta ahora no hay elementos que desmientan esa apreciación. Por ejemplo, en la provincia de Jujuy, el gobernador Gerardo Morales cerró las escuelas por dos semanas sin consultarlo con las autoridades nacionales, suspendió la distribución de las tarjetas AlimentAR pero nada dijo en su conferencia de prensa sobre el centenar de casos sospechosos de dengue informados por el interventor del Hospital Oscar Orias en Libertador General San Martín, César Mulqui. Entre ellos, 39 en Yuto, 4 en San Salvador de Jujuy, 3 en Fraile Pintado, 2 en Monterrico y 1 en Villa Jardín de Reyes, Libertador, San Pedro y Lozano.
El monitoreo de Twitter y Facebook realizado por la empresa de Big Data Social Now, sostiene que entre quienes escucharon la cadena nacional del Presidente hubo quienes lo criticaron por «hipócrita», «mentiroso» y «apátrida» y quienes destacaron su temperamento y sensibilidad al tratar la crisis sanitaria. También se contrapone la ira de quienes destacan la tardanza en tomar medidas con el sentimiento de anticipación y el reconocimiento de ONGs europeas por las medidas tomadas, con pocos casos en el país.

 

Sobre el filo.
El gobierno nacional se está moviendo sobre un filo muy delgado: en coordinación con la Ciudad Autónoma ha suspendido reuniones masivas en espectáculos artísticos o deportivos y está difundiendo todas las precauciones que cada persona debe tomar, pero no ha cerrado los lugares de abastecimiento de comestibles ni las escuelas, medidas que sólo deberían tomarse si el contagio se espiralizara. Entretanto, trata de evitar un colapso, con cierres de fuentes de trabajo y crecimiento del desempleo, como en la depresión económica que se inició hace nueve décadas con el crack de Wall Street. La Cámara Federal de Casación Penal dispuso tramitar en forma urgente todas las cuestiones planteadas por personas privadas de su libertad que conformen grupos de riesgo por sus condiciones preexistentes y solicitar a las autoridades que adopten un protocolo específico para la prevención y protección del Coronavirus en contexto de encierro, para las personas privadas de su libertad y sus familiares.
La enfermedad no ocurre en el vacío ni en un laboratorio. Se inserta en una trama de relaciones sociales, con las que interactúa. Entre los factores que no pueden soslayarse figuran:
– La guerra comercial de Estados Unidos con China, con sus componentes militar y tecnológico.
– La financiarización de la economía mundial.
– La tirria de Donald Trump contra quienes desde la Segunda Guerra Mundial fueron los principales aliados de su país, salvo el socio estratégico británico.
– La posición de Estados Unidos en el mercado mundial de petróleo, a partir del desarrollo de los recursos no convencionales, que lo colocaron como primer exportador por delante de Rusia y el mundo árabe.
– El descomunal endeudamiento de su economía.
Punto por punto estas cuestiones afectan a la Argentina, que procura alguna forma de equilibrio en sus relaciones con Washington, Beijing y Moscú; que se ha endeudado hasta las orejas para que un sector privilegiado participara en el festín de la financiarización; que busca en el contacto con Europa una forma de equilibrar las asimetrías con la Madre Patria; que no puede hacer frente a los vencimientos próximos con acreedores privados y con el FMI y que confiaba en los yacimientos de esquistos bituminosos de Vaca Muerta para generar los dólares de los que carece.
La impresión general es que la pandemia y la abrupta caída del precio del petróleo no harán más que agravar las difíciles situaciones previas, ya sea en la cotización del dólar, la inflación, la recesión, la desocupación y la pobreza.

 

Del impresionismo a la realidad.
Pero de este impresionismo a los efectos reales de la nueva situación media una distancia que no conviene recorrer demasiado aprisa, porque puede contener contradicciones. Por lo pronto, tiende a ratificar algunas afirmaciones que se arriesgaron desde en contra de los lugares comunes que se repetían como inapelables. Por ejemplo, la dureza negociadora del ministro de Economía Martín Guzmán, quien detrás de sus suaves modales, no tendría reparos en defaultear la deuda externa si los acreedores privados y el FMI no se allanaran a negociar condiciones realistas que aseguren la mentada sustentabilidad.
Ese fue su planteo cuando la provincia de Buenos Aires negociaba con sus acreedores el vencimiento de un bono y no le fue fácil al Presidente convencerlo de lo contrario durante una extensa reunión en una habitación de hotel durante la visita a Berlín. En ese sentido, la vulgata mediática pretende que el gobierno no tiene plan o no sabe qué hacer. Esta es apenas una expresión de deseos de esos medios que representan poderosos intereses y que implica desconocer lo que Alberto Fernández viene diciendo desde los días de la campaña electoral, que ha reiterado en todas sus apariciones públicas desde que asumió la presidencia y que todo su equipo económico comparte: no se firmará un arreglo que no se pueda cumplir, ni se aceptará una política que, como escribió Rodolfo J. Walsh en su Carta Abierta de 1976, «dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia (y que) sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales».
La disputa entre Rusia y Arabia Saudita precipitó la baja del precio del petróleo hasta los 33 dólares por barril, cuando hace dos años pasaba de los 100 y luego se estabilizó alrededor de los 50. Los cuatro países con las principales existencias de shale atraviesan una crisis severa:
1. Sobre China no hay demasiados datos, pero se sabe que el Estado absorbe la diferencia entre precio internacional y costos de producción.
2. En Canadá las empresas están abandonando los pozos en producción y el ente federal que se encarga de la remediación de los daños carece de recursos para cumplir esa tarea, lo cual provoca la protesta de los propietarios de la superficie, que reciben sus tierras en condiciones que hacen imposible la producción agrícola o ganadera.
3. En Estados Unidos los bancos se apoderan de las petroleras que no pueden pagar sus créditos.
4. Y en la Argentina, las compañías se sostienen por el subsidio estatal.
Luego de desdolarizar las tarifas eléctricas y mientras los flamantes reguladores de la electricidad y el gas, Federico Basualdo y Federico Bernal, comienzan a estudiar los beneficios extraordinarios que las distribuidoras obtuvieron durante el cuatrienio del espanto, del que en su momento deberán rendir cuentas, es inimaginable que un Estado exhausto subsidie la extracción de petróleo. Sólo el sindicato de petroleros privados está demandando que vuelva a instaurarse el denominado Barril Criollo, en realidad un precio de fomento, de 50 dólares, que durante la última crisis permitió que no se cayera la producción y hubiera despidos. Pero ese no parece ser uno de los reclamos de las empresas. La cuenta de resultado de las empresas multinacionales no podrá seguir alimentándose con tan escaso esfuerzo.
El Presidente Alberto Fernández se lo dijo al titular de YPF, Guillermo Nielsen:
-Tu enamoramiento con Vaca Muerta no es sostenible en la realidad. No te engañes, conozco bien el tema.
En las últimas semanas, Nielsen comenzó a interiorizarse de las condiciones para la recuperación terciaria de los pozos preexistentes, mediante la inyección de polímeros, una actividad mucho más en escala con las posibilidades de YPF, en la que con una inversión menor, parte de la cual ya fue desembolsada, pueden obtenerse resultados significativos en muy corto plazo.
No sólo eso: sin ingresos en dólares y con el crédito reducido a salvatajes de emergencia, como los 35 millones de dólares que aportó el BID para comprar respiradores y otro aparataje necesario para enfrentar la pandemia, también se pone a prueba uno de los sacrosantos postulados de la ortodoxia monetarista sobre el vínculo entre emisión e inflación. Con independencia del gusto de cada uno, en el actual panorama la monetización del déficit es la única alternativa a un ajuste salvaje que según el FMI sería insostenible, económica y políticamente. El gobierno no pierde la ilusión de que el Fondo incluso cuantifique la quita que los acreedores privados deberían resignar para que la Argentina lograra la anhelada sustentabilidad. Tal vez sea un exceso de optimismo, porque el Fondo actúa desde siempre como auditor, pero es el auditor de los capitales transnacionales, no de los países endeudados. La diferencia que el gobierno considera importante es que esta vez hay constancias del compromiso de la organización con las políticas ruinosas que llevaron a esta encrucijada, y además enterró una porción significativa de su capital en la Argentina y sólo podrá recuperarlo si no se lo llevan los bonistas. Se verá.

 

Encefalograma chato.
El bajo costo del dinero ante el riesgo cada vez más cierto de una recesión global, no es la peor noticia para los negociadores argentinos. El encefalograma chato de las tasas de interés de la FED y del Banco Central Europeo, torna más atractiva una oferta incluso dura, porque cualquier porcentaje es mejor que cero. Y a la inversa, el país que paga entre el 7,5 y el 10% (según los títulos) obtendría un verdadero alivio si pudiera bajar esa tajada a 3 o 4% anual. Esto abre la posibilidad para un trato donde todos ganen algo, o al menos pueda argumentarse ante los inversores en los grandes fondos de riesgo. La trepada del Riesgo País por encima de 3000 puntos recuerda que ese camino no surca un campo de rosas.
La caída adicional de los bonos argentinos implica el riesgo de que los fondos de inversión se desprendan de ellos para sanear su cartera y que los compren los fondos buitre especialistas en el litigio ante la justicia federal de Nueva York. Ya hay allí una causa, incoada ante la jueza de Wall Street, Loretta Preska, por quienes recibieron cupones atados al crecimiento en las reestructuraciones de 2005 y 2010. Su argumento es que la manipulación estadística practicada por Mario G. Moreno, les privó de cobrar varios miles de millones de dólares que afirman les hubieran correspondido. Este pleito tiene alguna viabilidad, porque el toqueteo de los números fue grosero. El gobierno entiende improbable que los buitres puedan repetir la jugada de la década anterior. Quien compre estos títulos después de la declaración del FMI de que la deuda argentina no es sostenible, tendrá una grave presunción legal en contra, sostienen los funcionarios.

 

Negocios y expresión de deseos.
También es posible que al profundizarse la recesión cesen las operaciones político-publicitarias como la que emprendió la Cámara de Empresas Estadounidenses en la Argentina, AMCHAM, que invitó de viaje a periodistas de los diarios de negocios, como La Nación. La intención trasparente es enfrentar a les Fernández.
Uno de esos turistas de lujo, el famoso machirulo Pablo Fernández Blanco, publicó hace diez días una nota en el diario de los Mitre y los Saguier, en la que afirmó que «los lobbistas a cargo de tender puentes entre la Casa Blanca y Latinoamérica deslizan una mirada con matices, pero expectante, sobre la gestión del Frente de Todos. No hay que poner a Alberto Fernández, traducen sus diálogos con los funcionarios, en un rincón que lo incline a relacionarse más con China o, en el peor de los casos, con Nicolás Maduro. Desde la mirada norteamericana, repitieron casi como un guión varias fuentes consultadas aquí, el lugar en el que está situado el Presidente es un terreno desde el que se puede edificar. Después de todo, Alberto Fernández permaneció en el Grupo de Lima, y no es lo mismo que Cristina Kirchner». Al día siguiente insistió: «El sector privado internacional comenzó a desarrollar sensaciones particulares con respecto a Alberto Fernández y la gestión el Frente de Todos. Dicen y repiten que el Presidente no es Cristina Kirchner. Pero creen que la moneda que definirá el rumbo político, la relación con el mundo y con las empresas está todavía en el aire. Es un indicio que los incita a tener paciencia». Notas calcadas se publicaron en Clarín e Infobae, pero glosarlas constituiría una sobredosis capaz de provocar daños a la salud. Es ostensible que subestiman a los integrantes del binomio presidencial. Si a alguien no podrán convencer es a ellos dos, que aprovechan esa ventaja.

 

Cosas que no se negocian.
Luego del anuncio de créditos de la CAF (la Corporación Andina de Fomento, rebautizada Banco de Desarrollo de América Latina), Fernández comió con el boludo que estornuda en la mano y con el carcelero de Milagro Sala. Durante la sobremesa se planteó el envío al Senado del pliego del juez Daniel Rafecas para desempeñarse como Procurador General de la Nación. Los cambiemitas dijeron que podrían apoyar su postulación, pero que había algunos temas a negociar a cambio.
-¿Cuáles?- inquirió el presidente.
-Los 131 pliegos de jueces que Macrì envió al Senado y que vos retiraste- le respondieron.
Fernández asintió:
-Voy a enviar de nuevo muchos de esos pliegos, pero no los que quieran ustedes sino aquellos que me parezcan capacitados para desempeñar esos cargos.
Y cambiando el tono, agregó:
-Y el pliego de Rafecas no lo negocio. Lo mando al Senado y ustedes deciden. Si quieren rechazarlo están en su derecho. Pero en ese caso los voy a forzar a un debate público, porque a Rafecas no lo conocí en el gimnasio. Es un académico sobresaliente, un gran juez y un hombre honesto e independiente.
Aludía así al caso de Inés Weinberg de Roca, a quien el Senado le negó el acuerdo como Procuradora General que había solicitado Macrì, con quien pedaleaban juntos en las bicicletas fijas del gimnasio Ocampo.
El gobierno quedó con la impresión de que le sobrarán los votos para la confirmación de Rafecas. Entre los antecedentes que el Poder Ejecutivo menciona en el mensaje de remisión del pliego al Senado, menciona que Rafecas participó del Concurso N° 396 del Consejo de la Magistratura para cuatro vacantes en la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, en el cual obtuvo el mayor puntaje y quedó ubicado en el primer lugar del orden de mérito de la primera terna. Agrega que Macrì envió al Senado la solicitud de acuerdo para esa designación. Es difícil argumentar que estaba bien si lo proponía Macrì pero no si el pliego lo firma Fernández.
En aquella reunión, Fernández acordó con Morales que ambos solicitarían a la Corte Suprema de Justicia que se pronunciara lo antes posible en el recurso de queja interpuesto por Milagro Sala contra la condena a 13 años de prisión que le impuso la justicia jujeña en la causa Pibes Villeros, donde se violaron todos los derechos y garantías de la fundadora de la Organización Barrial Túpac Amaru, quien ya ha cumplido cincuenta meses privada de su libertad.

 


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